Cordópolis y Datta Capital, un acuerdo para que el valor añadido se quede en Córdoba Redacción Cordópolis

La pérdida de peso tras el nacimiento es algo bastante frecuente y además, algo que conviene aclarar, puesto que a veces induce a errores y a prácticas no recomendadas como la suplementación con leche artificial sin que exista indicación para ello en la mayoría de los casos.
No es extraño que cuando los padres nos acercamos a la farmacia a la semana de recibir el alta hospitalaria tras el parto, nos invada la triste sensación de fracaso y decepción a partes iguales por el hecho de que nuestro recién nacido, lejos de ganar peso como esperábamos, lo haya perdido. Bueno, vamos a intentar aclarar a qué se debe esta pérdida de peso y por qué, si está dentro de unos límites establecidos como normales, no debe preocuparnos.
A todos los bebés cuando nacen se les pesa y mide para tener estos datos registrados y valorar así la evolución del bebé en los días posteriores. Contrariamente a lo que se cree, la pérdida de peso más importante no se produce a la semana, sino en las primeras 24 o 48 horas tras el parto y ésta oscila entre el 5 y 7 % del peso al nacimiento. Tengamos en cuenta que la cuantía de la pérdida es muy variable de unos recién nacidos a otros y depende de muchos factores, tanto que ni siquiera hay un consenso sobre cuál es la pérdida de peso estimada como normal. Hay bebés que pierden más y otros que a penas pierden, no obstante, sí que hay consenso en que la pérdida de peso no debería superar el 10% del peso al nacimiento y que preferiblemente debería situarse entre el 5 y 7%. Pongamos un ejemplo. Un bebé que pesa 3300 gr al nacimiento, debería de hacer una pérdida de peso no superior a 330 gr (10%), aunque sería preferible que estuviese contenida por debajo de 230 gr. (7%).
Visto esto, analicemos cuáles son las causas de que esto ocurra y qué hacer en caso de que la pérdida de peso sea normal o superior a la esperada.
Te damos las razones de la pérdida de peso y los factores de confusión a tener en cuenta:
Algunos niños sin embargo le dan la sorpresa a sus padres de que en lugar de perder, nos ganaron peso y esto es una sensación de lo más reconfortante para ellos y toda la familia, que lo celebra por todo lo alto. Y ¿esto a qué se debe? Pues básicamente a que a pesar de hacer la pérdida como el resto de los niños, lo más probable es que nos haya tocado un/una zampabollos que se ha puesto las pilas comiendo esta semana y ha conseguido compensar su pérdida de peso inicial antes que el niño de tu vecina, que está el pobre encanijao, según sus abuelas.
A partir de la pérdida de peso inicial, el bebé va remontando (lo vimos aquí). Lo ideal es que vaya ganando a razón de unos 20 gr. al día y poco a poco alcance de nuevo el peso que tuvo al nacimiento y esto se consigue entre el 7 y 10º día tras el parto . Desde este momento, los bebés empiezan a ganar entre 100 y 200 gr. semanales hasta más o menos los cuatro meses, y a partir de aquí empezarán a ganar menos, pero tened en cuenta que no todas las semanas hará el mismo peso, por tanto tampoco conviene obsesionarnos con ello.
¿Cómo conseguimos que recupere el peso?
Poniendo al bebé tan pronto como podamos al pecho y constantemente. Mientras más a menudo lo hagamos, mejor. Y si el bebé es dormilón, deberemos despertarlo para que mame, al menos las primeras semanas hasta garantizar que todo funciona, luego a demanda. Si el bebé hace pipí y caca cada día, está despierto entre las tomas y demanda activamente, no hay que preocuparse, conseguirá remontar el peso en los primeros 7 a 10 días.
¿Y si mi bebé ha perdido más del 10% de peso al nacimiento?
Hay que ponerse en contacto con un profesional médico (su pediatra) que nos valore qué estado presenta el bebé y si la situación es normal o por contra el bebé presenta algún signo clínico que nos haga pensar que algo no va bien. En este caso habrá que ver si la lactancia está correctamente instaurada, si la madre produce suficiente leche, si las tomas son las adecuadas o si el bebé presenta anquiloglosia (frenillo) o alguna anomalía que le pueda estar dificultando el agarre o la toma de leche. En el caso de necesidad de suplementación, si es posible, se debería hacer con leche maternal preferiblemente antes que con leche artificial y con la técnica dedo-jeringa (te lo enseñamos aquí) para evitar interferencias con el agarre y el biberón.
Recomendaciones para el bebé que perdió más de la cuenta o no consigue remontar:
Ánimo, y confía en tu capacidad amamantadora. Lo más probable es que todo vaya bien, pero si necesitas ayuda, recuerda que los profesionales estamos a tu disposición para ayudarte a resolver las pequeñas incidencias habituales.
Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz
Médico Especializada en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.
Máster en Nutrición Clínica, Alimentación, Obesidad y Nutrición Vegetariana. Universidad de Barcelona
Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil
Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos
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