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Javi Sánchez: “He aprendido de la vida gracias a lo que he pasado”

Javi Sánchez, jugador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad Futsal | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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La suya es una historia de superación. Tanto que es un modelo a seguir. Aunque él en realidad cree que no lo es más que esas otras muchas personas con una experiencia similar. Francisco Javier Sánchez Barrena (Córdoba, 1989) es un auténtico ejemplo al convertir un cáncer en una enseñanza vital y una oportunidad de crecimiento. “Es una bestialidad lo que se aprende”, asegura sin dudar respecto de la enfermedad contra la que le tocó luchar con apenas 19 años. Jugaba en el RAM León de División de Plata (actual Segunda) de fútbol sala y soñaba con cotas mayores cuando un Linfoma de Hodgkin (tipo de tumor linfático) le hizo “parar” su vida. Dos años de lucha terminaron, por fortuna, felizmente y el jugador retomó su andadura. La enfermedad es ahora sólo parte de un pasado del que habla con absoluta normalidad en un presente en el que disfruta de la aventura en Primera del Córdoba Patrimonio de la Humanidad.

Javi Sánchez, como se le conoce a nivel deportivo, reemprendió su camino con más ilusión si cabe no sólo en las pistas. Acabó sus inconclusos estudios de Magisterio de Educación Física y acto seguido se lanzó a completar un Ciclo de Radioterapia, al que después siguieron otros de Documentación Sanitaria y de Imagen para el Diagnóstico. Lo hizo y hace todo mientras rellena con éxito su hoja de servicios en el fútbol sala. El jugador regresó a su ciudad el pasado verano para sumarse al proyecto del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, cuyo ascenso vivió en Hungría. Allí terminó por lograr un doblete al ganar Copa y Liga, como también supo que su siguiente objetivo era volver al hogar. “Por mi cabeza no pasaba otra cosa que no fuera venir aquí”, cuenta.

Ahora viste de blanco y verde. Lo hace sobre una pista en la que imaginó tiempos de Primera cuando apenas era un adolescente y su color era el azul del Adecor. Ocurría eso cuando el club que presidía su padre, Manuel Sánchez Barona, aspiraba a lograr un hueco, como Grupo Pinar, entre equipos míticos como Inter Movistar -entonces Boomerang Interviú- o ElPozo Murcia. El ascenso de la entidad que fue gran referente en materia de cantera no fue posible y como muchos otros cordobeses tuvo que salir en busca de un porvenir deportivo. Aun con el trance del linfoma, Javi Sánchez forjó una carrera que después de más de una década le permite pisar al fin el parqué de Vista Alegre como jugador de Primera. Su reto actual es ayudar a la permanencia del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Y, en cierto modo, hacer posible que otros hijos pródigos como él o Lolo Jarque (que fichó en 2018) también retornen.

PREGUNTA. Dime la verdad, ¿pensaste alguna vez que llegarías a jugar en Córdoba en Primera?

RESPUESTA. Nunca. Creo que era impensable después de aquella época del Grupo Pinar, que fue el intento más cercano que hubo de jugar en Primera. No había nada en Córdoba que tú dijeras: puede salir otro equipo y llegar a la élite. Creo que nadie se podía imaginar que se iba a llegar a Primera. Y con la afición cordobesista detrás.

"Nunca pensé que llegaría a jugar en Córdoba en Primera"

P. Hablas del Grupo Pinar y precisamente iba a plantearte que quizá de adolescente lo veías de otro modo, a lo mejor con el Adecor…

R. Claro. Yo he estado en la base del Adecor desde pequeño y era cadete y venía de mopa a los partidos. Me acuerdo del play off de ascenso en Segunda contra el Barça, que estaba Vista Alegre abarrotado. Y yo viviéndolo en pista de mopa. A partir de ahí no se había visto en Córdoba capital un fútbol sala de élite. Son recuerdos súper bonitos aquellos y verme ahora jugando en la pista en Primera es brutal.

P. Aquel proyecto se perdió, como muchos otros, por la falta de apoyos. A tu regreso, ¿has percibido que haya cambiado la situación en este sentido?

R. Creo que es una pena que en aquella época no se llegara porque había una muy buena infraestructura. Yo me he criado en el Adecor y lo he vivido de cerca todo. Se hacían las cosas muy bien con muy pocos recursos. Creo que la gente del Adecor está viviendo con un poco de nostalgia todo esto; con que ellos lo tuvieron tan cerquita y no pudieron lograrlo. Creo que también para el Córdoba Patrimonio ha sido un ejemplo esa gestión del Adecor en su día, creciendo con la gente de casa hasta llegar a la élite y a partir de ahí traer a gente de fuera. Creo que pueden ser proyectos similares.

