Un partido Mas
Uno no sabe lo pequeño que es hasta que se le coloca al lado un grande. Y no voy a hablar de fútbol, sino del documento audiovisual que el Córdoba CF realizó para potenciar marketinianamente su encuentro ante el FC Barcelona. Sí, ese que no agradó al Presidente de la Generalitat, Artur Mas.
¿Mal gusto? Puede, dependiendo de cómo se mire. Pero efectivo a nivel de impacto. La acción, redundante y cansina por los precedentes reales, tuvo anoche sus consecuencias en el prestigioso palco del Camp Nou. Allí, Mas, que no vio el partido, mantuvo un encuentro más que llamativo y nada predecible.
En la disputa entre el Barça y el conjunto blanquiverde, el recién investido President plantó cara al descarado mandatario cordobesista para advertirle que “si quiere volver a hablar mal de alguien sin conocerle, como mínimo lo pueda hacer con cierto conocimiento de causa”, según se detalló en Catalunya Radio.
Con aplomo, el máximo dirigente del equipo andaluz, Carlos González, aguantó el tipo refiriendo que se alegraba de haberle conocido. A su vez, con un Mas en tono serio y sin ironías, como aseguran los presentes en el dicha cita, tuvo el también arrojo de invitarle a tierras califales a la par que le detalló que la próxima vez que hablara del alto cargo catalán, por su aguante y formalidad empleada, lo haría en términos más positivos.
Dicha reunión, que duró lo mismo que un carrusel de anuncios en medio de una película, sirvió para que González casi de manera simultánea rulara por las principales emisoras nacionales y por el canal de televisión autonómico catalán, gozando de nuevo, de unos minutos de popularidad que a precio de coste tendrían un valor sumamente elevado.
En esta ocasión, González, que defendió por encima de todo al cordobesismo, practicó una nueva campaña autopromocional que además, consiguió suprimir del debate público sobre el abultado resultado que había obtenido su equipo (5-0). Sin comerlo ni beberlo, el presidente cordobesista regresó a los medios, esta vez, sin tenerlo previsto y sin coste alguno.
A Gónzález hay que reconocerle su capacidad para estos menesteres, a pesar de los pesares. A Mas, la entereza con la que asumió lo que muchos califican como una broma de mal gusto. En el fondo, lo vivido antes de los octavos, en realidad fue algo más que un vídeo, como lo de anoche fue un partido Mas.
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