Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Tres amigas

Ángel Ramírez

0

Tengo una amiga que nunca termina las frases. A la mitad de ellas empieza a titubear y te mira reclamándote ayuda para que seas tú quien las finalice, deseando compartir una opinión o un punto de vista. Es como si se viera incapaz de transmitir lo que desde su particular mundo ve y requiriese de un médium para hablar con los demás, necesita traducir lo que intuye, porque todo en ella aparece apuntado de forma impresionista, nada es rotundo. Te pasa el testigo en medio de la frase, tú la terminas y entonces dice enfática ¡eso! o ¿verdad? Las conversaciones con ella son un puro juego de adivinanzas, estás todo el tiempo interpretando lo que ella quiere decir y sumándote, es una estrella ausente que recurre a un traductor creo que en el fondo para entenderse a sí misma, quiere confirmar que lo que piensa tiene sentido, que no se está volviendo loca, ella, que lo que más le gusta es sentarse a fumar cigarros liados en el porche de su casa.

Tengo una amiga que no para de hacer cosas. Es una hiperactiva que salta corriendo de la cama y se lía con lo que sea, se tiene en muy alta estima porque produce viajes, trabajos, eventos constantemente. Todo le resulta fácil porque la distancia entre una idea y su realización es cercana a cero, se trata simplemente de hacerlo. El problema es que llena el mundo de cosas que están siempre por medio, con tanto apresuramiento la mayoría de sus productos son más que prescindibles, y no entiende que muchas veces es mejor no hacer, presa de un barroquismo andaluz que produce la belleza, el progreso, por saturación. Si se puede hacer debe hacerse parece ser el mandato, y conecta muy bien con esto de los emprendedores, las start ups y los hechoasímismos, que nos están llenando el mundo de chatarra y distracciones, produciendo una epidemia cuyo alcance aún no conocemos.

Tengo una amiga que tiene una madre que se ha apuntado a Podemos. Ella, la madre, tiene 74 años, apenas ha cursado estudios, y nunca ha participado en un partido ni en movilización política alguna hasta hace unos meses. Se apuntó a Podemos y vio que lo tenía muy difícil, así que ha contactado con un técnico en informática para que le customice el ordenador y le de algunas clases del uso de herramientas como google plus o agora voting. Cuando se atasca allá que coge su portátil y va a ver a su técnico para que le ayude y pueda seguir participando en los foros de debate. Hace eso y plantarse en todas las mesas informativas y actos de calle que propone la organización. Su marido, de Izquierda Unida, y su hija, mi amiga, están muy contentos porque nunca la habían visto así, con su portátil, sus camisetas moradas y sus comentarios sobre el Telediario. Ya no necesito ver más encuestas, cuando tenga dudas le preguntaré a mi amiga que cómo anda su madre.

Etiquetas
stats