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Una imagen garantía de seguridad

Rafael Ávalos

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Cada vez son más hermandades las que recurren a la copia digital de sus titulares como modo de salvaguarda | La empresa Global Scan 3D escanea y logra modelos tridimensionales de las tallas

Parece una fotografía sobre un fondo negro, pero no lo es. No se trata de una instantánea al uso. Aunque en modo alguno lo es, en realidad refleja una operación bien diferente, más compleja. Es el resultado de un proceso de escaneado en tres dimensiones, que permite obtener una reproducción exacta de una talla. Es la fórmula que ofrece Global Scan 3D a las hermandades para contar con una copia digital de sus titulares; es una garantía de seguridad para las cofradías de cara a, Dios no lo quiera, un posible percance que produzca deterioros en las imágenes e incluso una pérdida hasta ahora, quizá, irreparable. De ahí que cada vez sean más las corporaciones que opten por este recurso que es el mejor posible tanto para la protección de las tallas como para su restauración o una nueva realización, si el caso se tuviera que dar. Es el futuro al servicio del mundo cofrade.

El proceso, aunque pueda resultar excesivamente complicado, es sencillo. Tanto que en apenas unas horas, todo está dispuesto para obtener esa copia digital. Lo explica el encargado de aportar ese seguro a las hermandades, Jesús Rodero. Utiliza escáneres tridimensionales que capturan millones de puntos, que son coordenadas de volumen. Esta información, la recoge un avanzado software que la convierte en archivo digital. “Es como si midieras cada centímetro de tu cuerpo. Lo que está más cerca, está más cerca y lo que está más lejos, está más lejos. Eso va conformando un modelo tridimensional”, expone el responsable de Global Scan 3D, que ya ha realizado copia digital al Santísimo Cristo de la Misericordia, el Cristo del Remedio de Ánimas o el Santo Cristo de la Salud. Precisamente es el titular de la hermandad del Vía Crucis el último en tener esa reproducción informática. “Es como si estuviésemos utilizando una cámara de vídeo, lo que pasa es que en vez de capturar imágenes, captura puntos”, aclara sobre un aparato, el escáner, que tiene el aspecto de una plancha.

Ése es el primer instrumento, aunque no el único ni principal -quizá todos tienen la mismo importancia en la operación-, que utiliza en el proceso de escaneado. Existen muchos tipos de escáner, apunta Rodero, que emplea uno de alta resolución en estos trabajos. Éste “va lanzando una serie de flashes muy rápido y tiene varias cámaras que van recibiendo esa información. Se va auto posicionando y el software sabe interpretar esa especie de fotografías como distancias. A partir de ahí, reconstruye por medio de algoritmos matemáticos un modelo tridimensional”. De ahí que el portátil que lleva en la mochila no es tal, sino un ordenador “curiosito” en lo que a prestaciones se refiere. Es una estación de trabajo, capaz de dar forma a todos los datos que obtienen los escáneres, que actúan en micras. Esto permite que “cualquier pequeñísimo arañazo, cualquier detalle” sea capturado para después ser reproducido. Lógicamente, el archivo resultante tiene un peso importante, aunque varía según el contenido. Está entre los 20 megas del más pequeño a los más de 20 gigas del máster, que es el que serviría posteriormente para trabajar en caso de que sucediera algo.

Aunque también sería posible con las copias que ocupan entre 200 y 300 megas, las intermedias, que con cualquier ordenador podrían ser visualizadas sin problema. Una vez terminado el proceso de digitalización, la imagen está lista para en cualquier momento ser reproducida en tres dimensiones. “Se puede imprimir o fresar en 3D. En el caso de las tallas, lo ideal es llevarlas a unas máquinas que se llaman de control numérico y que al fin y al cabo son unas fresadoras muy avanzadas. Les metes tu archivo informático, tu tronco de madera y va fresando”, relata Jesús Rodero. De esta forma, si una imagen está dañada en alguna parte, “se sustituye, se policroma otra vez y ahí no ha pasado nada”. Este proceso tiene distintas ventajas respecto del seguido hasta hace poco tiempo en la protección de las tallas o en su restauración, que se llevaba a cabo. “Lo que se ha hecho siempre es utilizar carillas de cera, pero claro, hacer un Cristo entero a base de trocitos de cera, tenía su aquél. Últimamente se hacía con moldes de silicona y de ahí se sacaban los positivos en escayola, yeso. El problema es que estos métodos son invasivos”, apunta para destacar que el uso del escáner “no es dañino, por lo cual no sufre la policromía”. Otra ventaja es “que un brazo de escayola lo tienes que guardar en algún sitio” y esto es un archivo digital.

Además, supone un ahorro de tiempo y otras condiciones como que la imagen “la puedes sacar con textura, con color”, algo significativo también de cara a la devoción que profesan a sus titulares las hermandades. En cuanto al proceso que sigue, Jesús Rodero explica que es meticuloso, ya que va “escaneando y haciendo un pre procesado”, con el fin de que no quede ningún detalle sin capturar. En cuanto a las copias, si la talla tuviera alguna zona de deterioro, suele realizar otra duplicada con éste subsanado. Utiliza en ese caso un programa de modelado en tres dimensiones. Por otro lado, al tratarse de nuevas tecnologías, que no frenan en su avance, existe la opción, que ofrece Global Scan 3D a las cofradías de “ir actualizando los ficheros si hay formatos nuevos”. En definitiva, esta digitalización de imágenes supone un recurso óptimo para que las corporaciones puedan tener una completa salvaguarda de sus titulares.

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