Una piraña en la bañera
La villa romana de Santa Rosa será subastada para saldar la deuda con un fondo de inversión
Si usted se tropieza en una misma frase con “villa romana”, “subasta” y “fondo de inversión”, lo más probable es que la cultura esté a punto de saltar por los aires. Por separado, los tres conceptos no ofrecen ninguna particularidad reseñable. Pero si los mezclas en una misma oración es como si metes en una bañera a un bebé recién nacido con una piraña.
Pues bien. En 2003, una empresa constructora levantó un edificio de viviendas en el cordobés barrio de Santa Rosa. Cuando comenzó a remover los cimientos apareció una colosal villa romana del siglo II y un impecable mosaico. La Comisión de Patrimonio les otorgó la máxima protección prevista en la ley y determinó que se trataba de la villa romana “mejor conservada de Córdoba”.
La Junta y el Ayuntamiento financiaron la excavación y restauración del hallazgo arqueológico con 240.000 euros de dinero público, mientras que se redactó un proyecto para habilitar un centro de interpretación. Veinte años después, la villa romana sigue durmiendo el sueño de los justos y el centro de interpretación es un conjunto de disposiciones técnicas alojadas en cualquiera sabe qué cajón de la administración local.
Y ahora es cuando aparece la piraña. La constructora en cuestión había contraído una deuda con un fondo de inversión internacional denominado Voyager Investing, con sede en Londres. El débito estaba respaldado por una garantía hipotecaria valorada en 878.436 euros (costas e intereses al margen). Y la constructora ha aceptado saldar la deuda con la villa romana, que será subastada con la tutela del juzgado.
La Ley de Patrimonio Histórico de 1985 dictaminó que todo objeto de valor arqueológico que se encuentre en el subsuelo será un bien de dominio público. Cómo hemos llegado a la metáfora de la bañera, el recién nacido y la piraña es un enigma que alguien alguna vez tendrá que explicarnos.
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