P. Por cierto, en la cantera azulona coincidiste con, entre otros, Bebé. ¿Cómo fueron esos años en el club más prolífico que tenía la ciudad?

R. Yo disfruté mucho. Además era un equipo de barrio, por así decirlo. Los entrenamientos eran en el Colegio Andalucía en aquella época. Teníamos un grupo muy bueno, chavales a los que nos gustaba el fútbol sala, que disfrutábamos. Además teníamos muy buenos equipos en todas las categorías. Incluso cuando llegamos a juveniles hicimos una selección cordobesa prácticamente. Competimos a nivel autonómico, ganamos una Liga Nacional Juvenil, fuimos al Campeonato de España… Fue una época preciosa.

"Creo que la gente del Adecor está viviendo con un poco de nostalgia todo esto"

P. Me gusta mucho eso de equipo de barrio, que aquí son la mayoría: el Adeval, el Apademar, el Modas Levante… Y de ahí han salido otros como Lolo Jarque o Andresito. Pasáis de jugar en pistas de colegios a grandes pabellones. ¿Quizá sea ése el encanto del fútbol sala en Córdoba?

R. Si analizas la situación de cada jugador de los que estamos en la plantilla, la mayoría de Córdoba capital, es súper bonita la historia. Al final son jugadores que han crecido en la base de equipos de barrio y que poco a poco han ido creciendo, subiendo categorías, jugando en selecciones provinciales y que han llegado a coincidir en un equipo de su ciudad en Primera. Es de película. Si escribieras un guion sería perfecto y creo que es también un premio a ese trabajo de cantera, que en Córdoba ha sido muy bueno durante muchos años. Ha habido ligas locales en categorías bases muy buenas, de mucho nivel. El premio puede ser un poco lo que estamos viviendo nosotros ahora, que un grupo de cordobeses de esas ligas locales ha llegado a jugar en la élite en su ciudad.

P. Me surge una duda tonta, ¿de pequeños soñabais con llegar a la profesionalidad o era simplemente una diversión?

R. Yo, sinceramente, me lo he tomado siempre como una diversión. Es verdad que no deja de ser un trabajo llegado a este punto pero no me lo tomo como tal porque estoy haciendo lo que me gusta. Desde pequeño creo que me lo he tomado siempre igual y aceptando cada paso como viniera. Lo importante es eso, disfrutar de cada pasito que das y si llega uno más grande, pues a disfrutarlo. Pero no mirar más allá.

P. Ahora cuéntame un secreto, ¿la pasión por el fútbol sala te nace o viene de tu padre?

R. Viene de casa, evidentemente. De pequeño jugaba al fútbol sala y al fútbol, en el Fray Albino, equipo de mi barrio también, y yo el fútbol sala lo he tenido en mi casa desde que nací. Tanto en el Adecor como en otros equipos, porque mi padre siempre ha estado metido en la liga de Fátima, en la del pabellón de la Juventud… Todos los fines de semana eran partidos, partidos y partidos. Iba con mi madre y mi padre y yo estaba allí jugando con los amigos fuera. O sea, que es toda una vida. Y mi padre ha tenido mucho que ver.

P. Nos vamos al momento en que das el salto a Segunda, entonces División de Plata. Todavía tenías que cumplir 18 años y te vas a León. ¿Cómo fue aquella experiencia?

R. (Ríe). Es una situación un poco extraña. Yo voy a empezar mis estudios universitarios y me sale la opción de ir a León, por temas familiares también, y me voy un poco a la aventura, a vivir en una residencia de estudiantes, a empezar la Universidad. En principio fui a jugar en un equipo juvenil, porque yo era juvenil de tercer año, y compaginar entrenamientos con el primer equipo. El primer equipo además era muy fuerte en Plata en aquella época. Había dos grupos y era uno de los equipos potentes del Norte con cuatro brasileños, gente de fuera, mucho presupuesto… Yo empecé en el equipo juvenil y poco a poco fui entrenando todos los días con el equipo sénior, hasta llegar al momento en que al final de la temporada era el primer segundo cambio.

"Esto es un premio al trabajo de cantera, que en Córdoba ha sido muy bueno durante muchos años"

P. Y de repente te diagnostican un linfoma. Siempre es duro pero para un chaval de esa edad tiene que serlo más aún. ¿Cómo lo afrontaste cuando recibiste la noticia?

