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¡Adiós a las pilonas!

La concejala de Movilidad, Ana Tamayo, explica el plan.

Alfonso Alba

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Hoy dejan de funcionar los sistemas de control de tráfico instalados en el Realejo y en Amador de los Ríos y serán sustituidas por cámaras de seguridad después de media década de accidentes de tráfico

En 1929, tras una traumática experiencia en la Primera Guerra Mundial (como no había llegado la Segunda entonces se llamaba la Gran Guerra) Ernest Hemingway publicó Adiós a las armas, después de haber visto con sus propios ojos el horror de las trincheras. Hoy, y salvando mucho las distancias, por supuesto, el Ayuntamiento de Córdoba ha decidido decir ¡Adiós a las pilonas! después de comprobar cómo en la media década que llevan funcionando han protagonizado docenas de accidentes de tráfico (la mayoría de turistas despistados). A partir de hoy, las pilonas de la calle San Pablo en el Realejo y de Amador de los Ríos en la Mezquita dejan de funcionar y pasan a ser sustituidas por cámaras de lectura de matrícula que multarán con 80 euros a aquellos conductores que no tengan permiso para pasar.

El Ayuntamiento ha tomado esta decisión después de constatar en un último informe interno el alto nivel de siniestralidad de las pilonas. Según datos del propio departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Córdoba, cada dos días choca un vehículo contra alguna de las cuatro pilonas instaladas en la ciudad, en las calles San Pablo, Amador de los Ríos, Cárcamo o Puerta de Sevilla. Así, entre enero y octubre se produjeron un total de 139 choques contra las pilonas cordobesas de conductores en muchos casos despistados.

Aunque los choques más aparatosos han sido contra la pilona del Realejo (poco antes de Nochevieja una mujer resultó herida en un accidente de tráfico), los más numerosos son en la pilona de la calle Amador de los Ríos, que regula el tráfico de entrada al entorno de la Mezquita. Así, según estos datos, entre enero y octubre se han registrado un total de 102 choques. Mientras, en el Realejo se han producido 29, siete en Puerta de Sevilla y uno en la calle Cárcamo.

La mayoría de los siniestros con las pilonas provocan graves daños en los vehículos. Muchos sufren destrozos en el cárter del vehículo, que provocan grandes fugas de aceite en la calzada y las consecuentes retenciones de tráfico hasta que llega la Policía Local, se retira el coche y se elabora el atestado.

Por eso, las pilonas que se cambiarán serán las que provocan más accidentes y se mantendrán las de la Puerta de Sevilla y la calle Cárcamo. Las pilonas de San Pablo y Amador de los Ríos se instalaron en febrero de 2006 y septiembre de 2007 respectivamente.

Sin embargo, en Puerta de Sevilla y en Cárcamo se amnistiará a las pilonas por varias razones. La primera porque nadie entra ya por Cárcamo (es un lugar demasiado recóndito como para que un GPS de un turista calcule una ruta por allí) y la segunda porque los vecinos del barrio de San Basilio están muy contentos con su pilona, que impide que nadie se cuele a un barrio muy turístico.

Ahora, eso sí, los accidentes de tráfico se sustituyen por multas. Así que, adiós a las pilonas y hola a los papelitos de color rosa.

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