Sus Primeros Días. La Alimentación.
No es nada fácil llegar a casa con un bebé en nuestros brazos y la responsabilidad de sacarlo adelante cuando se tienen tantas dudas, sobre todo si somos padres y madres primerizos o nuestro bebé nació antes de tiempo.
Al principio todo es confusión por no estar seguros de si seremos capaces de reconocer los mensajes del bebé, por no saber si éste se estará alimentando correctamente o por no terminar de comprender la naturaleza de ese llanto inconsolable. Nace un bebé, pero también nace un padre y una madre.
Sé que es difícil y más aún cuando no se tiene la suficiente experiencia, por ser nuestra primera vez. La gente esto lo sabe, te notan el miedo en el cuerpo, y esto los alimenta. Sin darte cuenta ni pedirlo, has activado el detonador que conlleva una inevitable reacción en cadena de todo tu entorno más próximo, lo cual a su vez, despliega una ayuda no solicitada y un aluvión de consejos bienintencionados, que confunden más que aclaran y lo peor, minan nuestra confianza y nos hacen sentir pequeñitos.
Contra esto, oídos sordos, más no se puede hacer. Contra la duda, vamos a intentar aclarar algunas cosillas de esos pequeños seres que cohabitan con nosotros para conseguir tener algo se seguridad, a ver si conseguimos ahuyentar a las fieras…..
He pensado dedicar unos cuantos lunes a las dudas principales que surgen al principio, sobretodo en esta etapa de la cuarentena, donde aún no nos conocemos (padre, madre y bebé) y todos necesitamos reforzar nuestra confianza. Cada lunes hablaremos de un tema en concreto. Entre ellos tocaremos el sueño del bebé, el llanto, sus emociones, sus necesidades básicas, la puericultura, ….etc. El objetivo es facilitar a los padres y madres herramientas para adquirir confianza y seguridad en el manejo y la crianza de ese bebé.
He decidido inaugurar la sección con La Alimentación, pues considero que es el tema que más preocupa a los padres/madres con mucha diferencia, sobre todo al principio.
¿Por dónde empezamos?
Por el principio, lógicamente. Aunque habremos de diferenciar si el bebé se alimenta al pecho o con el biberón.
Comenzaremos con el bebé alimentado al pecho, que es donde suelen surgir las dudas. Más adelante, hablaremos de la lactancia artificial a la que dedicaremos otra entrada en exclusividad.
La Lactancia Materna (LM) empieza en el mismo paritorio si es posible, y si no lo es, nada más llegar a la habitación, en los primeros minutos y las primeras horas. Conviene tener algo de información al respecto sobre el agarre del bebé, la posición de la boca, la prevención de grietas, etc. y esas tareas deberíamos llevarlas hechas de casa para que la LM comience con buen pie. En las clases de preparación al parto que nosotros impartimos, la LM se lleva muchas horas de docencia, pues entiendo que es muy necesario tener las ideas muy claras ya que los primeros días son un modo de poner a prueba nuestros conocimientos. La LM siempre se ha transmitido de madres a hijas, pero por desgracia, nuestra generación perdió ese referente social y cultural, y de ahí nuestras dudas y nuestra vulnerabilidad.
Asumimos que los padres ya tienen esa información requerida y saben con certeza cómo deben comenzar con el pecho (si fuera necesario, podríamos ir tocando estos temas también dentro de nuestros “Lunes Temáticos”, aunque no es el objeto de esta entrada, pues de esta forma la eternizaríamos y dispersaríamos la información, y no es lo que pretendo).
¿Cómo sé que mi bebé se está alimentando?
Al principio es muy difícil saber si el bebé está alimentándose, pues aunque le ves mover la boca, no tienes certeza de si se estará alimentando correctamente, es decir, si estará tomando leche.
Hablemos pues de los signos que me hacen tener la certeza de que mi bebé está recibiendo leche correctamente.
Signos de transferencia correcta de la leche.
Cuando separas al bebé del pecho notas que hay humedad alrededor de su boca. Esto significa que en algún momento el bebé ha estado en contacto con la leche de su madre. Además, cuando pones al niño a mamar, los bebés empiezan a lactar con los puños cerrados y los brazos muy pegados al cuerpo. Progresivamente, cuando el bebé va saciándose, empieza a relajar puños y brazos, y poco a poco, los va dejando en posición extendida y abiertos. Por ello si un bebé se duerme al pecho, estos signos nos servirán de ayuda para saber si hay que espabilarlo (pues sigue con puños y brazos flexionados, aunque duerma), o lo dejamos tranquilo hasta que vuelva a pedir (ya que entonces la toma ha sido eficiente, el bebé estará saciado y dormirá plácidamente un ratito…)
Por parte de la madre, hay un par de signos que nos pueden hacer salir de dudas. En primer lugar, hablamos del Reflejo de Eyección. Este reflejo se estimula por vía neurosensorial cuando el bebé succiona, lo cual estimula a su vez la secreción de oxitocina, cuya misión no es otra que contraer los conductillos galactóforos para facilitar que el bebé reciba la leche en su boca. El reflejo de eyección es bilateral por lo que algunas madres notarán que sale leche a la vez por el otro pecho, lo que significa que el bebé está mamando. Igualmente, la mamá irá notando que sus mamas se van ablandando progresivamente a medida que avanzamos en la toma, nos entra mucha sed y además nos dará incluso algo de sueño mientras damos de mamar, pues las hormonas de la lactancia dan somnolencia.
