El Gran Teatro se llena de sones cofrades
La Orquesta de Córdoba ofreció este domingo, bajo la dirección de Manuel Pérez, el tradicional Concierto de Cuaresma | El repertorio no sólo estuvo abierto en esta ocasión a marchas con sello de la ciudad
El Domingo de Ramos está cada vez más próximo. Son 13 los días que restan para que comience la Semana Santa. Es así como la actividad en las hermandades resulta cada vez más intensa, tanto como el deseo de los cofrades de Córdoba de volver a vivir la Pasión en las calles de la ciudad. Lo cierto es que el incienso y el azahar ganan poco a poco terreno al tiempo que los sones cofrades suenan con mayor asiduidad. Este fin de semana, sin ir más lejos, fueron diversos los conciertos que ofrecieron diferentes formaciones cordobesas en actos de distintas corporaciones, como el Prendimiento, el Cristo de Gracia o la Sagrada Cena. Pero también fue momento para que las cornetas y los tambores, para que trompetas, trombones y cajas, por ejemplo, dejaran paso a violines, violonchelos o contrabajo.
La Orquesta de Córdoba tomó protagonismo este domingo en el panorama cofrade de la ciudad gracias al tradicional Concierto de Cuaresma Fundación Cruzcampo, que cada año representa una de las citas más importantes del calendario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías para este tiempo litúrgico. La cita tuvo lugar, como es habitual, en el Gran Teatro y fue seguida por el propio presidente del organismo que aglutina a las corporaciones cordobesas, Francisco Gómez Sanmiguel, que estuvo acompañado por la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y por el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento y responsable de relaciones con las hermandades, David Luque. Desde el palco del edificio de Menéndez Pelayo con Bulevar del Gran Capitán escucharon, como hicieron centenares de cofrades un repertorio que esta vez recogió marchas de la Semana Santa de otras localidades.
Por supuesto, la música de sello cordobés volvió a estar muy presente en la gran interpretación que ofreció la Orquesta de Córdoba, dirigida por Manuel Pérez. Debido a la celebración del Año Jubilar de la Misericordia, la marcha elegida para abrir el concierto no fue otra que “Misericordia, Señor”, de Dámaso Torres. En la primera parte del recital sonó también, entre otras, “Paloma de Capuchinos”, que compusiera Francisco Melguizo en honor a María Santísima de la Paz y Esperanza. En la segunda etapa de la noche, la música sevillana ganó peso con marchas tan reconocidas como “Estrella Sublime”, de Manuel López Farfán, o “Candelaria”, de Manuel Marvizón. Por supuesto, “Saeta Cordobesa” sonó en el Gran Teatro sólo seis días antes de que José Juan Jiménez Güeto pregone la Semana Santa, que ya está aquí como quien dice.
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