Buscando ballenas
Lo que antes era una afición de biólogos se ha ido convirtiendo en una oferta turística cercana y accesible. Ver ballenas, delfines o tortugas tiene el añadido de poder disfrutar de lugares protegidos únicos pues sus rutas suelen estar muy cerca de líneas de costa vírgenes y poco pobladas. Puede ser una buena forma de navegar y de visitar, de forma sostenible, un destino playero y de disfrutar, con respeto, de la naturaleza. El número de destinos balleneros ha ido creciendo conforme lo ha hecho la infraestructura para visitarlos, pero os resumo algunos con enlaces para profundizar:
Playa Uvita, Costa Rica. En este pedacito del Pacífico transitan ballenas jorobadas que surcan el océano desde el Antártico hacia las playas mexicanas e incluso más al norte. La zona está protegida por el Parque
Nacional Marino Ballena, un espectacular paraje de manglar, selvas y playas salvajes entre las que destaca Uvita, con un precioso cabo que se adentra en el océano, curiosamente con forma de cola de ballena. Es también una gran zona para pillar tortugas y delfines. Todo con un simple paseo en barco unas horas. Junto al acceso al parque se suceden empresas como ésta, especializadas en el avistamiento y con licencia para entrar en el recinto protegido.
En Hermanus, a una hora y media de Ciudad del Cabo, se encuentra otro punto transitado por ballenas y por turistas. Afirman que desde allí no hace falta ni subirse a un barco para verlas. Las que más pasan por este punto entre el Atlántico y el Índico son las ballenas francas. Se ven
entre julio y noviembre, llegan hasta la bahía para aparearse.
Puerto Pirámides, Argentina. Enclave situado en la península Valdés del impresionante sur de Argentina, la infinita Patagonia. Se ven ballenas francas entre septiembre y octubre. También en Península Valdés hay otros lugares poblados de orcas a comienzos y finales de cada año. Los expertos destacan Punta Norte, el golfo de San José y Caleta Valdés.
Otro punto caliente es República Dominicana, con fantásticas costas caribeñas para disfrutar. Allí se pueden ver ballenas jorobadas, especialmente en la espectácular bahía de Samaná. Es un lugar elegido por éstas para parir gracias a la temperatura y riqueza de sus aguas.
Tarifa. Cádiz. Un último punto mucho más cercano es, cómo no, nuestro Estrecho de Gibraltar. Junto a Tarifa tenemos un pasillo entre el Atlántico y el Mediterráneo privilegiado para poder ver especies diversas (además de cachalotes, orcas, diversos tipos de delfín…), muchas en compañía de sus crías en pleno proceso de crecimiento. Quedan otros sitios que pasan por América, África y el norte de Europa. Hay muchas webs, como ésta, con información.
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