Fábula del pianista que nunca será
Como lo mismo puedo estar aquí que estar allí, como tantos otros, debo confesaros que en mi agonía, mis últimas y célebres palabras fueron: “quiero volver para estudiar piano”.
Nadie le hizo caso a lo que a mí me parecía una declaración de importancia sin igual. Una verdad insoslayable, una frase nacida de la voluntad.
Y estoy aquí otra vez y no tengo ni puñetera idea de cómo encadenar tres acordes seguidos en un piano de pared heredado.
Debo ser un discurso vacío, un cúmulo de intenciones, un disfraz de melancolía inútil. Un nadie.
Soy como un descendido de división, una grada en silencio, un derrotado en primarias, un repetidor de secundaria.
No debo ser el único así, me temo.
No sé los demás, yo he decidido volver a morir.
A ver si la vida tiene sentido.
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