Ana Lucía aún no descansa en Brasil: la familia de la víctima 1.000 de la violencia de género pide ayuda para su repatriación
Diecisiete días después de que fuera asesinada por su pareja, Ana Lucía aún no descansa en Brasil, su país de origen. El cuerpo de la que ha sido la víctima número 1.000 de la violencia en nuestro país, que murió a manos de su pareja en el barrio de Valdeolleros en Córdoba el pasado 14 de junio, permanece aún en la capital cordobesa pese a los esfuerzos de la familia por recaudar fondos para su repatriación y que descanse en su país natal, donde cuatro de sus hijos esperan a verla por última vez.
La familia y la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres pidieron desde el primer momento ayuda para reunir el dinero necesario -5.500 euros- que necesitan para la repatriación del cuerpo de Ana Lucía. Las instituciones de Brasil no se hacen cargo al no haber un protocolo explícito para ello y todo los gastos deben correr a cargo de la familia. Su hermana Priscila relataba este lunes a CORDÓPOLIS cómo aún están “luchando” por poder llevarla a Brasil.
En Córdoba, con la interlocución de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, la familia se ha puesto en contacto con distintas instituciones y ha llevado a cabo una campaña de recaudación de fondos que, de momento, solo ha logrado reunir 2.546 euros del total de 5.500 que cobra la funeraria para la repatriación del cuerpo.
Cuenta bancaria abierta
Por ello, siguen haciendo un llamamiento a la solidaridad para que, con donativos a la cuenta bancaria que han abierto para tal fin, puedan recaudar el dinero necesario y poder llevar a Ana Lucía a su país, donde la esperan cuatro de sus hijos.
La más pequeña, de 16 años, vivía con su madre en Córdoba y realizó ella misma un llamamiento a través de un vídeo para pedir ayuda para la repatriación del cuerpo de su madre. La cuenta que la Plataforma ha abierto para aportaciones es ES60 0237 0202 5091 71643446 (Cajasur), donde esperan donaciones con el concepto Repatriación.
Ana Lucía Da Silva, la víctima número 1.000 de la violencia de género en España desde que se iniciaron los registros en el año 2003, fue asesinada por su pareja, Salvador Ramírez, que anteriormente ya había acabado con la vida de su esposa en Algeciras en 2002 y se encontraba en libertad condicional por ello.
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