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Sobre este blog

Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.

Franco 3.0

Libros recomendables, activistas de FEMEN y Franco

Ana Fernández

21 de noviembre de 2025 19:33 h

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Dicen que, por primera vez, había más gente joven que añeja o mayor en la misa por Franco celebrada en una parroquia madrileña del barrio de Salamanca con motivo del aniversario de la muerte del dictador que España sufrió durante 40 larguísimos años.

Sí, por esto de la misericordia y del auxilio espiritual (cosa de arcana y singular protección), se encargan y se ofician misas públicas por Franco como esta del pasado jueves, con su muchachada de savia nueva falangista de frescos pimpollos, descollando en este reciente 20 de noviembre de 2025, en que, miren ustedes, se cumplen 50 años del óbito, de la ridícula solemnidad fláccida de aquel “Españoles, Franco ha muerto”, anunciado por Arias Navarro y que la era de Internet ha hecho carne de meme.

Porque, hoy -valga el inciso-, a la gente le sale en la red social lo mismo un clip de base icónica fascista como el algoritmo le lanza discursos que lindan o están avecindados en los delitos de odio, la xenofobia, el fascismo, el nazismo, el antisemitismo, la islamofobia, la homofobia y muchos venenos más terminados en el mismo sufijo y que siempre acaban en manipulación y erosión de la democracia.

Pero, como las personas discrepantes no se juegan la vida, la hacienda, la libertad… y no se arriesgan a ser torturadas por protestar, por militar en un partido político de los que iban a traer de nuevo la democracia a la sociedad española como nos ocurría cuando Franco, esta misa por el citado difunto, ha congregado sin riesgos a las activistas de Femen mostrando sus pechos para denunciar que, a pesar de tanto esfuerzo legal e institucional -aunque tardío- por la memoria democrática, medio siglo después se honra de alguna manera al dictador, se autorizan manifestaciones de Falange por un gobierno autonómico del PP, existe un porcentaje de juventud que considera que el autoritarismo podría estar mejor que la democracia, etc. Y eso, de verdad, es terrible.

Fuerzas con un plan bien trazado y bien regado de dinero y potencia comunicativa han ido fraguando la semilla tecnológicamente modificada de un Franco 3.0, una trama de neofascismos que ya están aquí, que han germinando, que crecen, que colonizan a personas, a gente joven, a lo mejor que tenemos como sociedad global, como humanidad.

El terreno fue abonado por muchas y diversas manos. No solo se tratará de una mítica e imbatible fórmula a la que se achaca que se impongan los totalitarismos o los autoritarismos que en la historia han sido. No. Hay tareas que la democracia no ha hecho del todo, no ha hecho a tiempo, no ha hecho del todo bien. Hay piedras como las de la corrupción y el expolio a lo público en las que se tropieza y se vuelve a tropezar, poniendo a gente al mando que no se explica una el modo en que hacen y deshacen y llegan a la cúpula sin ser trigo limpio, o cómo no se les invitó a irse cuando se sospechó que a lo mejor no eran lo que parecían. Por cada retroceso en la calidad de la educación pública y en los pilares del estado del bienestar, por cada paso atrás que se dé en la forja de una ciudadanía fuerte en educación democrática y en pensamiento crítico, más desprotegidos se estará ante el revival franquista, lo ultra y el neofascismo.

Dice una encuesta encargada por El País y la SER que muchos jóvenes no saben cómo murió Lorca. Pues ya está todo dicho.

La sociedad española se ha pasado décadas haciéndose sabotaje. Se ha dejado, en cierta o gran medida, de leer libros y recomendar películas y otras manifestaciones artísticas sobre la dictadura y la represión franquista en nuestros centros educativos. Ha cundido el miedo a un hipotético pin parental alentado por la ultraderecha, a que acusen a quien es docente o a los departamentos y equipos directivos de hacer política o de hacer proselitismo de ideas políticas sin que ello ocurra, porque hay gente cerril y con mala uva y con servicio jurídico dispuesta a disparar quejas y querellas, cuando lo único que se ha hecho siempre, en general y con todo el respeto a la diversidad y pluralidad del alumnado, es desarrollar el currículo de contenidos y competencias.

Pero, claro, ahora puede llegar a estar guapo ser de ultraderecha, ponerse polos y camisetas filofranquistas y filofalangistas, bailar cánticos tuneados de Franco en un fiestón con DJ. Lo que no se imaginan es que el fascismo es muerte a la libertad, muerte a los derechos civiles y humanos, muerte a la discrepancia y a la diferencia.

Y el fascismo no se detiene nunca. Arrolla, silencia, pisotea cada vez a más colectivos y personas. Vendrá también, llegado el caso, por nosotros, y ese día debemos esperar lo peor. Lo supieron quienes padecieron dictaduras, cualquier dictadura, sea o fuera de cualquier signo (Hitler o Stalin). No olvidemos.

Repasando imágenes de Franco hallé la del “Desfile de la Victoria” en la Castellana (Madrid). Se hizo construir un arco en el que se leía “Franco, Franco, Franco”. Así, como se coreaba, tres veces Franco.

Como antídoto, se me acaba de ocurrir un lema facilón y sanador: “Democracia, democracia, democracia”. ¡Hala!, a rezarlo varias veces todos días. Porque hay motivos. Ya están diciendo por ahí, en la Puerta del Sol, alguna líder, que esto que tanto ha costado en vidas y presos y presas políticos, consenso constitucional y convivencia, no es democracia.

Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación

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Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.

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