Capítulo segundo: de las revoluciones de febrero
Abierto tanto a la diversión como a la reivindicación, el Gran Teatro acogió en la noche del miércoles la segunda preliminar del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas -guía del Carnaval de Córdoba-. La función que sucedió a la inaugural resultó intensa, si bien de nuevo registró una pérdida progresiva de ambiente. Tras contar con más de media entrada al comienzo y durante el primer tramo, la sesión acabó con sensación de vacío. En torno a las 2:30 de la madrugada del jueves se zanjó la sesión, que contó con el fuerte regreso del cuarteto de Santa Cruz. Probablemente fue el conjunto más destacado de una jornada en la que tampoco desmerecieron la chirigota de Fleky o las comparsas de los hermanos Cobos y de Javi Lonene.
La segunda función de la fase preliminar fue algo así como un relato de revoluciones, las de febrero… Arrancó ésta con ‘Los avespaos del 69’, chirigota de Espiel que tuvo muy buena música y mejor combinación vocal. Quizá le faltó la chispa propia de la modalidad, pero siempre es de agradecer la presencia del grupo de Ángel Nevado -presentes estaban todavía sus coros-. A continuación se produjo el desborde de risas. Fue de la mano de ‘Se armó la revolución’, propuesta con la que regresó al Concurso -al igual que los espeleños- el cuarteto de Santa Cruz. Los personajes, revolucionarios mexicanos, dos paletos cualesquiera y una tabernera viuda y con vello en el labio superior, supieron mantener enganchado al respetable en todo momento. También en virtud del repertorio de su autor y director, Manuel Serrano Manolete.
Ellos iniciaron la sublevación, que continuó con ‘Los mequetrefes’. La comparsa de los hermanos Cobos logró levantar al público al final gracias a un sonido que en mucho recordó al de la ya añorada comparsa de Córdoba. Precisamente ellos llamaron a la rebelión del pueblo contra el poder establecido -y no poco corrupto-. Además de sus mensajes de crítica, hubo otro para el Carnaval de la ciudad. Precisamente este tema pudo ser -y si no, casi- el más repetido de la noche. Antes estuvo sobre las tablas del Gran Teatro ‘Este año salimos de cashondeo’, chirigota del sevillano grupo de La Canalla. Los hispalenses se han convertido en unos habituales ya del certamen. En su modalidad el papel más destacado lo jugó ‘Los catedráticos’, con la que José Manuel Mariscal Fleky y su grupo subieron al escenario.
La chirigota cabeza de serie de la noche hizo reír con su tipo de conductores de coche de caballos para turistas, con estos también montados. Su pase fue completo, con una buena tanda de cuplés y un par de pasodobles directos, el primero una dura crítica al Carnaval de Córdoba -o a los carnavaleros más bien-. La sesión prosiguió de la mano de ‘Los faroleros’, comparsa de La Mosca, de El Carpio, que un año más estuvo en el Gran Teatro. Esta vez en su 25 aniversario y tras pisar las tablas del Falla. El turno en chirigotas lo tomó acto seguido la femenina de Las Folklóricas con ‘Y me quedé tan pancha’, que representó a unas revolucionarias mexicanas llegadas para cantar por febrero. Es lo que hicieron los aviadores de Javi Lonene, cuya comparsa este año es ‘Qué bonita se te ve’. Tras volar en Cádiz el grupo pisó las tablas del Gran Teatro para tirar de su no escaso arsenal de coplas.
El repertorio de la otra agrupación cabeza de serie de la noche fue completo y sobre todo supuso su propia revolución: la de un Carnaval menos feroz. La crítica se repitió en otra de las formaciones destacadas de la función, que después fue a menos por la marcha del público. A ‘Los fieras’, chirigota de Los Papas, les tocó sufrir el efecto de la menor afluencia de público en primer lugar. Aun así, lograron tener atentos y entre sonrisas a los que aguantaron en sus butacas, que después conocieron y arroparon a ‘La divina comparsa’, comparsa femenina de Ciudad de la Alhambra. Desde Granada llegó un grupo con un tipo interesante -diosas del Carnaval- y una buena musicalidad, en acordes y voces. Eso sí, estuvieron 16 sobre el escenario y eso podría conllevarles la descalificación pese a su gran pase. La dura tarea del cierre, después, correspondió a ‘Los maletillas’, chirigota de Los Mayas. El conjunto tiró de saber estar para superar la frialdad de un teatro semivacío, que no fue tal puesto que en todo instante recibió el calor de los que quisieron poner el punto final a la segunda preliminar.
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