Para qué y por qué ahorrar

Lo primero que se nos viene  a la mente es que hoy no es fácil destinar parte de nuestros ingresos a eso que llamamos ahorrar. Sin embargo, vamos a intentarlo para el próximo año…

¿Cómo podemos definir el concepto  de “ahorrar”…?

¿Es necesario que ahorremos hoy para el mañana…?

Se podría definir el concepto de ahorrar como la acción de  guardar hoy  un importe determinado del  dinero que recibimos para gastarlo en un futuro cercano o lejano.

Es la   diferencia entre ingresos recibidos y los pagos que efectuamos en un espacio de tiempo determinado, por ejemplo entre los ingresos mensuales y los pagos del mes.

Recomiendan los expertos en la materia que la cantidad que se debería de destinar al ahorro debería ser al menos  del 10% de los ingresos que obtenemos.

Hoy en día, quizás, es más difícil destinar  este 10%  de nuestros ingresos al ahorro; sin embargo, puede que sea el momento en el que deberíamos pensar destinar un porcentaje  de nuestros ingresos al ahorro para anticiparnos al mañana.

Las personas más jóvenes, edad entre los 18 y los 30 años, son los que tienen menos dificultad para ahorrar, y sin embargo las personas de entre 50 y 65 años son los que encuentran mayor dificultad hoy.

Sabemos que no es fácil, supone un gran esfuerzo que debe centrarse, con la ayuda de nuestro presupuesto familiar, en conocer nuestros gastos  y actuar sobre los gastos superfluos y sobre los gastos variables controlables.

El ahorro debe empezar por controlar los gastos e intentar obtener ingresos extras a través de los activos que tenemos; por ejemplo,  con el alquiler por horas de nuestra plaza de aparcamiento, compartiendo vehículo o vendiendo aquello que ya no necesitamos en internet.

Nos va a requerir un tiempo, un trabajo extra del que nos vamos a alegrar.

¿Y por qué deberíamos realizar este esfuerzo?

Se me viene a la cabeza el cuento de la cigarra y la hormiga. La hormiga trabajaba recogiendo alimentos para guardar durante la primavera y verano mientras la cigarra disfrutaba en el día a día sin pensar en el duro y frio invierno.

Meditemos unos minutos para reflexionar "para y por qué ahorro".

En función de la edad y circunstancias personales las respuestas serán diversas; cada uno de nosotros tenemos unos objetivos diferentes y unas motivaciones personales.

Por ejemplo, podemos plantearnos ahorrar para comprar una bicicleta, un coche, una vivienda, facilitar los estudios a nuestros hijos, adquirir muebles para el piso, llevar a cabo el  viaje de nuestra vida, para nuestra vejez  o imprevistos que nos pueden surgir.

Son diferentes las motivaciones que tenemos, aunque una gran mayoría ahorra para la jubilación, tener un complemento a la posible pensión pública.

Y posiblemente, la pregunta siguiente podría ser: ¿A dónde destino mi ahorro ante las alternativas que se presentan hoy con los tipos de interés tan bajos?

Pregunta que intentaremos responder próximamente…