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¿Qué frío, ni qué frío? El calor del Carnaval

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Rafael Ávalos

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Quizá hubiera quien esperara el regreso a los escenarios de Pepa Flores. “Ponte la máscara, la máscara, aaaah”. Pues no. La otrora niña prodigio no vuelve a la canción. ¡Oh, es una lástima! Pero haya calma, que lo que viene no desmerece. Sobre las tablas aparecen, eso sí, unas cuantas jóvenes. Unas chicas que como Marisol tienen, aunque sin Palito Ortega, “el corazón contento”. Como se lo dejan al público cuando termina la función. Ellas son las encargadas de explicar dónde es necesario el abrigo y dónde la manga corta, dónde el paraguas y dónde las cadenas para el coche. Son las “mujeres del tiempo”, vaya. Llegan para narrar su historia, la de unas chicas bien que de repente deciden seguir los pasos de Paco Montesdeoca o Mario Picazo. Si bien ellas aciertan mucho más en su cometido, que no es otro que arrancar un buen puñado de rayos de felicidad y una lluvia de risas. Por un lado es el anticiclón perfecto y por otro la más agradable borrasca. Es la tormenta que en su momento desearan todos los miembros de la Chirigota del Cristo en su primer parte meteorológico en el Gran Teatro Falla. ¿Qué frío, ni qué frío? El calor del Carnaval.

Una semana después el ritmo del 3x4 tuvo sello cordobés de nuevo en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) de Cádiz. En realidad, los hermanos Aranda mantuvieron el acento de la Ciudad de los Califas a la vera del mar el pasado miércoles. Pero este viernes fue turno de la última de las cuatro agrupaciones que este año acudían a la Tacita de Plata. Ésta fue la Chirigota del Cristo, que al igual que la de San Lorenzo debutaba en las tablas del Falla. Lo hizo con ‘Las marisoles’, que, como quedó dicho, no eran clones de Pepa Flores. También con un tipo que defendió más allá del disfraz, con el repertorio y la interpretación. Los integrantes del conjunto fueron como las “presentadoras del tiempo” de la televisión, pero no como las habituales sino a su manera. Muchachas de “familia adinerada”, vestían pijama azul con nubes, y un rayo dorado en la cadera. Llevaban felpa coronada con un sol y otra nube, así como una temperatura indicada: “45º”. Lo que uno tiene que soportar a la sombra la mayor parte del año en Córdoba… Tras de ellas un mapa, que lo fue a lo largo del pase de España, de Andalucía, de Cádiz e incluso de Siberia. Y en medio del escenario, bajo el foco de los cámaras, los maquilladores en los últimos retoques. Uno de ellos era David Amaya Agüito, uno de los autores del grupo y uno de los carnavaleros con mayor reconocimiento en el panorama cordobés.

Después de unos primeros acordes de guitarra, la música cobró fuerza, como el sol en una mañana de verano, en el Gran Teatro Falla. Comenzó entonces una predicción del tiempo muy curiosa y peculiar. “Somos las niñas del tiempo, de la meteorología, pa aprenderme esa palabra llevo cuatro días”, advirtieron de primeras las presentadoras, que en el inicio de su repertorio realizaron varias confesiones. La principal, su pasión por el Carnaval, que después ensalzaría mucho más. “Ahora trabajo en la tele y vivo de maravilla, y escribo en mis tiempos libres para venir al teatro a cantar mis coplillas”. Lo importante es que clareaba el cielo sobre Cádiz y desaparecía el grisáceo tono de un país agotado por corruptelas y otros temas vergonzosos. “Me encanta dar el tiempo cuando hay anticiclones, que España está cansada ya de tantos nubarrones”. Desde el patio de butacas brotaron las primeras flores en forma de aplausos. El mapa en ese momento mostraba una España soleada.

