“¡Reyes, ayúdanos!”
Ya dejó claro él mismo que no está “para noventa minutos”, pero sí “para un rato”, el día de su multitudinaria presentación en El Arcángel. Para una buena parte del cordobesismo, ese ratito de José Antonio Reyes en el campo podría ser la clave para la salvación del Córdoba. En el internacional español se clavaron las miradas de todos los presentes en cuanto cruzó el umbral de la vetusta Ciudad Deportiva, seguramente un escenario que tiene poco que ver con cualquiera en los que se haya ejercitado durante su carrera profesional este extremo que aparece en el Guinness de los récords como el futbolistas con más títulos de Europa League -cinco: tres con el Sevilla y dos con el Atlético de Madrid- y que en el club de Nervión tiene la categoría de leyenda. Fue el más joven de la historia en debutar con Primera con el equipo blanco, con poco más de 16 años. Ahora, con 34 y después de haber pasado por el Arsenal, el Real Madrid, el Atlético de Madrid, el Benfica y el Espanyol, llega con el desafío de “salvar a un histórico”.
“¡Bienvenido, Reyes!”, le decían en la puerta de entrada. “¡Ayúdanos!”, le reclamaban los seguidores más preocupados por la preocupante situación del Córdoba, que vive horas críticas. El utrerano sonreía y se paraba con todo el que le pedía una fotografía o un simple saludo. El Córdoba, húerfano de héroes y líderes, ya tiene en él a una referencia. De momento, el impacto mediático parece asegurado. El fichaje de Reyes -que desde que salió del Espanyol estaba sin equipo- ha supuesto un bombazo en el mercado invernal. Este tipo de contrataciones impactantes, además de ejercer como reconstituyente anímico para los aficionados, lanza un mensaje a los adversarios. “Tranquilos, que vamos a dar guerra”, dijo Oliver el otro día en la presentación del colombiano Juanjo Narváez. El navarro está trayendo al Córdoba una brigada de salvación de lo más peculiar. Una leyenda del Sevilla y una promesa del Betis forman parte del escuadrón de fichajes que dará una nueva dimensión al Córdoba.
Reyes, habituado a foros de mayor rango, hace una visita a un lugar desconocido. La lucha por la permanencia en Segunda no es algo a lo que esté acostumbrado, pero aseguró que le motiva hacerlo. “Con los colores de Andalucía”, dijo en su primera comparecencia ante los medios. Oliver salió a la palestra para explicar que el padre del futbolista -bético confeso- “ha sido clave” en su llegada porque “no quería morirse sin ver a su hijo vestir los colores verdiblancos”. Aquí, blanquiverdes. “Pero las rayas son parecidas, eso sí”, bromearon en la sala de prensa.
Reyes ya está aquí. Sus familiares le miraban desde la grada vestido otra vez de futbolista después de unos meses aguardando ofertas. Alguno lucía ya la equipación rosa con el nombre del jugador y el dorsal número 9, el que hasta ahora lucía Jona Mejía, al que enviaron cedido al Cádiz. Todo ha cambiado en el Córdoba. Y Reyes es un reclamo para la gente y un aliciente para un vestuario regenerado. Pudo haberse marchado a China, pero la cuestión es que sigue a orillas del Guadalquivir, a pocos kilómetros de su casa, vistiendo de blanco y verde y defendiendo -contratado por seis meses- a un club que quiere resucitar en Segunda.
0