Los sobornados
Cuando en 2005 se levantan las naves de Arenal 2000 sobre los terrenos ocupados anteriormente por Colecor, siempre pensé que tenía que haber habido connivencia de distintos estamentos para que la “mayor parcelación” de la ciudad pudiera ser una lamentable realidad. Advierto que no soy un purista de la planificación urbanística y que entiendo la necesidad de flexibilizar las normas para adaptarse a las nuevas realidades y necesidades, pero la agresión urbanística y el desprecio a las leyes, al poder democrático y al sentido común y el buen gusto que siguen suponiendo las Naves del “sosio Gómez”, me parece la demostración palpable del nivel de deterioro de nuestras instituciones y su dependencia de unos poderes fácticos, más o menos conocidos.
Lo sucedido en nuestra ciudad es similar a lo que describe “Los sobornados”, película de cine negro del gran Fritz Lang, que trata la extensión a las ciudades medias del crimen organizado que asienta su poder en el soborno y, donde este no llega, en el crimen, alcanzando a personas de todos los estamentos públicos y privados. Los ciudadanos honestos reciben el mensaje de que o se rinde uno al poder mafioso o le pasarán por encima. Glenn Ford, en el papel del sargento Dave Bannion, intenta aclarar la muerte de un compañero que se suicida dejando una confesión de su pertenencia a una red mafiosa, y hasta la propia mujer del suicida se hace con la carta de denuncia para ejercer chantaje. Bannion acaba pagando su investigación con el asesinato de su mujer.
Conocemos sin níngún género de dudas que la faraona Aguilar permitió, al menos con su pasividad, la construcción de las Naves y que luego quiso protegerse imponiendo una multa ejemplar, que, por sí misma, se convirtió en incobrable. Obligó a todo su equipo de gobierno a asumir una decisión que atentaba a la línea ética que tradicionalmente defiende Izquierda Unida. Pero no fue la única responsable. El PP, con PePe Nieto al frente, no hizo causa del asunto, y ejerció una oposición estética falta de sinceridad, llegando a defender que, al fin y al cabo, podía suponer, como no, empleo. En la Gerencia de urbanismo, se comenzó informando en contra de la iniciativa y se fue evolucionando hacia buscar “comprensión” con el mayor infractor urbanístico de la ciudad.
En el PSOE, el asunto ha sido la muestra más absurda de su falta de proyecto de ciudad. El ambicioso Hurtado se mantuvo inflexible contra la actuación de la faraona Aguilar, hasta que recibió órdenes directas del defenestrado Velasco, que, sin embargo, le permitía centrar sus críticas en el “profe” Ocaña. La posición contraria del PSOE obligó a IU a pactar, sin luz ni taquígrafos, con el PP para intentar salvar los intereses de Arenal 2000. La posición prudente pero sensata de Paco García, originó un conflicto institucional entre la Junta y el ayuntamiento. En el último mandato IU-PSOE, el grupo socialista del pragmático Blanco, se comenzó con la misma posición defensora de la legalidad urbanística, hasta que apareció en escena el Padrino Durán, que llegó a visitar discretamente las Naves y a comprometerse a buscarle una solución al “sosio” Gómez. La posición de la Junta cambió en cuanto la faraona Aguilar ocupó el puesto de consejera y se llevó con ella su compromiso con Gómez. Por ¿suerte?, fue nombrada ministra y volvió la sensatez a la Junta. IUCA tuvo que ceder parcialmente, y preparar un plan de legalización que suponía eliminar una parte importante (15%) de lo construido.
Para resolver este asunto y otros similares, el “sosio” se presentó a las elecciones con la esperanza de ser decisivo. Su sorprendente resultado, que le ha convertido en segunda fuerza política de la ciudad, y que el señorito Arenas no haya conseguido gobernar la Junta, ha impedido hasta ahora que se cambiaran las exigencias. Por eso, no deja de generar expectativas, casi todas preocupantes, que el PP haya asumido un documento de legalización que se negó a apoyar hace dos años y que tendrá que pasar por órganos donde se sienta el propio infractor. Que en el PSOE haya consolidado su poder el Padrino Durán, que en la consejería esté el “cordobés” Planas y los tejemanejes en la sombra de la faraona Aguilar como diputada por Córdoba, anuncia tiempos para el escándalo político. Que IUCA mantenga al frente a Tintín Tejada, le obligaría también a ser “razonable” por ser corresponsables de la existencia de las Naves.
En “Los sobornados”, la propia policía no estaba muy de acuerdo en que Bannion siguiera investigando sobre la muerte de su compañero porque ocasionaba una mala imagen de la propia policía. Posiblemente, había más responsables policiales y políticos sobornados por el hampa a los que tampoco les interesaba que se moviera el asunto. En el ayuntamiento de Córdoba no debe gustar, excepto a UCOR, que vuelvan a la actualidad las Naves. En la Junta de Andalucía tampoco deben estar cómodos. El temor a que el “sosio” largue, ronda como espada de Damocles sobre sus cabezas. Los intereses particulares volverán a primar sobre los generales. ¿Hasta cuándo?
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