R. Al principio es una noticia muy, muy dura. Además de lo que conlleva la enfermedad, es parar tu vida. Todo lo que tenía, mi vida diaria allí, entrenamientos, partidos, mi vida profesional por así decirlo se paró de golpe con lo que conlleva la enfermedad en sí. Al principio son muchas incógnitas porque yo, con 19 años recién cumplidos casi, estaba con el desconocimiento de dónde me voy a meter, qué es lo que tengo, el siguiente paso, tiene cura o no tiene cura, tratamiento, cómo voy a reaccionar… Al principio son muchas incógnitas y sobre todo el sentir que mi familia está sufriendo viéndome pasarlo mal. Pero creo que gracias a ellos también fui viviendo todo paso a paso, tratamiento a tratamiento, las sesiones de quimioterapia, e íbamos un poco viviendo el día a día, siempre con la ilusión de que llegara el momento de despertar de esa pesadilla.

P. ¿Sentiste miedo en algún momento?

R. Al principio ese desconocimiento crea mucho miedo. Lo primero que me dijeron cuando me diagnosticaron la enfermedad es que no mirara nada en Internet y no buscara información porque hay mucha desinformación. Y lo primero que hice cuando llegué a casa fue buscar información porque tienes esa curiosidad. Yo soy de esas personas que siempre intentan tener respuestas a todo. Es verdad que encuentras muchas barbaridades pero hay también mucho apoyo y muchas respuestas a las preguntas que te estás haciendo. Además he tenido la fortuna de contar con un médico en casa, como es mi padre, y cualquier duda que tenía la iba comentando con él. Fue un gran apoyo para mí en esa época porque ya no es que actuara como médico, es que actuó como amigo, como psicólogo. Los primeros pasos son muy difíciles, muy duros a nivel personal y sobre todo a nivel familiar porque ves las caras cuando sales de la consulta y evidentemente no son de agrado.

P. ¿De dónde salen las fuerzas para salir adelante?

R. Yo tengo 19 años y me diagnostican una enfermedad, pero es una enfermedad que estamos viendo día a día como hay muchísimas personas que pasan por eso. ¿Por qué no afrontarlo y decir aquí estoy yo? Y vamos paso por paso, vamos a pelearlo, ¿no? No es una cosa que digas: ¿de dónde sacas la fuerza? No, es sacarla simplemente, sin pensarlo.

"Para mí, el fútbol sala es toda una vida"

P. ¿Se aprende a vivir, en cierto modo, cuando uno atraviesa ese trance?

R. Es una bestialidad lo que se aprende. Es decir, el cambio de mentalidad después de pasar esa enfermedad es brutal. Puede sonar extraño, pero yo a día de hoy no cambio nada de mi proceso. Ahora tengo 30 años recién cumplidos y he aprendido de la vida gracias a eso que he pasado. Valoro las cosas mucho más a partir de ese momento. Quizá antes no lo habría valorado cómo lo estoy haciendo ahora. Es un proceso muy duro, para mí y mi familia, pero del que he aprendido mucho y he sacado muchas cosas positivas.

P. Estuviste dos años con tratamientos. Lo superaste y después, de nuevo a las pistas para con el tiempo recuperar la profesionalidad. Eres un ejemplo de superación. ¿Te consideras como tal?

R. Cuando me preguntan este tipo de cosas siempre suelo decir que me gustaría que se tomara como ejemplo pero no sólo en mi caso. Conocemos muchísimos casos parecidos que no son tan conocidos porque no llegan a una vida profesional en el deporte. Hay mucha gente día a día que está sufriendo, padeciendo este tipo de enfermedades que sale, tiene su vida diaria, tiene muchos problemas en casa, mil historias y que sale adelante y es ejemplo también. Evidentemente, vivir una vida profesional en el deporte puede ser un peldaño más. Pero no quita que sean más ejemplo otras personas que están en esa situación.

P. No sólo recuperaste tu carrera en el fútbol sala sino que completaste varios estudios académicos, algunos relacionados con la Medicina. ¿Quizá el cáncer ayudó a que tuvieras esa vocación?

