Los misterios del color (III) - Su influencia en nuestra piel
Sobre la luz y el color se han investigado numerosas cuestiones, todas ellas asombrosas y que inciden muy directamente hacia nosotros, entre las que destaca su influencia sobre las sanación en las personas, como es el caso de exponer la piel afectada de forúnculos cuando es sometida a lámparas rojas, incluso los del sarampión y varicela, sanando mejor y en menos tiempo; también, el efecto que sus radiaciones caloríficas causan sobre los colores artificiales, siendo el color blanco el que más las rechaza al ser un color frío, mientras que el negro absorbe el calor fácilmente, lo que es aplicativo a la indumentaria, fachadas de edificios y ciertos adelantos de los que gozamos; igualmente, es beneficiosa contra la depresión, el raquitismo, la tuberculosis, la proliferación de bacterias y microorganismos, estímulo para la renovación celular, de la actividad sanguínea y sexual… y así un largo etcétera, pero con moderación, no excediéndonos para ponernos tan morenos, color que no es representativo de salud, sino todo lo contrario, pues es una moda de las tantas que nos atosigan negativamente. ¡Ah el humano y sus fantasías!
Ya lo sabemos, la luz y el color que encierra son imprescindibles para nuestra supervivencia. El invierno es ideal para tomar el sol, pero disponemos de poco, a pesar de vivir en un país donde es abundante. Sin embargo, en esta época invernal sus radiaciones también tienen efectos dañinos sobre la piel, especialmente de conjugarse con frío, viento, nieve, humedad o el exceso de calor artificial en las propias casas y allá donde vayamos, donde su concentración es muy resecante, derivando en sequedad o determinadas inflamaciones cutáneas. Estas dos causas podemos distinguirlas fácilmente: la inflamación permanece, en más o en menos, durante todo el año, mientras la sequedad cutánea se mantiene solamente en invierno o junto afecciones gripales. Para todo ello, aquí te expongo algunos remedios naturales que te serán de gran utilidad para tu piel:
- Sequedad: Limpia tu rostro por las mañanas y las noches con un limpiador a ex profeso. El agua del enjuague (siempre) deberá ser tibia o ligeramente fría y utiliza crema facial humectante como protector solar. Semanalmente, aplica una mascarilla natural a base de ½ aguacate y una cucharada de buena miel; déjala actuar durante 15-20 minutos. Te ayudarán a retener la humedad.
- Inflamación: Debes tener mucho cuidado cuando esto ocurra. Puedes aminorarlo sustancialmente con un té a base de manzanilla y sin azucarar. Déjalo enfriar. Después, moja un paño suave y pásalo por encima de las áreas inflamadas de tu rostro y déjalo actuar.
El aceite de oliva es otro remedio muy eficaz para pieles enrojecidas a causa de ser emoliente, humectante y cargado de ácidos grasos muy saludables. Aplícalo suave y ligeramente con un algodón, déjalo actuar durante 20-30. No lo enjuagues ya que la piel lo absorberá.
Otro remedio muy saludable: el yogurt natural sin azucarar aplicado en tu rostro con un pincel. Sentirás alivio y resultados inmediatos. Espera 10-15 minutos antes de enjuagar con agua tibia. También te servirá si tienes problemas de acné, aunque en este caso deberás usarlo con una cucharada de avena, debiendo obrar de igual manera, aunque te recomiendo también usar jabón de arcilla o avena.
Ambas cosas te servirán también para tus manos, las que deberás cuidar y mimar igual que a tu rostro en este invierno que nos ataca. Verás como la primavera se rinde a tus pies… Te lo mereces.
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