Los Piostros suman medio millar de equinos en dos días de culto al mundo del caballo

El día grande de la Virgen de Piedrasantas se ha vestido con otra representación extraordinaria del mundo del caballo. Entre ayer y hoy, más de medio millar de caballos, mulas y enganches en coches de caballos han recorrido el camino que va de Pedroche a la ermita de Piedrasantas. Los dos kilómetros que separan el centro de la población con el santuario se han llenado del colorido de las damas en las jamugas, de las mantas de madroños, de los pajes, de los caballistas, llegados desde distintos puntos del entorno de Los Pedroches.

Esta mañana se ha recogido a los mayordomos sobre las 10:30 y se ha realizado el recorrido el camino hacia la ermita, donde se ha celebrado el oficio religioso y la procesión en el entorno del santuario. Tras la misa, los piostros han retornado a Pedroche, donde han galopado de nuevo por la Cuesta del Molar. Una de las mayordomas de la fiesta, Loli Rubio Frutos, ha destacado la tremenda felicidad que tiene al servir a la virgen por una promesa que surgió después de una grave enfermedad. Rubio Frutos afirma que “los piostros son una fiesta del pueblo, que se va organizando entre todos y que no se sabe cómo siempre sale bien”.

La feria de Pedroche continúa hasta el próximo lunes con distintas actividades, muchas de ellas vinculadas al mundo del caballo y a su singularidad. De hecho, esta fiesta está declarada de Interés Turístico y es una de las mayores concentraciones de équidos de Andalucía. Del programa que queda, cabe resaltar la puesta en escena del espectáculo de Córdoba Ecuestre, los encierros y el buen ambiente que se respira en la población durante todo el fin de semana. 

¿Qué es un piostro? 

Un piostro, en Pedroche, es el caballero y su cabalgadura acompañado de una yunta de mulas en la que viajan un paje y una mujer vestida con sus mejores galas sobre una jamuga, que es una silla especial de viaje. La fiesta, de claro origen medieval, es una reminiscencia de los tiempos en los que los representantes de los concejos de las Siete Villas de Los Pedroches viajaban hasta la ermita de la Virgen de Piedrasantas para tratar de asuntos relacionados con las dehesas comunales. Se cree que estos señores del pasado se hacían acompañar por sus mujeres y por un criado y así viajaban, en un claro ejemplo del ejercicio del poder. Hoy son un símbolo del mundo del caballo distinto, alejado de estereotipos y con una personalidad muy marcada. Se calcula que más de 400 animales, entre caballos y mulos, se reunirán en torno a la fiesta.