R. Cuando a mí me diagnostican la enfermedad estoy estudiando Magisterio de Educación Física. Durante el proceso tuve que pararlo. Después, cuando estabilicé un poco mi vida, lo recuperé y lo terminé. Cuando padecí la enfermedad, recibiendo tratamientos, creo que fue uno de los momentos claves en mi vida. Cuando a me dan el tratamiento de radioterapia veo a un personal técnico, sanitario, que me está tratando todos los días, que me acoge durante un mes y medio más o menos y me ayuda con un tratamiento, que es súper acogedor… En ese momento digo: yo quiero dedicarme a eso. Ahí es cuando cambia mi idea de futuro y cuando termino Magisterio de Educación Física lo primero que hago es matricularme en el Ciclo de Radioterapia, que lo hice aquí en Córdoba. A mí me ha gustado mucho siempre la educación, por eso hice Magisterio, pero ese proceso de mi vida me cambió el chip. A partir de ahí dije: yo quiero dedicarme a esto, quiero ser técnico de Radioterapia. Terminé el Ciclo cuando llegué a Málaga y entonces mi idea era ir aprovechando el mundo del fútbol sala hasta poder dedicarme a ser técnico de radioterapia. Mientras tanto he ido haciendo otros ciclos superiores sanitarios que me dan puntos en la bolsa de empleo de Andalucía. Cuando terminé el Ciclo de Documentación Sanitaria mi motivación era obtener puntos para trabajar en Radioterapia. Y en ello estoy ahora Igualmente con el Ciclo de Imagen para el Diagnóstico. Es una cosa que me gusta también pero mi objetivo es conseguir los puntos para poder trabajar como técnico de radioterapia.

"A día de hoy no cambio nada de mi proceso"

P. Con tanta tarea tendrás que hacer magia con el tiempo…

R. Cuando estuve en Málaga imagínate: entrenando todos los días en Segunda, yendo todas las mañanas a un instituto, salía e iba a entrenar a niños… Entrenaba a los niños y luego entrenaba con el equipo. Fue un año un poco caótico en cuanto a tiempo libre porque no tenía mucho. Al año siguiente tuve las prácticas allí en Málaga, en el hospital, todas las mañanas. Los dos años que he estado en Hungría he estado haciendo a distancia el Ciclo de Imagen para el Diagnóstico. Todos los días me ponía un ratito en casa con el ordenador. Tuve que dejarlo un poco apartado porque tenía un período de prácticas que no podía hacer allí y es lo que voy a intentar hacer este año.

P. Y durante los dos años de tratamiento no dejaste de practicar deporte. Al final fue una especie de salvavidas…

R. Pequé mucho por ello, porque estando en tratamiento de quimio a mí me aconsejaban que tuviera una moderada actividad física pero conmigo lo de moderado en actividad física es difícil. Me iba muchas veces a jugar al tenis con un buen amigo y a los dos días estaba en Urgencias porque me había pegado una bajada de defensas muy grande y estaba con fiebres muy altas y demás. Mi padre, siendo médico, no me decía nada, así que él sabía que era mi escape. El hecho de practicar deporte, aunque fuera una vez a la semana, me liberaba la mente muchísimo. Es verdad que cuando tenía ese proceso de llegar a Urgencias con fiebres altas y demás yo sabía que me venía por el deporte pero en cuanto me recuperaba, a la mínima, estaba otra vez liado. Yo no concibo la vida sin deporte y en ese momento menos, porque era ese escape para liberar la mente.

P. De vuelta al parqué, llegaste a Primera con el UMA Antequera a base de humildad y trabajo desde Segunda B. Tienes que empezar de nuevo desde abajo. ¿Cómo fue su regreso a la competición?

R. Cuando llegué al UMA siempre decía que tenía una espinita con la Segunda División porque estaba en León, empecé en último año de juvenil y cuando empecé de sénior, que ya tenía ficha con el primer equipo, a los dos meses tuve que parar. Como dices, después vuelvo a jugar entre Tercera y Segunda B y cuando sale lo del UMA para mí es como quitarme esa espinita de jugar en Segunda un año tranquilo. Lo viví con mucha ilusión desde el primer momento por eso. Conforme avanzó la temporada me iba encontrando súper bien, teniendo muchos minutos, siendo importante, y dije: esto ya no es sólo quitarte la espina, estamos compitiendo a nivel nacional, estás siendo importante en el equipo y aquí hay algo más. Creo que también fue clave esa motivación de ir poco a poco, de disfrutarlo, de quitarme la espinita y que venga lo que venga.

