La dictadura del narco
Hay asuntos que aunque empiece un nuevo año no cambian... Por desgracia. Y en México la violencia por el problema del narcotráfico no cesa ni en fechas festivas. La última noticia que ha saltado a la primera página de la prensa -también internacional- es el asesinato de la presidenta municipal (alcaldesa) de
Temixco, en el vecino Estado de Morelos, aledaño al DF. Gisela Mota había tomado posesión de su cargo un día antes de su asesinato a manos del narco, del que ya hay tres presuntos detenidos acusados de su autoría y ligados, como no, al negocio del narcotráfico.
Muchos amigos me preguntan por estos asuntos que encabezan titulares en las noticias de las tres también en España, la desaparición de los 43 estudiantes del caso Iguala y las constantes muertes de periodistas en estados controlados por narcotraficantes. Desde el Estado, el gobierno de Enrique Peña Nieto, es muy difícil manejar el control del poder de estos delincuentes en las presidencias municipales, en las fuerzas de seguridad dependientes de estos gobernadores conchabados con los poderosos narcos. Esa seguramente sea la razón del homicidio de Mota, sólo un día después de su toma de protesta: no haber querido ser partícipe de ese oscuro negocio que controla el estado de Morelos (estratégico para los cárteles), no querer mirar para otro lado mientras que controlan la región. No es la primera vez que sucede... aunque sí en este nuevo año que estrenamos hace 4 días.
Peña Nieto ya quiso enfrentar el reto el año pasado de controlar mejor los gobiernos locales creando un Mando Único de seguridad, tratando de asegurar que son agentes limpios de toda sospecha de corrupción y amiguismo con el enemigo omnipresente. En la descoordinación de fuerzas de seguridad es más fácil encontrar un escollo por el que colar la fuerza oscura del dinero negro y a espuertas. El asunto es de solución compleja y más este año que deberá enfrentar unas elecciones a las alcaldías y gobernatura con tanto en juego... aparte de las vidas de gente inocente, como el caso de esta alcaldesa, que quieren un México libre, sin extorsión, sin violencia, sin sangre.
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