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Los acusados de arrasar parte de Ategua alegan que el yacimiento no está señalizado

Agentes de la Policía Nacional en la zona arrasada por un arado en Ategua

Manuel J. Albert

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Los tres acusados de causar daños sobre el patrimonio histórico, tras supuestamente arar “sin permiso” el yacimiento arqueológico de Ategua, en el término de Córdoba, han alegado en la vista que la zona no estaba señalizada y que desconocían la prohibición del hacer labores agrícolas en la zona, ya que está fuera del recinto amurallado.

La defensa de los enjuiciados ha basado su estrategia en la nula publicidad de que parte de la parcela que acababan de comprar a una familia se encontraba en zona declarada por la Junta como Bien de Interés Cultural. Ni en las escrituras ni en el propio terreno había alusión a la presencia de restos, aduce el letrado. Un hecho que ha sido corroborado por el presidente de la Asociación Amigos de Ategua, Antonio osuna, y del antiguo propietario de la finca que se la vendió a los acusados. Ambos declararon como testigos.

Osuna, asimismo, reconoció la dificultad que tienen las personas no instruidas en arqueología o patrimonio para reconocer los restos que a menudo afloran en la zona como losas de opus signinum (un material de construcción romano que consiste de tejas partidas en trozos pequeños, mezcladas con cemento, y luego golpeadas con un pisón), sigillatas (cerámicas) u hormigón, pues se camuflan por color con la tierra y piedras de la zona.

Este extremo fue rechazado por los expertos peritos, que alegaron que a simple vista se podía apreciar el afloramiento de restos arqueológicos ya que por su forma quedaba claro que no se trataba de elementos naturales sino de manufacturas humanas. No obstante, los mismos agentes de la Policía Nacional que plasmaron en sus atestados que el arado había penetrado unos 70 centímetros reconocieron en la sala de vistas que ni midieron ni vieron el apero.

Calificación

Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, en fecha no exactamente precisada pero, en todo caso, en días inmediatamente anteriores al 5 de agosto de 2015, a dos trabajadores les fue encargado por los dueños del terreno, dos hermanos también acusados que “supervisaron las labores”, el arado de las tierras que les pertenecían en régimen de copropiedad a ambos en la barriada periférica cordobesa de Santa Cruz.

Al respecto, las labores consistían en preparar la tierra para plantar olivos, por lo que la parcela fue roturada con un tractor, dotado de un arado de vertedera de grandes dimensiones, que alcanza una profundidad bajo la superficie de entre 70 y cien centímetros, nivel hasta el que alcanzó la penetración del arado en las labores citadas.

De este modo, el terreno se aró y se le pasó la grada; luego, por dos veces, removieron los restos arqueológicos que salieron a la superficie, “lo que fue visto por los acusados dada la importancia del cercano yacimiento y la difusión del mismo por parte de las autoridades”, según el fiscal, quien agrega que a ello se une el hecho de quedar al descubierto “en una superficie considerable” estructuras de “gran tamaño y entidad, de cuya naturaleza histórica se percataron”. Pese a todo, “continuaron con las labores”.

Dicha parcela se localiza al oeste de la ciudad amurallada de Ategua, a 300 metros lineales, en el entorno de protección del Bien de Interés Cultural (BIC) del yacimiento arqueológico Ruinas de Ategua. Toda la parcela alberga vestigios arqueológicos. Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos más grandes de la provincia, con 31.674 hectáreas y 205.129,6 hectáreas en su entorno.

En concreto, el Ministerio Público precisa que “la destrucción más evidente” se observó en dos zonas. Una de ellas donde “se tiene constancia de la existencia de varias cisternas romanas”, de modo que “el arrasamiento de la máquina ha dejado a la luz estructuras de gran entidad”, entre ellas tejas romanas, un fuste de columna, cerámica, fragmentos de sillares y una roca de cuarcita de gran tamaño y espesor, que posee “un gran valor histórico” por el tipo de material que la conforma, “inexistente en el área”.

En la segunda zona, se observó una mancha de materiales de diferentes cronologías que indican “la afección al suelo y la destrucción del registro arqueológico” a causa de la máquina de los trabajos agrícolas “realizados sin permiso”. Además, añade que algunos de los materiales sacados a la superficie, como fragmentos de un fuste de columna, desaparecieron entre la tarde del día 13 y la mañana del 14 de agosto, “sin que pueda atribuirse el hecho a persona alguna”.

Más de un millón de euros

Entretanto, el fiscal detalla que “los desperfectos causados han sido valorados por expertos arqueólogos que han establecido que la única forma de valorar, reparar y reponer al estado originario es con una excavación realizada con metodología arqueológica” que precisaría de numerosos trabajadores y labores durante 28 semanas, tasado todo ello en 1.051.411 euros, que es la indemnización a la que pide el fiscal que hagan frente los acusados.

Cabe destacar que el yacimiento arqueológico Ruinas de Ategua fue declarado monumento histórico-artístico de carácter nacional en 1982, es BIC desde 1985 y desde el año 2004 está incluido en el programa cultural de la Red de Espacios Culturales de Andalucía (RECA). “Es preceptiva la autorización de la Consejería de Cultura para la realización de obras de todo tipo, incluidas las remociones de terreno”, según se recuerda en la calificación del fiscal.

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