Un megaproyecto para Morente

Como lo oyen, sí un megaproyecto, pero no es una fábrica de transformación de productos agrarios, tan magníficos que se producen en la zona, que daría cientos de puestos de trabajo, como los daba la extinguida Azucarera de El Carpio, que desapareció de un plumazo, con la perdida que supuso para la zona. Tampoco se va a instalar una fábrica de componentes electrónicos, ni algo similar, que ocupara a cientos de jóvenes muy preparados y con capacidad para especializarse, y exportara al resto del mundo.

El megaproyecto que nos tienen reservado para Morente, Bujalance, El Carpio, Pedro Abad, Montoro, o sea, para la Comarca Cordobesa del Alto Guadalquivir es una megaplanta de energías solar que formaría un inmenso espejo tan grande como 840 campos de futbol, instalado entre la carretera Nacional IV, la carretera de Córdoba a Jaén, Pedro Abad, llegando al casco urbano de Morente, en unos terreno casi todos de regadío y de olivares, que además, por su calidad agrícola, la misma Junta de Andalucía ha autorizado últimamente, la ampliación del riego de  400 fanegas de los mismo.

En estos terrenos, ahí es donde los promotores han encontrado las ventajas:  por la radiación solar, la conexión a la Red Eléctrica Nacional, por los accesos y comunicaciones del terreno, ahí es donde quieren instalar su megaplanta solar, para exportar energía eléctrica a costa de arrasar nuestros campos, modificar negativamente el medioambiente y empobrecer a sus gentes. Ni los promotores ni las Administraciones competentes  han valorado los  perjuicios que provocaría este proyecto para la zona ni para quienes la habitan. Los  expedientes de estos proyectos llevan tiempo dando vueltas por los despachos de las distintas Administraciones, recibiendo informes técnicos y parabienes, de unos y de otros, “sin que nadie se percatara”, porque el expediente tiene truco, y es que el macroproyecto solar está troceado en su tramitación para no levantar sospecha de la ¡barbaridad que se quiere realizar en la zona!, así cuando se acordara, todo está autorizado y listo para ejecutarse, y más cuando la opinión pública está tan sensibilizada con el cambio climático, ¿Quién se va a oponer a la energía solar como energía limpia?, se habrán preguntado.

Pero lo que no han previsto los promotores de estos proyectos y los responsables de las Administraciones que han autorizado estos expedientes, es que cuando la ciudadanía se da cuenta del atropello y el riesgo que supone para su entorno paisajístico, su ecosistema, las tierras que les dan de comer (indistintamente de quiénes sean sus propietarios, un marqués o el vecino de enfrente), sus formas de vida, las vivencias en sus pueblos, y que su futuro se pone en riesgo, en ese momento, es cuando se crea la unión y solidaridad para luchar contra el atropello a unos intereses que son de todo/as y que están dispuestos a defender de cualquier manera.

Lo que está pasando con la megaplanta solar que quieren situar en Morente, nos debe hacer reflexionar de los riesgos futuros que se avecinan con las implantaciones incontroladas de la energía solar, que pueden liquidar el futuro de nuestras tierras. Hay que asegurarse, con estudios serios, dónde  instalar y cuanta superficie agrícola productiva se puede sacrificar de los mejores campos de Andalucía para colocar placas solares.

La generación actual,  somos los herederos del patrimonio territorial recibido, y los responsables de dejarlo a las generaciones futuras en igual o en mejores condiciones, tenemos el deber y el derecho a participar en la ordenación Territorial y la delimitación de sus usos, como indica la Carta Europea de la Ordenación del Territorio, y la define como: “expresión espacial de las políticas económica, social, cultural y ecológica de toda sociedad”, y que debe ser democrática, global, funcional y prospectiva, en la que todo ciudadano debe de tener la posibilidad de participar por estructuras y procedimientos adecuados, en defensa de sus legítimos interéses y del respeto debido a su cultura y marco de vida.

Estamos ante un problema que supera ampliamente cualquier posicionamiento ideológico o divergencia política entre Partidos, Instituciones y Ayuntamientos de la Comarca Cordobesa del Alto Guadalquivir. La Sociedad Civil, junto a sus Representantes Institucionales, con los medios legales a su alcance y con la presión social necesaria, tenemos  que parar este atropello y poner las medidas necesarias para evitar nuevas situaciones en nuestra comarca que pongan en riesgo su futuro.

Ramón Romero Ramírez.  Exalcalde de Bujalance y Morente, desde el año 1979 al 1987