No menos agradable era el tiempo cuando ‘Las marisoles’ predijeron una buena tanda de pasodobles. El primero, ya con el mapa detallado de Andalucía, fue una expresión pública de lo que para este grupo significa el Carnaval. “Pasando el mes de mayo me empiezan a rondar un tipo, un disfraz, un verso, un estribillo […] mira, mira, mira cómo me salen coplillas de carnavales (bis), mira, mira, mira cómo me salen mis nervios de principiante (bis)”, expusieron las meteorólogas chirigoteras. En el segundo, las chicas del tiempo regalaron una letra marcada por la sutileza para entrar de lleno en la crítica social. Porque al fin y al cabo lo que hicieron fue destapar las vergüenzas de lo que se viene a (mal) llamar primer mundo. “Papá quiero saber hoy por qué no ha venío, papá quiero saber por qué no vino mamá”, preguntó el pequeño. “No me preguntes más, quédate dormío, aprovecha el camino para descansar”, contestó el padre. El resto lo echaron las jóvenes presentadoras en los últimos compases de la copla. “Mi niño, yo también la extrañaré, y haré que en un futuro volvamos a vernos, así llora un hombre sin derechos en una patera abrazado a un niño en el Estrecho”. Mensaje a navegantes en tierra firme, que se olvidan de los que lo son en mar extraño. La inmigración ilegal, que apenas es vista como eso último, es tarea por atender por estos lares. Saben bien de ello en la provincia de Cádiz.

Tras una primera predicción más seria, llegó el momento del despiporre de “huevos fritos” sobre el mapa, que ya era sólo gaditano. Las risas llovieron en una tormenta que tuvo en su estribillo el punto más álgido. “El tiempo me tiene mala, el tiempo me tiene loca, loca, loca, qué es lo que yo habré hecho, el tiempo que llevo yo sin que me entre un anticiclón por el Estrecho”. Y ya puede imaginar uno que es en este caso el “Estrecho”. No es el de Gibraltar, es el del buen amar… ¡Shhh, que eso no se dice! El primer cuplé fue dedicado a Sergio Ramos, a pesar de que ‘Las marisoles’ no son del Real Madrid: “Seguimos a dos equipos, eso que vaya por delante, si llueve soy del Rayo y si hace viento soy del Levante”. El caso es que el defensa de Camas, y ojo con el nombre de su pueblo natal, le prometió “amor eterno” y ausencia de guarreridas hasta después del matrimonio. “Y mi madre me dice que esté pendiente de Sergio Ramos, que a última hora siempre la mete”. Ya saben: gol en el descuento… El COAC y sus cambios marcaron la línea argumental del segundo de la tanda. “Las funciones del teatro este año se han recortado y como tú te despistes cuando te sientes ya se ha acabado, cuando canta el quinto grupo el todo está vibrando, porque han quitado el descanso y todo el mundo se está meando”. Por cierto, ¿qué fue de las Ninfas? “No se han quitado, porque en verdad se las ha comido Paco Rosado”.

Así fue como de un plumazo hizo imposible la borrasca la Chirigota del Cristo en su debut en Cádiz. Un hecho que fue a más en el popurrí, en el que el mapa pasó a ser interactivo total, como esos que sacan ahora en todos los informativos de televisión, con esas nubes que se mueven y todo eso. Aunque en este caso no salían símbolos meteorológicos sino otras historias… Tras narrar la razón por la que estas muchachas se pusieron a hablar del cielo, el sol y esos asuntos, llegó uno de los mejores instantes de la actuación. “Y dentro del cuarto baño, me cambiaba la carita (ese rostro, con tanto apretón…) un hombre cobarde, cobarde yo, la que ha líao en la Tacita, no veas José”. Después el espíritu de Roberto Brasero tomó las tablas del Falla con las fotos que enviaron los telespectadores. Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y José María Aznar fueron algunos de los que hicieron llegar sus postales, pero la mejor fue la de Pedro Sánchez, el ex secretario general del PSOE… “Y Pedro nos manda una foto de su pueblo, cómo llovía, y no fue una tormenta de noche, fue una tormenta de Díaz, Susana”. Copla no aprobada por el Comité Federal. Y el sol lució en hora de luna en tierras gaditanas, en las que ‘Las marisoles’ consiguieron brillar con acento cordobés.

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