¿Flores en lugar de empresas?
Entre las muchas consecuencias que tiene la cosa esta que nunca se acaba, que se sigue llamando crisis aunque ya está demostrado que es algo más, y que terminará por cambiar definitivamente nuestra forma de vivir y de entender el mundo, está el uso cada vez más frecuente en el lenguaje común de palabras y expresiones como prima de riesgo, default, rating, subprime, agencia de calificación, etc. También del uso de figuras retóricas como los archifamosos e inexistentes brotes verdes o la reciente y ridículamente cursi pequeña flor de invernadero de Luis de Guindos empeñado en que lo peor ya ha pasado. ¿Lo habían oído antes? Ya ven, dice el ministro de Economía y Competitividad estar convencido de que en los próximos meses tendremos crecimiento positivo. Eso sí, si se continúa con las reformas económicas, mejora la financiación y se reduce el déficit fiscal. Riego y abono para que la pequeña flor de invernadero se convierta en una planta frondosa, dice. En una planta carnívora digo yo.
¿No les suena raro eso del crecimiento positivo? Mi madre que sabe mucho de economía, de la de verdad, de la doméstica, y que es persona leída y rigurosa, no sale de su asombro ante esta perversión del lenguaje, y con desconfianza razonable y espíritu crítico piensa que suena muy raro. ¿Crecimiento positivo? Si crecer es aumentar, ¿es que existe crecimiento negativo para que tenga que aclararlo? Verás, le digo, existir no, no existe, le digo yo. Pero se dice. Eso es un oxímoron, responde, ya sabes, unir dos palabras de significado opuesto y originar un nuevo sentido con la expresión. Como accidente afortunado, comida basura, fuego amigo, o comisión eficiente, ¿no? Se dice decrecimiento, no crecimiento negativo. Parece un eufemismo para que parezca otra cosa, ¿verdad? Parece que nos tomen por tontos. Deberían decir la verdad, no enmascararla y llamar a las cosas por su nombre. Decrecimiento. ¿No nos estarán engañando? No se, es posible. Venga déjalo, que te vas a preocupar demasiado.
Pero el ministro ha hablado de crecimiento en los próximos meses (le quito lo de positivo, que sobra). Crecimiento que indicaría que la crisis ha quedado atrás. Y mientras Luis de Guindos se encandila con su flor, pequeña aún, de invernadero, necesitada de muchos y delicados cuidados, un informe elaborado y publicado por Axesor, que se define como la primera agencia de rating (una de esas palabras de uso cada vez más frecuente y antes casi desconocidas para la mayoría) española, anuncia que el año 2013 se cerrará con un record en concursos de acreedores en España, situación coherente con la situación de extrema gravedad que atraviesan la economía financiera y la economía real. España pierde masa empresarial (mientras nace la florecita), advierten, y es posible que se estén expulsando por el mercado empresas eficientes y viables afectadas por la falta de financiación y el retraso en los cobros por el aumento de la morosidad, pública y privada.
Los problemas de fondo siguen ahí, la reducción del gasto público no ha animado la inversión privada y ha retraído el consumo, la desconfianza aumenta, la insolvencia crece el tráfico comercial entre las empresas se reduce, y no se anima el crédito bancario al sector empresarial. Me gusta pensar que los del rating se equivocan, y que acierta el ministro, pero me temo que no. ¿Le cantará de Guindos, como hacía Nino Bravo, a su flor de invernadero? No dejes que el tiempo, flor de invernadero, pase y te marchite, y queme así tus sueños, lalalalala, no quiero que mueras sin haber visto el cielo.
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