No hay dos sin tres....
Tres años ya, tres maravillosos años dando rienda suelta a mi pluma digital y a mis reflexiones personales y profesionales.
Y aquí sigo, un lunes más, esforzándome para que este proyecto siga creciendo. Y se me está haciendo igualmente duro, cual maternidad, no creeros. De nuevo afloran en mí las luces y las sombras, como también lo hacen en el largo camino que te hace recorrer tu maternidad.
No creeros que es fácil sacar tiempo cada domingo para escribir las cosas como a mí me gustan. Porque escribir es una cosa, pero dotar de contenidos a lo que escribes conlleva, documentarse, buscar evidencias, actualizarse y tratar de mantener una coherencia profesional y personal -que implica un trabajo de campo invisible- y eso es algo muy diferente.
No creeros que es fácil estrujar a tus oxidadas neuronas para sacar algo medianamente interesante que contar y que no sea repetir o más de lo mismo. Y vencer tu pereza o sobreponer tu compromiso a tentadoras propuestas de otra naturaleza, probablemente más apetecibles. Más, cuando es un proyecto completamente altruista.
Pero como a un hijo, se le quiere y se le cuida incondicionalmente. Y siempre prevalece el sacrifico maternal incondicional e innato, que te ilumina el camino. Y este es mi gran proyecto, ese que he parido yo y que sé que tengo que cuidar, mimar y hacer crecer, porque es mi responsabilidad elegida de forma voluntaria. Y aquí sigo y seguiré un año más o los que hagan falta mientras pueda. Basta mirar las veces que se comparte tu esfuerzo para serenar tus deseos de abandonar. Basta el calor de los comentarios recibidos para comprender que a alguien ayudan de cuando en cuando tus palabras. Basta simplemente el sentirme bien conmigo misma cuando lo hago, aunque solo a mí me ayude. Y eso me da la fuerza, me reaviva mi deseo de seguir y me vuelve a mostrar el horizonte limpio, claro y luminoso.
Muchas gracias a mis incondicionales lectores por estar ahí cada lunes esperando mis desvelos. Y gracias también a aquellos otros que aparecen por aquí quizás por puro fortuismo, pero que también se paran a mirar y comparten, aunque no sea de su interés. Y a los que me han ofrecido sus críticas porque también de ellas he aprendido mucho, gracias también.
Perdón por faltar algunas veces a mi cita con vosotros, porque hay momentos en los que necesito anteponer las necesidades de mi familia o mis propias necesidades profesionales y/o personales y os dejo esperando. Esas veces son realmente duras para mí, pero también me propuse hacer de este reto algo positivo para mí y no quiero agobiarme o sentirme mal, quiero disfrutarlo y sentirlo vivo, sin sentirme culpable por si algún día no llego. Y hay muchos que no llego.
Al igual que con mis hijos, este proyecto me está haciendo crecer como profesional, como madre 2.0 y como persona, y con toda seguridad, os lo debo a vosotros que me transmitís vuestro calor y cercanía.
Y gracias a Cordópolis por elegirme y confiar en mí como profesional para este reto, y cómo no, a Rafa Madero, que me aguanta y soporta mis paridas y neuras.
Y seguiremos aquí -siempre intentando disfrutarlo en positivo- mientras me queden fuerzas y ganas. Y de momento, suma y sigue.
Gracias, una y mil veces más.
Autor: Dra. Mª Isabel Martínez Muñoz
Médico Especializada en Educación Maternal y Recuperación Puerperal.
Especialista en Sofrología, Asesora de lactancia Materna y Educadora de Masaje Infantil
Directora del Centro de Educación Maternal C.E.M. Los Arcos
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