P. ¿Qué significó el ascenso a Primera que lograsteis?

R. Fue un sueño hecho realidad. Cuando llego a Málaga ni por asomo me planteo en la cabeza subir a Primera. Siempre está ahí la cosita. Los años que viví aquí con el Grupo Pinar, que casi se consigue y yo viviéndolo cerca del club, y llegar a Málaga, primer año en Segunda, después de todo aquello, y lograrlo siendo campeones y subiendo directamente a Primera fue brutal. Es mi mejor recuerdo a nivel deportivo por lo que significó a nivel personal y también por lo que conllevaba a mi entorno.

"Durante la quimio el deporte era mi escape"

P. Tras el descenso del UMA Antequera a Segunda firmas por el Betis, pero esta vez no va tan bien y optas por marcharte a Hungría. ¿Cómo surgió esa posibilidad?

R. Estaba terminando la temporada con el Betis y sabía que no iba a continuar el año siguiente. A través del representante salió que un entrenador español (Sergio Mullor) iba a Hungría y había preguntado qué jugadores tenía disponibles. Me comentó la posibilidad y yo al principio lo recibí como cuando te dicen cualquier cosa, no le presté mucha atención. Pero luego hablándolo con mi pareja en casa, salió el tema y dijimos: ¿por qué no? Se dio una situación idónea porque ni ella tenía aquí nada que le atara ni yo tampoco. Fue una decisión entre los dos para decir: vamos a aprovechar este momento para vivir una aventura juntos también. Además el entrenador español (Sergio Mullor) se puso en contacto conmigo y yo lo conocía de antes. Fue una decisión complicada pero también tenía la facilidad de hacerlo con mi pareja. Eso nos motivó a vivir la experiencia juntos.

P. Y acertaste de pleno. En la primera temporada fuiste subcampeón de Liga y en la segunda celebraste un doblete. ¿Cómo lo viviste?

R. Si hacemos balance, ha sido brutal. Tanto a nivel personal con la experiencia que conlleva vivir fuera de casa como a nivel deportivo. Competir en una liga europea en la que hay bastante nivel porque hay muchos internacionales de fuera que van también… Tenía la motivación de llegar allí, hacerme un hueco en el equipo. El primer año fue muy bueno pero faltó ese saltito de conseguir algún título. En el segundo, pues apoteósico ganando la Copa en febrero y después la Liga a final de temporada. Ha sido una experiencia muy bonita de la que guardo un recuerdo maravilloso.

P. Casi al mismo tiempo va y asciende el Córdoba Futsal a Primera. ¿Cómo lo vivió desde la lejanía?

R. Los dos años que ha estado en Segunda he ido siguiendo al equipo porque tenía amigos y conocidos. Cada vez que ponían un partido por streaming intentaba verlo. La última fase del play off la he vivido con más entusiasmo todavía. Cuando metió el gol Lolo Jarque en Mengíbar (ascenso) lo celebré como un hincha más en el piso en el que estaba en Hungría. En el momento en el que ya se sabe que el equipo ha subido está claro que por mi cabeza no pasaba otra cosa que no fuera venir aquí. Es verdad que por temas personales tenía otras cosillas pendientes y tal pero siempre mi primera opción era venir aquí. Es más, incluso fui yo el que dije: oye, aquí estoy, que sepáis que tengo pensado volver y estoy disponible. Creo que si el hecho de subir a Primera con el UMA fue un sueño, jugar en Primera en casa es espectacular.

"En el momento del ascenso no pasaba otra cosa por mi cabeza que no fuera venir"

P. ¿Cómo se dio ese acercamiento por tu parte? ¿Hablaste con José García Román, con Maca?

R. Tenía amistad con Maca porque me entrenó en Bujalance durante dos años. Yo le felicité justo después del ascenso pero pasaron varios días y contacté con él y le dije: que sepas que estoy disponible. A partir de ahí fueron pasando los días, me dijeron que estaban sopesando la planificación de la plantilla y es verdad que se hicieron un poco de rogar pero se pusieron en contacto conmigo diciéndome que sí, que estaban interesados en mí.

P. Una vez llegaste, ¿qué encontraste en cuanto al club y la respuesta de la ciudad?

R. Me he encontrado muchísima ilusión. Son jugadores que la mayoría debuta en Primera y los que vienen de fuera tienen también mucha ilusión de hacerlo bien en Primera. Luego, la respuesta de la gente creo que es increíble. Absorber a esa gente que viene del fútbol, ese cordobesista, le da un plus a todo. Ya se ha visto en los partidos. En el partido del Xota (Osasuna Magna) era final de verano y no estaba todavía la gente en Córdoba pero los dos siguientes ante Inter y ElPozo ha sido increíble la respuesta de la gente. Para nosotros es fundamental que la gente esté ahí y nos apoye. Es una categoría muy difícil y vamos a necesitarles mucho durante el año.

