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Compartiendo Sensaciones

María Isabel Martínez

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Reconozco que soy muy preguntona… me gusta preguntar mucho en mis clases, y cuando empiezan los cursos y las presentaciones del grupo, siempre dedico un tiempo a preguntar a los papás (y mamás, por supuesto, pero hoy nos ocupamos de los papás) qué tal llevan el embarazo y cómo se sienten.

Es curioso porque muchos papás te dicen como muy extrañados que experimentan muchos síntomas propios del embarazo. El otro día nos confesaba un papá literalmente: “el embarazado parezco ser yo”. Entre risas y complicidad nos confesaba con una gracia típica andaluza (que eso no lo hay en ningún sitio nada más que en nuestra tierra) que tenía náuseas y vómitos, que había engordado lo mismo que su pareja,  que tenía cambios de humor que a él mismo le sorprendían y que ¡¡había tenido antojos!!…y me preguntaba, doctora ¿Esto es normal?

Jaja, le contesté: no … no eres un bicho raro, ¡¡tranquilo!! Estás sufriendo un Síndrome de Couvade. Imaginaos su cara…

Bueno, lo explicamos un poquito.  El término “couver” significa en francés incubar o criar. El papá experimenta algunos síntomas propios de la gestación, como pueden ser:

  • Náuseas y vómitos
  •  Aumento de peso
  • Calambres
  • Cambios de humor
  • Irritabilidad
  • Antojos
  • Dolores abdominales parecidos a las contracciones del útero.

Afecta entre un 10 y un 65 % a los padres, y uno de cada cuatro, consulta a su médico por ello.

La causa no está muy clara pero podría deberse a una reacción química que desencadenan los cambios hormonales de su pareja gestante y que parece elevar los niveles de cortisol y prolactina en el hombre.

También puede estar relacionado con la vivencia del embarazo. Son hombres tan comprometidos con él, que se sienten solidarizados con su pareja hasta el punto de experimentar las mismas sensaciones que ella. Por regla general, suelen ser hombres muy implicados en la gestación y en la crianza de sus hijos. Y se ve mucho en las parejas que son muy cariñosas y se ven muy unidas.

El aspecto negativo de este síndrome, es que algunos padres experimentan celos desmesurados o incluso un miedo a la paternidad no reconocido y preocupación desmedida por el futuro.

Otras veces la causa no aparece. En cualquier caso, ayuda tomarlo como algo normal, hablarlo con la pareja y vivirlo con naturalidad. En casos más intensos, podría venir muy bien ayuda psicológica para asimilar  el proceso.

Suele ceder tras el parto y el aspecto positivo es que estos padres empatizan mejor con sus parejas y pueden comprenderlas mejor porque saben cómo se sienten ellas de forma más cercana. Suelen ser buenos padres y se implican mucho en la crianza de sus hijos.

¡¡Y a algunos hombres le encanta sentirse así! Pues a disfrutarlo…..

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