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Nosotros y el mundo

Aristóteles Moreno

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Buenos días a los cordobesistas y al resto del pueblo

(Canal Blanquiverde)

De acuerdo que el término cordobesistas alude aquí a los seguidores deportivos de un equipo de fútbol. De acuerdo también en que la frase fue escrita en Twitter en los días en que el Córdoba se enfrentaba al Barça en la Copa del Rey y la temperatura patriota se eleva por encima de lo recomendable. Pero no me digan que la expresión no deja un halo inquietante que se mete en los huesos. Por ejemplo: esa fractura sin concesiones entre los cordobesistas y el resto del mundo. Entre los auténticos y los impostados. Entre los creyentes y los apóstatas. Que es una división muy frecuentada en estos días de fragor nacionalista.

Usted puede ser, por ejemplo, un buen español o un ciudadano cualquiera. O sea: un señor con sangre en las venas, que se desvive por la unidad territorial, que abraza la identidad inmutable del ser nacional, con sus grandes virtudes y sus valores intransferibles, dispuesto a batirse en duelo con

los separatistas y a boicotear el cava cuando así lo aconsejen las circunstancias. O, por el contrario, puede ser un pusilánime sin alma, un individuo insípido que ni siente ni padece, ajeno a los grandes retos de la España eterna.

Puede ser también un buen catalán o un vecino sospechoso. Es decir, un individuo consciente de lo catalán, defensor de lo catalán, de sus tradiciones y sus rasgos identitarios, con carné fundacional del Barça, votante de lo nuestro, soberanista convencido, orgulloso del país (catalán). En caso contrario, es usted un ciudadano corriente, un presunto español, una pieza administrativa del Estado.

O puede ser un perfecto andaluz o una franquicia centralista. Ya puede usted haber nacido en Ronda o tomar gazpacho andaluz un día sí y otro también. Lo importante, lo crucial, es profesar los mandamientos de la identidad colectiva. De lo contrario, puede usted encontrarse cualquier mañana con que le den los buenos días como cordobesista o como resto del pueblo. Y no es, por lo visto, lo mismo.

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