Agresiones a funcionarios de la prisión: solo si hay lesiones cuentan como accidente laboral
Si no se producen lesiones, las agresiones por parte de los presos a los funcionarios de la prisión no se contabilizan como accidentes laborales. Esa es la realidad que vienen denunciando los trabajadores de la cárcel y sus representantes sindicales y ahora ha sido constatado por el propio Gobierno.
Así se desprende de una respuesta parlamentaria ofrecida por el Gobierno al diputado socialista por Córdoba Antonio Hurtado, en la que el Ejecutivo central señala que “las agresiones a funcionarios en los centros penitenciarios se consideran como accidente laboral siempre que exista una lesión”.
El PSOE denuncia que el Gobierno “maquilla” así los registros de los accidentes y agresiones sufridos por los funcionarios de la prisión. “Maquillar las estadísticas no soluciona el problema de agresiones y considerar agresión solo cuando hay lesiones es una forma de maquillarla”, aduce Hurtado.
El diputado socialista se había interesado en una pregunta parlamentaria en el Congreso por este asunto, después de reunirse con representantes sindicales del centro penitenciario de Córdoba, quienes pidieron que se llevara a la Cámara la reivindicación para considerar como accidentes laborales todas las agresiones a funcionarios.
El Gobierno solo explica en su respuesta que “existe un registro para recoger los incidentes según una determinada tipificación -sin detallar nada sobre ella-, que se hace tras una investigación del hecho y una valoración a efectos disciplinarios” y añade que, “sí existe un registro oficial de agresores”.
“Las agresiones a los funcionarios aumentan a medida que menos funcionarios y efectivos hay”, argumenta Hurtado, que denuncia que “Córdoba es de las cárceles españolas con más agresiones y de las que tiene una ratio más alta de reclusos por funcionario: tres por trabajador, mientras la media está en poco más de dos reclusos por funcionario”.
En este sentido, el PSOE denuncia que “los protocolos antiagresiones no son suficientes si no se cubren las plazas necesarias y se aumentan los efectivos”, explica en defensa de un aumento de la plantilla en la prisión cordobesa. “No es solo un problema de protocolos, sino que hay un factor determinante en las agresiones y es la escasez de personal, de ahí que sea necesario aumentar la ratio de funcionarios por internos en la prisión de Córdoba para que se reduzcan estas agresiones”.
“Córdoba es las cárceles con más agresiones”, denuncia Hurtado, que reitera el “maquillaje” de las estadísticas. “El número ha bajado porque se ha puesto en marcha un protocolo antiagresiones y se ha cambiado el criterio estadístico”, en el que “no se consideran agresiones ni los insultos ni las amenazas”.
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