La alcaldesa quiere dejar atrás las polémicas
Esta semana, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, ha querido enterrar una de las polémicas que más le salpicaron hace un año: los toros. El Ayuntamiento ha constituido la comisión para conmemorar el centenario del nacimiento de Manolete, que se celebra el año que viene, y además ha firmado un acuerdo con la Asociación Española contra el Cáncer.
El año pasado, cuando Ganemos presentó una moción animalista en el Pleno estalló la polémica. La moción quería prohibir la presencia de circos con animales en la ciudad pero dejaba abierta la posibilidad de vetar también la participación municipal en cualquier espectáculo público en el que se maltratara a animales. La polémica estaba servida y hasta el Pleno del Ayuntamiento se llenó de taurinos. Entonces surgió una segunda polémica: si el Ayuntamiento no ayudaba a la becerrada por la mujer cordobesa la Asociación Española contra el Cáncer se quedaba sin el dinero que recaudaba. Algunos medios llegaron a acusar a Ambrosio de quitarle el dinero a los enfermos de cáncer, lo que le molestó especialmente.
Calmadas las aguas y poco a poco, la alcaldesa quiere centrar su gobierno y huir de las polémicas. Esta semana ha querido zanjar así la taurina y la consideración por parte de determinados sectores de la ciudad de que el objetivo del cogobierno es prohibir los toros en una ciudad como Córdoba. En 2017, de hecho, el Ayuntamiento liderará los actos del centenario de Manolete.
La semana pasada, la alcaldesa acudió a un encuentro evangélico organizado para conmemorar los 500 años de la Reforma impulsada por Lutero. Y a la misa de San Rafael oficiada por el obispo fue el nuevo concejal del PSOE, Andrés Pino. Raro es el acto cofrade que no cuente con participación municipal, casi siempre con David Luque, que ahora ha cedido la responsabilidad en la relación con las hermandades a Emilio Aumente (con un perfil mucho más laico, no obstante).
Y en esa intención, buscada, de estar en el centro y huir de los extremos, Ambrosio se hizo este viernes una foto con los “alcaldes del cambio”, con Manuela Carmena o Ada Colau, por ejemplo. La regidora es consciente que necesita de los apoyos de Ganemos para seguir gobernando con tranquilidad, pero también quiere dejar clara su distancia con sus socios, sus matices ideológicos y su huida de muchos debates que la agrupación de electores, principalmente, ha abierto en este mandato de par en par: toros y Semana Santa.
El mandato empezó con la acusación de que quería retirar el cuadro de San Rafael de Capitulares (y finalmente lo que se hizo fue restaurarlo), siguió con la polémica sobre la presencia de concejales en actos religiosos y elevó su tensión con el Pleno en el que parecía que se iba a hablar de toros pero que al final resultó ser para aprobar una comisión que celebre los actos de Manolete.
Ahora, tras la sorprendente abstención del PP en el Pleno en el que se aprobaron las ordenanzas fiscales para 2017, la regidora busca huir de esas polémicas que la acosaron al principio del mandato y que se hable más de la gestión, intentando dejar zanjados debates que a buen seguro regresarán. Al tiempo.
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