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Jesús del Calvario preside el Vía Crucis de las Hermandades de Córdoba

Vía Crucis de la Hermandad del Calvario

A. Fresno

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Corría el año de 1723 cuando el trinitario descalzo Fray Juan de la Concepción tallase una imagen de Jesús Nazareno para la Hermandad del Calvario, una corporación que recogía entre sus reglas el rezo del Santo Vía Crucis “todos los viernes y festivos” desde su sede canónica hasta el calvario situado en el Marrubial, que fuera antiguo quemadero de la Inquisición. Este sábado, casi 300 años después, los hermanos de esta histórica cofradía de San Lorenzo han celebrado uno de los actos principales de su tercer centenario, presidiendo el solemne Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Córdoba en la Mezquita-Catedral.

Numeroso público se agolpaba a las puertas de la fernandina parroquia de San Lorenzo en torno a las 17:00 horas para ver la salida del cortejo procesional, formado por hermanos de la propia corporación y representaciones de distintas hermandades. La imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario lucía potencias y corona de espinas de plata y una túnica con bordados de origen otomano. Lo hacía sobre unas andas plateadas, de grandes dimensiones, cedidas para la ocasión por la hermandad de San Pedro de Baena. Los cuatro grandes faroles de las esquinas, por su parte, fueron cedidos por la hermandad de San Jorge Mártir, de Aldea del Rey (Ciudad Real). Completaba todo el conjunto un exorno floral compuesto por un sencillo y elegante friso de clavel rojo, limonium morado y eryngium.

Con paso firme, muy poco a poco, hacía su salida por el dintel de la puerta la imagen de Jesús del Calvario dirigida por su capataz, Jesús Ortigosa, que se estrenaba en este menester. Comenzaba así un periplo que le llevaría por distintas calles del casco histórico de la ciudad en dirección a la Mezquita-Catedral, donde tendría lugar el rezo de las distintas estaciones del Vía Crucis, dejando estampas históricas y de gran belleza a su paso por rincones como los patios de San Francisco. El acompañamiento musical también era de excepción para una jornada histórica con los sones de la Capilla Musical “Ars Sacra” y el grupo de voces graves “De Profundis”, ambos de Sevilla.

Muchos cofrades cordobeses acompañaron a la imagen durante todo el recorrido al abrigo del incienso y el calor de la cera, en una jornada con temperaturas frescas y cielos nubosos que no fueron impedimento para la celebración de este acto. Sin embargo, como suele ser habitual, la mayor cantidad de público se agolpaba en el entorno de la Mezquita-Catedral, donde el cortejo hizo su entrada por la puerta de Santa Catalina. Lejos parecía quedar ya el Vía Crucis de 2021, presidido por otra imagen de Jesús con la Cruz a cuestas, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que debido a las restricciones derivadas de la pandemia no pudo recorrer las calles de la ciudad, presidiendo este acto con un recorrido por el interior del patio de los Naranjos y las naves del templo catedralicio.

Precisamente allí, en la puerta de las Palmas de la Mezquita-Catedral, recibía el cortejo procesional el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, quien acompañó a los hermanos del Calvario en el rezo de las distintas estaciones que se repartían a lo largo de todo el templo. Las estaciones, precisamente, estuvieron señalizadas por sendas cruces iluminadas por cirios, que como es habitual fueron asignadas por parte la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba a distintas corporaciones de penitencia y de gloria. Culminaba el rezo en el altar mayor de la Santa Iglesia Catedral, desde donde además se leyeron las distintas estaciones, con la bendición final a todos los asistentes por parte del obispo.

Con la noche ya sobre los cielos de Córdoba, el cortejo con la imagen de Jesús del Calvario iniciaba su recorrido de regreso hasta la parroquia de San Lorenzo atravesando enclaves como la calle Deanes, la Plaza de la Compañía o la Plaza de San Andrés, dejando momentos de gran belleza y poniendo así el punto y final a una jornada histórica para la Córdoba cofrade y para la propia hermandad. La Cuaresma sigue su curso y la normalidad parece establecerse también en el mundo de las hermandades y cofradías, a pocas semanas de vivir una Semana Santa como las de siempre. “¡Oh, Jesús del Calvario, en vos confío!”.

   

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