La vida es telenovela

A veces pasa que miras para el cielo y te preguntas... ¿me están grabando? Sólo falta que en ese instante suene la música de la cabecera de tu telenovela y salgan unas letras rosas... No, no, esto es la realidad, que como se suele decir, siempre supera a la ficción. Esta sensación, compartida por otros paisanos, me ha ocurrido con frecuencia este último año. ¿Quién ha escrito este guión? Yo no, pero... de repente, soy absorbida por la trama, soy parte de ella... y se mantiene la tensión argumental hasta el próximo capítulo.

¿No os suena? Pues os aseguro que En Tierra Extraña En Tierra Extrañaes bastante común escuchar en la calle conversaciones, o bien que tus “amistades” te incluyan en una “plática” en la que tu pareces espectador de una de esas series dramáticas de media tarde. Celos, amantes, venganzas, amores imposibles, amistades interesadas, aparentar y callar lo evidente con una media sonrisa en la cara... Os juro que estos temas pasionales están al orden del día, aderezado con grandes frases de grandilocuencia y profundidad lorquiana. Todavía flipo con algunas. Luego alguien me deja caer eso de... “qué complicada eres española”. Y es cuando se me salen los ojos de las órbitas. El mundo al revés. ¿Yo? ¿Marian, la cordobesa del Campo de la Verdad? Si tengo un problema te lo digo, si tienes un problema te ayudo, si siento algo palpitando fuerte dentro del pecho, lo expreso sin andarme por las ramas... Sinceridad, lealtad. Luego ya vienen las canciones dedicadas de Juan Gabriel o Paquita la del Barrio en la radio para desgarrarse la garganta cantando con pasión, pero en el día a día, callan por no aparentar vulnerabilidad y ocultan verdades o mienten sólo para quedar bien y ser diplomáticos a tus ojos.

Es algo desgastante para un andaluz. Estoy deseando muchas veces que den comerciales (anuncios) para tomar un “break” en este difícil asunto de comunicarse -profundamente o superficialmente- con gente salida de las telenovelas de Tv Azteca o Televisa. Con permiso... me retiro del casting.