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Una sandía en un ascensor

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Ángel Ramírez

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Últimamente mi hijo Iago, cuando le saludo, “¡hola!”, me responde, “¡hola no!”. Así comienzo el día y así está hasta la noche. La primera vez me puse a pensar en qué significaba hola, y el alcance que tenía hola no, ahora me pienso cada palabra que digo, cada lugar común, y he descubierto que no paramos de decir tonterías. Probad y veréis.

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-Adivina, adivinanza, ¿qué es rojo y verde y sube y baja?

- Una sandía en un ascensor

Esta joya no es de Elena Medel ni Luna Miguel, me lo contó ayer mi hija y forma parte de las cientos de adivinanzas que tanto divierten a los niños. Ahora, cada vez que voy a coger el ascensor espero ver en cuanto se abra la puerta una sandía rodando de una esquina a otra.

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Iago está ahora muy pirata. Su ídolo es Garfio y no para de hablar de barcos, gorros, parches, espadas y loros. Si Iago fuese el alcalde de la ciudad estoy seguro que construiría un enorme barco pirata en la orilla del Guadalquivir. Le darían igual los informes de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo, la planificación, las opiniones de los historiadores, los planificadores, el sentido común. Me imagino el barco sobre una amplia base de cemento, con sus mástiles, sus pasarelas, su puesto de mandos, formando parte de uno de los perfiles más conocidos de la ciudad, integrado en ese escudo con la albolafia, el Alcázar y la Mezquita, y esperando a la próxima inundación para ser destruido. Menos mal que Iago no es el alcalde de Córdoba.

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A Iago también la encantan los aviones, tiene una vista de lince para detectarlos en el cielo. El avión 2016 se ha convertido en el símbolo del anterior mandato municipal, con IU y PSOE impulsando un proyecto de ciudad cultural que concluye con el absurdo de ese avión encaramado en la ribera, que se iba a convertir en una sala de conciertos, aunque hasta ahora solo aparecen los flamenquines y las berenjenas. El PP parece que quiere construir el símbolo de su mandato y nada mejor que ese barco pirata junto a un río que están convirtiendo en un parque temático del turismo de a 15 euros la ración y del religioso, un río domesticado para quedar bien en las postales y en los audiovisuales con vistas aéreas. Un barco pirata en el Guadalquivir, una sandía en un ascensor.

Fotografía: Eva Puche

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