Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
Un viejo cantaor
En 2013, en una de las primeras entrevistas de domingo que publicábamos en Cordópolis, nos sentamos con Fosforito en su nueva casa, la Posada del Potro. Antonio Fernández nos regaló más de dos horas de su tiempo gracias a su amigo Toni Blanco. Y nos dio un titular grandioso: “Yo solo soy un viejo cantaor”.
Fosforito era modesto y sencillo. En 1956 lo ganó todo en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Como una especie de hombre del Renacimiento, pero del flamenco, Fosforito era indiscutiblemente el mejor en todo. Aunque se definía como cantaor. Es como si hoy en día, en los Juegos Olímpicos, un mismo atleta ganase los 100 metros lisos, la prueba de 1.500 y el maratón. Una barbaridad.
Fosforito se ha muerto, precisamente, en pleno Concurso Nacional, que se celebra una vez cada tres años en Córdoba, el certamen más prestigioso para el flamenco. Y lo ha hecho casi como se celebra el concurso, sin hacer demasiado ruido, con humildad, con un poso, quizás, de tristeza. De nostalgia.
Antonio Fernández era uno de los últimos flamencos del hambre. Un niño de la posguerra que se ganaba la vida recorriendo las ventas de las sierras de Málaga, Córdoba y Sevilla, las de los antiguos bandoleros. Que se alimentaba de la leche en polvo que enviaban los americanos. Y que lograba unos durillos según la gente que había en la taberna.
Pero Fosforito supo construir un relato, superarse y formarse. Logró un saber enciclopédico en el mundo del flamenco. Se formó y creó escuela. Escribió letras que han trascendido como populares, pero eran de él. Y se ha muerto como un viejo cantaor, mayor, en su retiro de Alhaurín de la Torre. En el momento más internacional del flamenco, que viene del hambre, de la pobreza y de la miseria. Algo que no se le olvidaba.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
0