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Los misterios del color (II)

Tony Sanmatías

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¿Qué es color? La gran cuestión: algo que observamos pero que no existe, como os comenté la semana pasada. ¡Sorprendente! Solamente es un fenómeno observado mediante la descomposición de la luz (tal como lo vemos en el arco iris), lo que el hombre imita mediante colores artificiales para todo tipo de aplicaciones comerciales con el intento de hacerlos atractivos. Bueno ¿y qué?  Pues que se trata de una hipnotización natural inmerso en nuestro cerebro, lo que  expande la vista mediante los tres conos de color existentes en los ojos, el rojo, el azul y el amarillo, de no ser daltónico, quienes solamente ven uno o dos tonos. Por este motivo ciertos colores nos atraen y otros los rechazamos, mientras que en otras ocasiones nos atrapan los que hemos desplazamos anteriormente…  

A este respecto, hace unos días me dijo un amigo psicólogo: “Al influir en nuestro estado de ánimo, de estar deprimido algún paciente, le sugiero que elijan colores vivos y atrayentes, no solo en la ropa sino, además, para su cabello, complementos y habitáculos. Les insuflará mejor animosidad. Es más, en mi consulta dispongo de un test de colores, con los cuales determino su estado de entereza cuando escogen tal o cual color. Es un método rudimentario, lo sé, pero muy válido en primera instancia”. 

Le pregunté por algunos ejemplos, a lo que me contestó: “Preferentemente, un niño siempre escogerá el morado o el violeta, igual que harán las embarazadas y los ebrios. Es el color del misterio, de lo que hay después, tal como representa la indumentaria eclesiástica en celebraciones luctuosas; es más, contiene tanta sugestión hacia lo desconocido que también es el preferido por personas temerosas del futuro o del iniciado en alguna materia, sea intelectual o manual, como ha elegido el nuevo partido político Podemos, incluso el color de la muerte en algunas creencias, no por el fallecimiento en sí, sino por lo que significa el misterio de la muerte. El verde relaja, propio en los tapetes de juego. El azul es frío y aísla, ideal para habitaciones o salas donde se exija concentración y esfuerzo. El marrón significa aferramiento a la tierra, a la casa y a la familia, ideal para lugares donde se quiera estar tranquilo. El amarillo y el naranja son colores vivaces, alegres y optimistas, tendentes a ser elegidos por personas sanas, aunque el rojo los supera al ser el más recalcitrantemente activo; es el color de nuestra sangre, lo que representa la propia vida, no hay que olvidarlo, siendo el color preferencial de los más extrovertidos”.

¿Y el gris?, le inquirí. Me detalló: “Es el color del aburrimiento, más cuanto más oscuro sea. No en vano es un color resultante del entresijo de todos los colores básicos, los que se destruyen entre sí hasta formar un color negruzco. Es el color del que se rodean normalmente las personas mayores.

¿Y el negro?. Me contestó: “Es el color de la muerte, de la terminación, de la oscuridad eterna, en definitiva, la anulación del color y por lo tanto de la existencia. Es el preferido de quienes pretenden romper con la vulgaridad social y humana Les gusta a cantantes, músicos y de aquellas personas que en fiestas y actos sociales relevantes pretenden poner una barrera o distintivo absoluto ante otros asistentes.

Entonces…, el blanco, ¿qué significado adquiere? “Es la espiritualidad, el todo. Es el conjunto, donde están inmersos todos los colores, muy propio de místicos, filósofos y soñadores; también símbolo de alegría y viveza”, me contestó. 

Bien lo sabéis: “Para gustos, los colores…” ¡Y hay más de cien mil para escoger! Aprovecha el tuyo y disfruta… Y si quieres más… hazlo con el sol, que somos ricos en él, pero con moderación.´

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