P. Lo que está claro es que en Córdoba había ganas de fútbol sala en Primera.

R. Creo que todo se remonta a lo que hemos hablado antes, a ese trabajo de cantera de tantos años. Hay mucha gente vinculada al fútbol sala en Córdoba. Muchísima, muchísima gente que ha estado en equipos o tiene a niños en equipos, o ha visto fútbol sala durante su vida. Creo que es uno de los deportes más practicados. En Córdoba lo ha sido. Creo que es el espectáculo idóneo para esa gente que estaba esperando que surgiera algo de élite en Córdoba capital.

P. Además os beneficia en cierto modo que el Córdoba, porque al final el fútbol es siempre el deporte más seguido, está ahora mismo en una etapa difícil.

R. Sí, se han juntado el ascenso del fútbol sala con el descenso del fútbol y es verdad que en ese sentido nos hemos visto un poco favorecidos por esa afición que venía descontenta del fútbol y ha encontrado un espectáculo increíble, que se juega también con una pelota (bromea). Hay muchos aficionados que vienen del fútbol sala pero también otros muchos que vienen del fútbol y los aceptamos perfectamente. En ese sentido sí nos hemos visto favorecidos. Es verdad que estos últimos años, con los problemas institucionales que hay entre el Córdoba y el Patrimonio, creo que también se nota que no hemos tenido ese punto álgido, digamos, de afición, de la entrada con el himno que se veía el año pasado en el play off. En estos dos últimos partidos (Inter y ElPozo) se ha visto un poquito pero no ese cordobesismo del fútbol que se veía en el play off. Los problemas institucionales que ha habido han provocado que no llevemos el escudo del Córdoba, por ejemplo, y ha hecho que no se tenga ese sentimiento cordobesista tan inculcado. Pero creo que ese escudo lo llevamos nosotros por dentro, esos colores los llevamos en el corazón los que hemos sido de Córdoba. También es bonito que sin tener ese escudo traigamos tanta gente a Vista Alegre.

"Subir a Primera con el UMA fue un sueño, jugar en Primera en casa es espectacular"

P. ¿Cómo habéis tomado precisamente el hecho de no llevar el escudo del Córdoba? ¿Lo habéis sentido como un agravio, como una especie de ninguneo quizá?

R. Para mí, personalmente, sí que ha sido un poco chasco porque a mí, dentro de que no he sido nunca súper futbolero, me ha gustado ir a El Arcángel, seguir al Córdoba donde estuviera… El ascenso a Primera lo celebré como uno más y al venir aquí era una motivación más el hecho de vestir el escudo del Córdoba. No llevarlo tampoco es de gran importancia porque al final lo que nosotros defendemos es un equipo y unos colores que tenemos en la cabeza, que no hace falta llevarlo por fuera. Pero es verdad que me hubiera gustado, evidentemente, llevar el escudo del Córdoba.

P. Defendéis unos colores y un equipo pero también un proyecto de ciudad porque hace casi 30 años que Córdoba no tenía un equipo de fútbol sala en Primera. ¿Qué supone eso? ¿Es más la ilusión o la responsabilidad?

R. Yo me lo tomo más con ilusión pero evidentemente es una responsabilidad. Creo que todos tenemos muchísima ilusión por este año pero también esa responsabilidad de decir: oye, que si este año somos capaces de mantener el equipo en Primera esto va a ir a más. En Córdoba hay mucho jugador que está jugando fuera que está deseando que esto siga para delante para poder venir a casa. Si cogemos a todos los jugadores internacionales cordobeses que hay esto sería brutal. Entonces, es una mezcla entre esa ilusión y esa responsabilidad de decir: oye, vamos a lograr el objetivo porque si conseguimos que el equipo permanezca en Primera y sigan avanzando los años se puede conseguir que Córdoba sea un sitio en el que el fútbol sala esté muchos años en Primera, con todos disfrutando del deporte de élite, de base, representando a la ciudad.

P. ¿Tenéis la sensación de que la permanencia puede conllevar un proyecto de gran recorrido en Primera? Sobre todo por el tema de apoyos.

R. Yo creo que sí. La clave es aguantar el primer año. Creo que si el primer año conseguimos la permanencia se estabilizan mucho esas empresas, esos proyectos. Ahora el equipo acaba de subir y la gente está un poco temerosa con a ver qué pasa. Hay patrocinadores que han apoyado pero… Creo que es clave mantener la categoría el primer año para afianzar al equipo lo primero y luego la ciudad, la afición y los patrocinadores. Tanto patrocinadores como subvenciones de instituciones, que vean que es un proyecto a largo plazo, no flor de un día.

