Uli Dávila, ante el equipo que le dio lo que más quiere

El mexicano se enfrenta al Sabadell, donde cumplió su cesión más provechosa en su desafío de volver por la puerta grande al Chelsea

A Ulises Alejandro Dávila (Guadalajara, México, 1991) le situaban en 2011 entre los más prometedores talentos del fútbol sudamericano. Titular sin discusión en la selección mexicana que firmó un notable tercer puesto en el Mundial Sub20 de Colombia, Uli tenía todos los ingredientes para convertirse en una pieza más que apetecible para los codiciosos clubes europeos. Y ocurrió. El Chelsea le puso sobre la mesa un suculento contrato de cinco años y el chico cogió de inmediato un avión con rumbo a Londres.

Era el verano del 2011. Uli no ha jugado un solo partido oficial en Stamford Bridge. Los blues dieron el primer paso en estos casos: garantizarse los derechos del futbolista adelantándose al resto. Una apuesta. El juego se abrió con una ruleta de cesiones. Primero, al Vitesse holandés, donde no tuvo excesiva fortuna. Sólo disputó dos partidos oficiales en la Eredivisie y otro más de Copa, ante el NAC Breda de Jens Janse, al que eliminaron por penaltis. Ahora está en el Córdoba, al que se enganchó muy a última hora después de un intenso periodo de negociaciones. Otra vez en la Segunda española, buscando sitio y protagonismo para que el Chelsea piense un poco en él a partir del mes de junio. Sea para ponerlo a las órdenes de Jose Mourinho o para enviarle hacia un destino desconocido.

El talentoso punta de Jalisco necesita tiempo de juego, oportunidades para enseñar que puede ser un elemento determinante en una gran liga profesional en Europa. Y eso, el tiempo, es lo que le dio el Sabadell, el equipo en el que cumplió su segundo curso a préstamo el pasado campeonato 12-13. En el conjunto arlequinado jugó Uli más que en ningún otro lugar: 37 partidos. Marcó cinco tantos para los de la Nova Creu Alta -uno de ellos al Córdoba- y contribuyó a que los catalanes despacharan una temporada decente, aunque ciertamente irregular. Desde que salió del Deportivo Guadalajara, donde cumplía el papel de estrella local y se proyectó en 20 partidos, Uli no había intervenido tanto ni con tanta regularidad. En Holanda vivió una situación casi surrealista. Ahora, en Córdoba, sigue buscando minutos. Un escenario para representar su mejor versión. De momento, no ha disputado ningún partido al completo.

Debutó en Éibar, en la jornada cuarta, y desde entonces ha ido acumulando minutos hasta la última cita en Lugo. No ha marcado ningún gol. Él nunca ha sido un especialista, sino más bien un facilitador, pero tal y como andan las cosas en este aspecto en el Córdoba es normal que los focos le apunten. Este sábado, en El Arcángel, se cruzará con el Sabadell, un club que le dio cariño cuando lo necesitaba. Allí, el técnico Lluis Carreras le convirtió en una pieza importante del equipo. Ahora Uli quiere convencer a Villa de que en el Córdoba también puede hacer algo más que ser un revulsivo ocasional. Estímulos no le faltan: se juega su porvenir como profesional en Europa. Ni más ni menos.