De acuerdo, esto nos indica que hay transferencia de leche al bebé, pero demos un paso más.
¿Cómo sé yo, que la cantidad de leche que recibe mi bebé es la correcta?
Muchas veces la duda reside en si tenemos leche suficiente para alimentar a nuestro bebé o por el contrario tenemos poca y vamos a necesitar suplementar.
Partimos de la base de que la producción de leche es proporcional al estímulo recibido, quiere esto decir que si yo tuviera que aumentar la producción de leche, bastaría con ponerme al bebé mucho más a menudo durante algún tiempo.
En este caso, es decir, para saber si mi bebé mama lo suficiente, tendremos que hacer caso a otros factores o signos que nos van a indicar que todo va bien.
Ganancia de peso.
La primera semana es probable que el bebé no gane nada de peso o incluso pierda hasta un 7% de su peso al nacimiento (lo cual consideramos normal, incluso hasta una pérdida no superior al 10%). Hay bebés no obstante, que compensan las pérdidas y hacen peso sin problemas. Por tanto la primera semana de vida, el peso no nos sacará de dudas salvo que esté por debajo de los valores de pérdida fisiológica permitida. A medida que pasa esta primera semana, el bebé debe ir haciendo una media de unos 20 gr. diarios, lo que supone un incremento de entre 100 y 200 gr. semanales. Esta ganancia de peso se mantendrá así hasta casi los cuatro meses, tiempo en que disminuirá a unos 80-150 gr./semanales hasta los seis meses y de nuevo volverá a disminuir de los seis a los doce a unos 40-60 gr./semanales. Es lógico que no podríamos seguir creciendo al mismo ritmo que al principio pues entonces a los dos años seríamos algo parecido al muñeco Michelín, jejeje. Esta disminución de peso confunde mucho a los padres y a menudo los hace interpretar erróneamente que “estamos perdiendo la leche”.
Volviendo a la cuarentena, que es lo que nos ocupa, si el niño está dentro de esos parámetros de ganancia de peso, más o menos regulares, el niño está bien alimentado.
Actitud del bebé: tranquilo, despierto y activo entre tomas.
¿Imagino que alguna vez habéis visto a un bebé con hambre, no? Eso no es un niño, eso es una auténtica fiera….luego si tu bebé duerme plácidamente entre toma y toma, y cuando se despierta lo ves activo y mirándolo todo, no tengas dudas de que no está pasando hambre.
No hay signos de aletargamiento.
Importante es comprobar que no está aletargado, porque esto nos puede hacer pensar que el niño es muy dormilón cuando en realidad aquí si podría estar sufriendo una hipoglucemia o una deshidratación que merezca toda nuestra atención y urgente. Se diferencia porque un bebé aletargado está siempre como flojito, no mama con fuerza, a veces ni se agarra al pezón y si lo consigue, no tiene fuerza para sacar la leche. Le levantas los bracitos y los ves con poco o ningún tono muscular. Pero eso es diferente a un bebé que tras mamar se duerme plácidamente, pues el segundo, cuando se despierte estará activo y pedirá con ganas mientras que el primero, apenas se despierta y seguramente ni pedirá de mamar. Ojo, aquí tendríamos que acudir a urgencias de forma inmediata.
¿Moja de seis a ocho pañales diarios?
Los bebés al principio mojan muchos pañales, del orden de 6 a 8 más o menos al día. Lo normal es que lo hagan sin problemas pero es importante estar muy pendiente de esto al principio, mientras confirmamos si la lactancia se ha instaurado correctamente.
Si no mojara el mínimo de pañales, podemos tocar su fontalela superior con sumo cuidado. En el caso de que esté hundida hacia adentro, podría significar que el bebé está deshidratado, en cuyo caso nos vamos a urgencias. Si tenemos dudas, también.
¿Cuántas cacas hace al día?
Al principio, las primeras cacas son de color negruzco y muy pastosas, se las conoce como el meconio y son expulsadas en las primeras 24 a 48 horas tras el parto. Tras esto y durante las dos primeras semanas, el bebé debe de hacer una o dos cacas al día, de color amarillo mostaza y fluidas. Más adelante puede no hacerlas todos los días e incluso saltarse alguno que otro, pero esto con la LM es normal.
Por tanto, si tu bebé hace su peso regular, duerme plácidamente, permanece despierto y activo entre las tomas, moja sus pañales y hace sus caquitas y si encima nos dedica una sonrisita de cuando en cuando.........tranquilos que tenemos un bebé sanote y con ganas de comerse el mundo.
Si a pesar de comprobar todo lo dicho, tienes aún dudas, entonces lo mejor es que consultes con tu médico, que a buen seguro estará deseando responder a tus preguntas.
No prestes mucha atención a los consejos que no vengan de profesionales, créeme, te enredarán más que conseguir liberarte de tus dudas.
Venga, mucho ánimo, nadie nace sabiendo, los padres/ madres tampoco.
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