P. De entrada, el comienzo ha sido muy positivo: seis puntos en los dos primeros partidos. ¿Imaginabais un inicio como éste?

R. Cuando sale el calendario lo primero que haces es echarte a temblar. Te llevas las manos a la cabeza. Ninguno imaginábamos lograr dos victorias en las dos primeras jornadas. Ha sido una motivación increíble. Sobre todo porque viene después de un mes y algo de pretemporada y es como el premio al trabajo. En la pretemporada no estás viendo recompensa a corto plazo y esas dos victorias fueron un poco recompensa a ese trabajo. Es verdad que lo complicado del calendario hace que después de esas dos victorias tengas que recibir a dos de los mejores equipos que hay ahora mismo en el mundo, que son Inter y ElPozo. Parece que te cortan un poco las alas. Aun así, llegas aquí y hay un ambiente brutal, les compites y estás a punto incluso de sacarle puntos a Inter. El otro día en Valdepeñas (último choque) tuvimos oportunidad de puntuar y conseguir una rachita muy buena pero el balance hasta la quinta jornada es súper positivo.

"La respuesta de la gente es increíble y para nosotros es fundamental"

P. Con tan buen arranque es sencillo que el entorno caiga en la euforia y piense en objetivos ambiciosos. Es importante mantener los pies en el suelo, ¿no?

R. Sí, es súper importante. Cuando terminamos el partido contra el Levante, que conseguimos ganar allí, ya veías en redes sociales y veías a la gente que cuando venía el Inter decía que nos jugábamos el liderato, que nos metíamos en Copa. Son palabras mayores en un equipo recién ascendido. Nosotros siempre hemos tenido los pies en el suelo sabiendo que nuestra guerra no está ahí pero que todo lo que se consiga ahora son cimientos que se tienen para después. Pero está claro que el objetivo, sí o sí, no pasa por otra cosa que no sea la permanencia.

P. De todas formas, ¿os habéis visto en algún momento entre los ocho primeros a final de temporada?

R. Yo, sinceramente, no lo he pensado porque sé que es una categoría súper difícil, que esto no es como se empieza ni mucho menos y que nos tienen que venir muchos equipos fuertes a casa. Y fuera el calendario es muy difícil. Estamos compitiendo en la mejor liga del mundo, ¿no? A mí no se me ha pasado nunca por la cabeza porque voy viviendo el día a día. Al final el partido que viene es el que tenemos que afrontar y cuando llegue el final de temporada veremos qué hemos conseguido. Pero lo que habremos conseguido no será porque ese último partido o el penúltimo lo perdimos sino porque el transcurso de la temporada nos ha puesto ahí.

P. Hemos hablado de la permanencia como base para dar solidez al proyecto. Ahora bien, aunque intuyo la respuesta, ¿tiene Córdoba capacidad para hacerse un nombre propio en Primera?

R. Yo creo que sí. Tiene lo principal que es buena cantera, tiene muchos jugadores muy buenos jugando en Segunda y en Primera. Tiene una base de aficionado del fútbol sala como tal, aparte del que se ha unido del fútbol; del fútbol sala tiene también un aficionado importante. Lo que nos faltaría es ese apoyo institucional que siempre se ha echado un poco de menos en Córdoba pero que creo que se conseguiría si hay una estabilidad deportiva detrás. Yo creo que sí, que otras ciudades han demostrado que han llegado y se han quedado y por qué no, Córdoba lo puede conseguir también.

P. Por la cantera iba a preguntarte, aprovecho que lo mencionas. Son muchos jugadores los que están a día de hoy a primer nivel, es una pena que no hayan podido estar en su ciudad…

R. Totalmente. Creo que siempre se ha trabajado muy bien en Córdoba la cantera. Eso se ha visto tanto en los equipos cordobeses que han competido a nivel andaluz y nacional, que siempre han obtenido buenos resultados. Siempre se ha echado en falta eso. En los últimos años había proyectos en pueblos. Estuvo el Bujalance, estuvo el Ategua (Castro del Río), que parecía que estaban ahí. Eran equipos buenos de Segunda B que podían llegar a Segunda pero ninguno llegó. Después apareció un vacío que ocupó el Minuto 90 (actual Córdoba Patrimonio) metiéndose poco a poco, subiendo de Tercera a Segunda B, y yo creo que hacía falta que con toda esa cantera y los buenos jugadores que tiene Córdoba que hubiera un equipo en la élite.

