LOS PATIOS DE CÓRDOBA, TESTIGOS DE LA HISTORIA
España conoce los patios… y a las primeras mujeres policías, de Córdoba
Después de muchos vaivenes, su lugar en el calendario ya es seguro. También entre la sociedad cordobesa, que poco a poco le da la importancia que merece. Así, logra superar los diez años consecutivos de celebración por primera vez en su historia. Las complicaciones durante las cuatro primeras décadas caen en el olvido. Por mucho que la situación del país no deje de ser compleja, ya que prosigue la dictadura. Franco aún permanece en el poder, y todavía le queda bastante. Con todo, la realidad es distinta, menos dura, una vez superada la posguerra. En este contexto, la ciudad disfruta cada Mayo Festivo de su Concurso de Patios, definitivamente asentado y en una dinámica positiva que se va a prolongar hasta 1970.
Tan buenos eran los tiempos que corrían para el certamen que éste obtuvo relevancia nacional. Porque en 1963 toda España conoció de cerca, aunque de una manera un tanto desdibujada, un evento que alguna década después se convertiría en uno de los signos de identidad más claros de Córdoba. La Alcaldía la ostentaba Antonio Guzmán Reina, que en septiembre del año anterior sucedió a Antonio Cruz-Conde y Conde. El cambio al frente del Ayuntamiento no supuso otro en la perspectiva institucional sobre el Concurso de Patios. Se mantuvo la línea de trabajo e incluso hubo mejoras en algún que otro aspecto, como las cuantías de los premios. De esta forma, perduraba el auge de la cita, si bien con registros menores a los del período final del anterior primer edil.
De vuelta a 1963, 25 fueron las casas-patio que participaron en un evento que por vez primera tuvo presencia en televisión. Fue por medio de un reportaje del citado en otros textos Noticiario Documental, o No-Do más popularmente. «Con la llegada de la primavera, Córdoba se viste de bellas galas florales, orgullo de la antigua ciudad romana y árabe y modelo de ornamentación vegetal en todos los tiempos», arrancaba el vídeo acerca del Concurso. El narrador destacó “el gusto innato” por el cuidado de las plantas en la ciudad por parte de los vecinos de las tradicionales viviendas. Pero al tiempo mostraba una imagen un tanto tópica y poco real: las mujeres regaban sus macetas vestidas de faralá, como si ése fuera su atuendo habitual, y se hacía cierta distinción de género propia del machismo de la época.
Inclusión pionera de mujeres en la Policía
Aquellos años, en plena dictadura, era incuestionable la postura de superioridad del hombre sobre la mujer. Lo que ahora llaman patriarcado era un hecho entonces. Y así se reflejaba, en cierto modo, en el primer reportaje audiovisual del Concurso de Patios. Sin embargo, Córdoba atrajo la mirada mediática poco después, al final de la década de los sesenta, por un hecho completamente opuesto. La capital fue pionera en cuanto a la inclusión de féminas en un cuerpo de seguridad. En 1970, la Policía Municipal se vio ampliada con ellas, las primeras en toda España, que aun a pasos muy reducidos, trataba de avanzar hacia un estado de mayor igualdad. Dos hermanas fueron las protagonistas de la historia.
El 27 de abril de ese año de transición entre décadas se integraron a la Policía Local Delfina y Dolores Tapia, una circunstancia que también fue expuesta en el No-Do. Era un valioso logro para las mujeres en España, sobre todo por tratarse, en esa fecha, de una profesión muy masculinizada, cerrada en realidad al género femenino. Lo cierto es que el avance fue relativo pues en un principio las agentes fueron destinadas tan sólo a la regulación del tráfico. «Para que se nos viera. Nos querían de mujeres floreros», recordaba Delfina en una entrevista a Cordópolis. Además, planteó un contexto mucho más cercano a la verdad de la consecución. «Se necesitaban más policías y, con los estudios primarios entonces, los hombres aspiraban a otras profesiones», explicó una de las hermanas Tapia. Es decir, el progreso no lo fue tanto porque el régimen consideró debía darse sino porque las circunstancias obligaban.
Sea como fuere, Córdoba surgió en el mapa nacional como la primera ciudad en cuya Policía Municipal se integraban mujeres. Ocho más se repartieron por otras capitales del país en la que fue primera promoción femenina en este sentido. Por cierto, Delfina y Dolores, como el resto de compañeras, tenían la falda como uniforme, otra señal del machismo de esa etapa histórica en España. También tuvieron condición de interinas durante no poco tiempo. Fue en la década de los ochenta, con la consolidación de sus puestos, cuando comenzaron a vestir con pantalón, sin esa diferenciación de prendas, y a patrullar en moto o coche y en pareja. No fue sencillo el camino, pero las hermanas Tapia lo abrieron con decisión.
Tiempo de patios emblemáticos en el Concurso
La etapa que arrancó en 1963 trajo consigo bastantes nombres de los que resultan esenciales para entender la historia del Concurso de Patios. En el palmarés estuvieron estos años recintos emblemáticos, unos con presencia de una forma u otra todavía en la actualidad y otros, por desgracia, desaparecidos. Sin ir más lejos, en el inicio de ese período el primer premio lo obtuvo uno de los espacios más reconocibles en España y el mundo. Se impuso el número 50 de la calle San Basilio, que hoy por hoy es el 44 y alberga la sede de la Asociación de los Amigos de los Patios Cordobeses. La casa se ubicaba y ubica, por si alguien lo desconoce, en el corazón del Alcázar Viejo, en el segundo tramo de la vía principal del barrio.
Hasta cuatro segundos premios hubo en esa ocasión, mientras que terceros fueron tres, y todos del Alcázar Viejo: Duartas, 4, Duartas, 5 y Enmedio, 25 -nombrado este último en muchas publicaciones como 23-25-. Siete años y ocho ediciones después, el primer galardón fue para el número 3 de Siete Revueltas. La casa-patio hoy es el 1 de la citada calle. Se trata de la conocida como ‘Casa de las Campanas’. Segundo lugar fue el que ocupó otro de los recintos más clásicos de la ciudad, el 84 de San Juan de Palomares -hoy 11-, en el barrio de San Lorenzo y sede de la Asociación de Patios y Rejas Claveles y Gitanillas. En ese ciclo, por cierto, el otrora hegemónico Badanas, 15 sólo obtuvo un triunfo -en 1967-. El 6 de Albucasis, el 12 de Montero, el 4 de Trueque… espacios inolvidables y con dispar desenlace se encontraron en algún momento entre los premiados.
Incuestionable era ya el lugar propio que en Córdoba tenía el certamen. No en vano, consiguió encadenar 15 ediciones -el máximo estaba en nueve, entre 1944 y 1950-. Y por si fuera poco, aunque el número de inscritos fue menor que en el ciclo precedente, la participación nunca bajó de la veintena. De hecho, en 1970 se alcanzó el mayor de los registros de ese período, con 28 casas intervinientes. Pero después vino una etapa de decaimiento, curiosamente en los años en que se vislumbraba y finalmente se producía un cambio de régimen en el país. Durante ese período llegaron por primera vez los reyes Juan Carlos I y Sofía a la capital. Fue con motivo de la inauguración del ahora de primer orden Hospital Universitario Reina Sofía en 1976. Aunque ésta es otra historia, probablemente la siguiente relacionada con el Concurso de Patios…
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