Si a su hermana de tres años, el hermano de cuatro le quita la cera plasticolor verde con la que está dibujando, la hermana empezará a llorar desconsolada. Puede ser “violencia intrafamiliar”.
Mucha gente considera a sus mascotas como si fueran de su familia. Si le vacilas al gatito, juegas con su ovillo de lana, se lo quitas de cerca del bigote y juegas a que te lo arrebate, te puede pegar un arañazo con la zarpa porque está harto de que le vaciles. Puede ser “violencia intrafamiliar”.
Si un ventiañero zumbado acaba a hostias con su presunta novieta tras espiar las redes sociales a las puertas de una discoteca, algun lumbrera podría considerar eso como “violencia intrafamiliar”; sin haber compartido ni mesa ni techo, ni llamarle a nadie suegra o suegro.
Si un hombre divorciado –o separado, o en trámite- secuestra, presiona, maltrata o es capaz de matar a los hijos de una familia que ya no existe, alguien será capaz de llamarlo en un parlamento democrático “violencia intrafamiliar”.
Intra es un prefijo, que en la morfología de nuestro idioma es un afijo que se coloca antes de la raíz de una palabra (el lexema) y lo transforma. Afijo es un término que suena a nombre de viento mitológico. Es como si los Afijos sacudieran la superficie de las palabras y las convirtieran en páramos desolados borrando de su faz el significado.
Intra significa “en el interior de algo” o “hacia adentro”.
Ultra también es un prefijo y significa “más allá”. Puedes jugar con él y con tu idioma y decir ultramar, ultrasonido o “ultracabrón-a” –que no está en el diccionario pero está bien construido.
Incluso la propia palabra “prefijo” incluye pre, que significa “antes”.
Por ejemplo, “prehistoria”: lo que consideramos anterior a la historia escrita. Parece algo remoto, pero viendo como se usa intra yo diría que es presente y, lo que es peor, futuro inminente y chungo.
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