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¿Cuándo se convirtió Bill Harrigan en Billy The Kid?

Sebastián De la Obra

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Pudo nacer, como Bill Harrigan, en tierras de Arizona o Nuevo México, pero nació en tierras extremeñas. Hace una semana se le vio paseando por la calle. Lo filmaron y llegaron a realizarle un par de preguntas. Desasosegado y con aspecto cansado se escapaba como podía de la cámara y de quien le preguntaba. Balbuceaba ¡que me dejen en paz! Nuestro pequeño hombre se escabulle del cámara y atraviesa una calle parecida a la de Fort Sumner, termina escapándose en un taxi madrileño.

Hubo un tiempo en que Bill Harrigan practicaba el orgullo de ser blanco. Era esmirriado, chúcaro y soez. A los doce años militó en la pandilla de los Swamp Angels (Ángeles de la Ciénaga). Todo esto ocurrió antes que Bill Harrigan se convirtiera en Billy The Kid. Un día, después de matar a un mejicano, Bill se transformó en Billy The Kid. Desde ese momento Billy concedía apretones de manos y aceptaba adulaciones, hurras y whiskies. Como nuestro hombrecillo.

El periodista requería una explicación, solo recibió una respuesta (y no es lo mismo). No sabemos el día exacto en el que nuestro personaje logró la fama y se transformó en Billy el Niño. Sí sabemos que a lo largo de muchos años alcanzó el finisterre de la infamia. Como Bill Harrigan convertido en Billy The Kid.

El esmirriado, chúcaro y soez hombrecillo, que cruza rápido la calle madrileña, se llama Antonio González Pacheco y un día se convirtió en Billy el Niño. Inspector del Cuerpo Superior de Policía. Segundo de Roberto Conesa, jefe de la Brigada Político Social de la dictadura franquista. Su fama de Billy el Niño le viene dada por su extrema crueldad con sus víctimas. En 2014 una jueza argentina solicitó su extradición para ser juzgado bajo la acusación de torturador. La Audiencia Nacional rechazó esta solicitud porque los delitos habían prescrito. ¡Vaya con el tiempo!

No le deseo nada. Me conformo con su respuesta cobarde y con haber visto su rostro. Supongo que sus víctimas no pensarán lo mismo, ellas piden una explicación (no una respuesta).

Nota: Borges escribió un magnífico relato titulado El asesino desinteresado Bill Harrigan. Está incluido en su Historia Universal de la Infamia.

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