Paisaje. Libertad y memoria.
Tomar conciencia del paisaje como patrimonio común que debe ser preservado, es una cuestión indiscutible desde hace lustros. Otra cosa es que se haga todo lo posible por esta preservación y, ya sean las administraciones, las empresas o nosotros mismos, la ciudadanía, cumplamos con la obligación de conservar y mejorar nuestro entorno con la intención de legarlo en mejores condiciones que cuando nos lo encontramos.
En nuestra ciudad tenemos ejemplos de destrucción del paisaje por todos conocidos, acciones de empresas privadas actuando en beneficio propio y en connivencia con el Ayuntamiento, como las urbanizaciones de la Carrera del Caballo, que arrasaron hectáreas de dehesa y bosque mediterráneo, u otras lamentables actuaciones. Pero por suerte, también tenemos ejemplos de lo contrario.
Así, la acción de regeneración paisajística del entorno de la Prisión Provincial de Córdoba, que se lleva a cabo por personas internas en la misma, es una loable iniciativa que nos debe hacer reflexionar. Al amparo de la Fundación para la Biodiversidad en su programa “Acción de voluntariado para la biodiversidad” y con la colaboración de los monitores de Acción Ecologista Guadalquivir, es un magnífico proyecto enmarcado en el Aula de la Naturaleza de la prisión, que cumple una doble función regeneradora, en las personas y en el entorno natural.
Este tipo de acciones nos recuerdan que somos nosotros mismos, cada uno desde su posición y con sus circunstancias, los principales defensores del paisaje que nos circunda. Actuemos pues en su defensa, si no, quedaremos huérfanos de paisaje, que es tanto como quedarse sin recuerdos, sin referencias, sin asideros...
0