Patios de Córdoba, la frágil intangibilidad
Es posible que al fin, hoy recibamos una buena noticia. La inclusión de los Patios de Córdoba en la Lista para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, lista que depende de la UNESCO.
Un reconocimiento de esta envergadura será sin duda bien recibido en la ciudad, especialmente por los abnegados propietarios, aquellos quienes, en palabras del periodista de Radio Córdoba, José María Martín, “transmutan su espacio privado en espacio público sin recibir nada a cambio”.
Sin embargo, va a llegar este reconocimiento exterior sin que los propietarios apenas hayan podido recabar el reconocimiento interior. Digo esto porque, no hay conversación con las cuidadoras de alguno de los patios que no empiece o termine con un lamento por el escaso apoyo económico que se recibe desde el Ayuntamiento o mencionando el nulo apoyo, sangrante vacío, incomprensible desapego de los hosteleros.
Recordemos que la fiesta deja 3,3 millones de Euros¹ en Córdoba y sin embargo, Córdoba le entrega a los Patios solo 150.000€².
Los que conocemos de cerca el entramado en el que se sustenta el concurso de patios, sabemos que el esfuerzo, el tiempo y la generosidad de esta gente no está, ni de lejos, compensada con un puñado de premios y unos plantones de geranio. Se puede hacer una cuenta rápida de las horas que necesita un patio, para comprender porque se exponen “solo” cincuenta, de los más de cuatrocientos que podrían entrar en concurso. Y es que, es un sacrificio personal tan elevado, que no es corriente encontrar voluntarios para hacerlo.
En definitiva, cuando se conozca la alegre noticia, a quien únicamente habrá que felicitar es a las propietarias y propietarios, a Chari, a Rafael, a Concha, al Langosta, a Leo, a tantos y tantas que se dejan las manos y las horas para hacernos felices enseñándonos sus paisajes ocultos.
Dicho esto, cuando se lee detenidamente la documentación del expediente para ser incluidos en la Lista, inevitablemente se recuerdan algunos otros factores de peso que deben ser valorados en su justa medida.
Si bien el modo de vida, el tipo de relaciones de vecindad que se desarrollan en torno a esos espacios son un intangible con un interés innegable, no es menos cierto que esa forma de vivir en comunidad ha desaparecido casi por completo. A esto sumamos una característica, la tipología arquitectónica que da sustento a ese modo de vida casi desaparecido, que tiene una personalidad propia, claramente diferenciada del resto de hábitats que nos circundan. Es decir, actualmente tiene tanto interés, el continente como el contenido. Sobre todo si tenemos en cuenta que el momento culminante que defendemos como candidato a la Lista, es el Concurso, ese revoltijo de personas, plantas y propietarios que se da en el mes de Mayo y que tan alejado está del verdadero uso y significado del Patio.
Por último, justo en el punto medio entre las relaciones sociales que se entretejen en el patio y lo puramente arquitectónico se encuentra otro factor intangible que tiene no menos peso, la planta, la maceta, su cuidado, el de la consideración de los patios como jardín. La cultura de jardinería popular y urbana tan específica que se destila en Córdoba, su transmisión de generación en generación, su complejo listado de especies, la forma en que son cultivadas, conservadas de un año a otro, dispuestas sobre el soporte construido... Así lo expresa Rosa Colmenarejo³ en su artículo “Aproximación a una ontología del patio. Paisajes cotidianos para comprender el siglo XXI”:
Sólo elevando los patios a su originaria dignidad estética de jardines, y alejando en lo posible presupuestos utilitaristas que agotarían su esencia en muy poco tiempo, se estará contribuyendo a sostener una forma de vida urbana única e irrepetible y socialmente imprescindible pues sólo lo bello puede llegar a ser manifestación de la infinitud como valor tal y como es reclamada por Assunto en su obra para todo aquello que requiera, además, la categoría de "útil".
Conclusión, somos muy afortunados... tengamos o no reconocimientos externos.
¹Datos de 2011 según estudio del gabinete F&J Martín.
²Cuantía aproximada del presupuesto global del concurso. A la dotación por participar (2.000€ de media por patio), se suman los premios en metálico de las dos categorías del Concurso, “arquitectura antigua” y “arquitectura moderna o reformada”.
³Rosa Colmenarejo es Licenciada en humanidades por la UCO y Paisajista. “Aproximación a una ontología del patio. Paisajes cotidianos para comprender el siglo XXI”. Publicado en ALFA, revista de la asociación andaluza de filosofía, año XIII, nº 26-27, enero-diciembre 2010.
Más información sobre el expediente de nominación.
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