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¿Cuál es el as en la manga de Sánchez de Puerta?

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Alfonso Alba

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El abogado de José Bretón afronta el inicio del juicio más mediático de la historia de Córdoba anunciando que dará batalla en la vista pública

Después de la contundencia del informe forense del profesor Francisco Etxeberria, es complicado imaginar que el 8 de octubre de 2011 en la finca de José Bretón en Las Quemadillas pasara otra cosa distinta al asesinato de Ruth y José, de seis y dos años, a manos de su padre. Bretón sigue sosteniendo que no, que los perdió en el parque Cruz Conde, pese a la contundencia de las pruebas: el hallazgo de restos humanos de dos niños de seis y dos años en la gigantesca hoguera que prendió aquel día en la finca de Las Quemadillas. Por eso, sorprende aún más la contundencia, o el farol, con el que el abogado de José Bretón, José María Sánchez de Puerta afronta el juicio, que arranca mañana: “Tengo un as en la manga”, ha clamado.

La instrucción del caso Bretón es una de las más exhaustivas jamás redactadas en la historia judicial española. El error policial de inicio, cuando la antropóloga Josefina Lamas negó que los huesos se tratasen de niños sino de animales, hizo, precisamente, que la instrucción se alargase y se hiciese tan exhaustiva. El juez Rodríguez Laínz, a falta de pruebas, intentó sumar una serie de indicios que hicieran imposible que Bretón se librara de la condena. Se desarrollaron docenas de pruebas periciales para demostrar que Bretón nunca llegó al parque Cruz Conde con los niños. Se peinó, palmo a palmo, la finca de Las Quemadillas y los alrededores. Se interrogó a docenas de testigos y familiares. Hasta que en agosto del 2012 Etxeberria dijo que los huesos que en principio se pensó que eran de animal eran de dos niños de 6 y 2 años. Caso resuelto.

Sin embargo, Bretón no se vino abajo, como era de esperar. Siguió sosteniendo que eso no podía ser y que sus hijos habían desaparecido en el parque. Su abogado tuvo que volver a diseñar una nueva estrategia de defensa, muy previsible en cualquier penalista: tratar de que se anulen las pruebas policiales. En este sentido, Sánchez de Puerta no tiene uno sino varios ases en la manga.

En principio, se intentó cerrar el círculo sacando el ADN de los huesos hallados. Pero fue imposible. Se calcinaron a una temperatura tan alta (la columna de humo provocada por José Bretón se llegó a ver a 40 kilómetros de distancia) que no quedó ni rastro de ADN. Primer as en la manga de Sánchez de Puerta: si no hay ADN, no hay forma de probar de que sean los hijos de José Bretón. El juez de instrucción ha rechazado de forma tajante este hipótesis.

El segundo as en la manga es más delicado y aunque también ha sido rechazado por el juez distintas fuentes jurídicas no las tienen todas consigo. Si hay algún flanco por el que Sánchez de Puerta pueda atacar será por la ruptura de la cadena de custodia de las pruebas, es decir, de los huesos. Un juez tiene que garantizar antes de un juicio que las pruebas que custodia no han podido ser alteradas ni manipuladas ni mucho menos perdidas por nadie ajeno a la instrucción. En ese caso, un tribunal puede anular las pruebas. Es lo que ha pasado recientemente con la sangre extraída al torero Ortega Cano en el accidente de coche en el que murió una persona. La muestra, que apuntaba a que el torero cuadriplicaba la tasa de alcohol permitida, no fue correctamente custodiada y el tribunal anuló la prueba. Por ello se le ha rebajado sustancialmente la condena.

En octubre de este año, este periódico ya adelantó que había desaparecido un hueso. En concreto, se trataba del hueso número 8. El juez Rodríguez Laínz ordenó una investigación para garantizar que no se había roto la cadena de custodia. Finalmente, la Policía aseguró que el hueso había podido evaporarse por su extrema fragilidad. El juez dio por buena esta tesis, ante el progresivo deterioro que ofrecen las pruebas recogidas en la hoguera.

Pero no será el único argumento que usará Sánchez de Puerta. El informe de Etxeberria y el del antropólogo Bermúdez de Castro difieren en el número de dientes que analizaron, tal y como también avanzó este periódico. El primero vio 15 y el segundo 12. Esto también ha llevado a Sánchez de Puerta a hablar de ruptura de la cadena de custodia, un argumento que también ha sido rechazado con contundencia por el juez de instrucción.

Y si hay algo que espera Sánchez de Puerta como agua de mayo es la declaración de la forense de la Policía Nacional Josefina Lamas, la que en principio habló de huesos de animal, dio al traste con la hipótesis principal de la investigación y, posteriormente y ante la contundencia de los informes de Etxeberria, rectificó y dijo que se había equivocado. Sánchez de Puerta espera la declaración de esta forense para que ella se ratifique en lo declaró ante el juez: que la hoguera fue manipulada “dos o tres veces” por policías antes de que ella llegase a la finca de Las Quemadillas dos días después de la desaparición de los niños.

Mañana arranca el juicio. Bretón declarará el martes y el resto de la semana será para el turno de las familias paterna y materna de Ruth y José. El turno de los peritos llegará la semana siguiente, cuando Sánchez de Puerta desvele cuál es su as en la manga.

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