Aneri, la picaresca de un empresario cordobés detenido dos veces por lo mismo
José Luis Aneri (natural de Fernán Núñez) inició su carrera empresarial en Córdoba, donde creó sus primeras empresas, siempre relacionadas con los cursos de formación y el dinero público. En una entrevista con Interviú, llegó a decir que la culpa de que lo detuviera en 2014 fue de “la cocaína” y el desenfrenado nivel de vida que llevaba. “Seguiríamos ganando dinero con la formación si no me hubiera puesto de cocaína hasta el culo”, llegó a decir. Esta semana, en el barrio de Tetuán, volvió a ser detenido por intentar hacer lo mismo que en 2014. Según la Policía Nacional, montó con otros tres socios una nueva red para defraudar dinero público destinado a la formación de parados.
Aneri, de 37 años, divorciado y con dos hijos, empezó su carrera en Córdoba. Estudió en los Maristas y se licenció en la Facultad de Derecho en 2002. En 2006 impartió un curso de corte de jamón y a través de él conoció a Alfonso Tezanos, expresidente de la Federación de Empresarios de Madrid, que fue el que le abrió las puertas de la capital de España. Aneri ya había constituido sus empresas en Córdoba, Sinergia, donde mantuvo una subsede. Pero fue en Madrid donde empezó a despuntar, a crear empresas sin parar y a, presuntamente, estafar a la Comunidad madrileña cobrando por cursos de formación que nunca impartía.
Tras su detención en 2014, la Policía calculó que había defraudado unos 14 millones de euros de dinero público. En la operación, se imputó también a miembros de su familia. Incluso se le acusó de falsificar la firma de su padre, un exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Fernán Núñez pero trabajador de la Seguridad Social, para hacerse con los datos personales de más de 10.000 personas a las que supuestamente apuntaba a unos cursos que nunca impartía y por los que cobraba.
En Córdoba compró un exclusivo chalet, que ha tratado de poner a la venta. En Madrid hizo lo mismo con una vivienda de lujo en el barrio de Tetuán, junto a la que lo detuvieron el martes. Había salido de la cárcel y estaba pendiente de que concluya la instrucción y le manden a juicio. Mientras los jueces seguían investigando, sus abogados alegando y la Policía ultimando informes se asoció con el famoso prestamista Antonio Arroyo, acusado de estafa al quedarse con viviendas al imponer intereses elevados a sus propietarios. También con Iván Losada, un antiguo alto cargo de Viajes Marsans, procesado junto al expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán. Junto a ellos detenidas este miércoles una docena de personas en Madrid y Castellón tras intentar captar más de 10 millones de euros de dinero público.
Según fuentes de la investigación, apenas salió de la cárcel volvió a constituir empresas. Lo hacía con otros nombres, con el de su actual pareja o con el de un hombre de paja. Hasta que se asoció con Antonio Arroyo. En estos meses, la Policía Nacional calcula que ha podido crear unas 60 sociedades nuevas y que ha intentado defraudar más de 14 millones de euros.
En el momento de su detención, la imagen de Aneri era muy diferente a la de 2014. Entonces, vestía un chandal de la selección española de fútbol. El miércoles, a 600 metros del despacho que compartía con Arroyo y en el distrito financiero de Madrid, vestía un traje impoluto, se peinaba el pelo hacia atrás con gomina e incluso se mostraba tranquilo ante los agentes que le ponían los grilletes. Su padre ya confesó en 2014 que desde su detención en su casa no se vivía. La pesadilla se vuelve a repetir. Aneri espera en los calabozos la decisión del juez.
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