"Hay mucho jugador cordobés que juega fuera y está deseando venir a casa"

P. No sé si lo habrás hablado con algún compañero de Primera… ¿Habéis pensado en que esto es en cierto modo hacer justicia con vosotros de cara al futuro?

R. Sí, yo por ejemplo tengo muy buena relación con Chillo, que está en el Levante, y él siempre me lo ha dicho, que ojalá esto siga muchos años. ¿Quién sabe si en el futuro tiene la oportunidad de volver a casa jugando en Primera y con un presupuesto que sea bueno? Porque al final para ellos creo que una de las limitaciones para no venir aquí es que nuestro presupuesto no tiene comparación con el de otros equipos de la categoría. Creo que hay muchos jugadores que están fuera, el caso de Lolo Urbano, Solano, Isi… el mismo Carlos Barrón, que si este proyecto siguiera adelante más años y el presupuesto sube perfectamente vendrían aquí a jugar.

P. ¿Eso sería una gran noticia, no?

R. Sería súper bonito que el equipo se mantenga en Primera, poco a poco vaya asentándose, vayan aumentando esos apoyos institucionales para que aumente el presupuesto y eso te lleve a traer a jugadores cordobeses que hay internacionales o casi internacionales por ahí. Eso sería, yo creo, el objetivo a gran escala que tiene el club.

P. Dime con sinceridad, ¿éste es el mayor o mejor reto al que te has enfrentado?

R. No sé si el mayor, pero es un reto bastante gordo. Es verdad que en las diferentes etapas de mi vida he tenido retos importantes, pero éste en particular es súper bonito, muy ilusionante… No sé si sería el que más pero evidentemente sí de los que más.

P. Como es lógico, la permanencia es el principal pero, ¿qué deseo tienes para esta temporada?

R. Creo que evidentemente es la permanencia pero también que sigamos viviendo el ambiente que hemos tenido en estos dos últimos partidos. Que no porque venga O Parrulo o Burela no se vea Vista Alegre lleno. Para mí sería súper bonito que venga un equipo que no sea de los grandes y esté Vista Alegre lleno y nos reciba como nos recibió contra Inter y ElPozo. Creo que si llegamos a ese punto una gran parte de los objetivos estará cubierta.

"El escudo del Córdoba lo llevamos dentro, esos colores los llevamos en el corazón"

P. Porque, tú que has jugado en tantos pabellones, lo que sucedió por ejemplo ante el Inter no es muy común.

R. No, no, para nada. Es verdad que fuimos a Valdepeñas y fue una situación similar. Es una afición increíble. Pero lo que vivimos el otro día aquí es muy difícil encontrarlo. Puedes ver pabellones llenos pero no esa entrada al campo cantando el himno, la gente de pie… Cuando entré tenía los pelos de punta. Es brutal. Por eso te digo, verlo contra equipos que no sean de esa entidad, que sean un poco más de nuestra liga, es fundamental para los jugadores, para el ánimo, para hacernos fuertes en Vista Alegre y conseguir la permanencia.

P. Por cierto, comentabas que querías dedicarte a la Radioterapia y al tiempo que te gustaría seguir ligado al deporte. ¿Cómo ves tu futuro, aunque todavía quede mucho, después de colgar las botas?

R. Creo que nunca voy a estar desvinculado del fútbol sala, ya sea entrenando equipos base o como un aficionado más, e incluso practicándolo a nivel local. Claro que me gustaría poder compaginar ese trabajo como técnico de radioterapia con una vida deportiva activa y ligada al fútbol sala. Me encantaría. No se me pasa por la cabeza una vida sin deporte y sin el fútbol sala.

P. ¿Y no te ves como entrenador más allá de categorías bases?

R. Yo creo que no. Me gusta y creo que es uno de mis puntos fuertes a nivel táctico, por así decirlo. Pero creo que son tantos años que también desgastan mucho. El hecho de haberlo vivido tantos años, estos últimos a nivel profesional, desgasta mucho la mente. También el hecho de que al final es un deporte y tu trabajo está ligado a los resultados… Si no consigues resultados tu trabajo no es bueno y muchas veces eso termina desgastando mucho. El hecho de que tu felicidad dependa de si entra una pelota o no con el paso de los años va desgastando. A mí me gustaría seguir ligado al deporte pero quizá desde otro punto de vista, no tan competitivo.

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