La pólvora se mojó en El Arcángel
La adversidad se trasladó a las filas blanquiverdes en diversos frentes tras la derrota en El Arcángel frente al Algeciras por un ajustado 0-1. Un resultado que pone fin a la racha de tres jornadas consecutivas sin conocer la derrota y, además, deja otro doloroso golpe colateral en forma de traspié estadístico. En efecto, el Córdoba no encontró portería en los noventa minutos de encuentro, lo que dejó a los de Raúl Agné sin convertir un gol en casa por primera vez en lo que va de curso. La solvencia mostrada hasta la fecha se transformó en una inoperancia casi absoluta, pues el peligro real únicamente se apreció cuando la soga ya estaba bien apretada al cuello. Una reacción que tardó en llegar y motivó en tareas defensivas a un cuadro algecireño muy necesitado, que utilizó todos los recursos que dispuso a su alcance para que el choque finalizara lo más plácido posible para sus intereses. Y lo cierto es que sufrió, pero terminó logrando su cometido. Y los blanquiverdes quedaron tocados y sin pegada.
La pólvora se mojó y los cordobesistas pusieron fin a una dinámica de efectividad -hasta la fecha- plena en el feudo ribereño. Con más o menos solvencia a la hora de sumar puntos, la entidad había conseguido siempre mancillar las redes del equipo visitante. De hecho, las cifras arrojaban, hasta el duelo frente a los pupilos de Salva Ballesta, un balance de 18 goles a favor y tan solo 9 en contra, lo que se había traducido en ocho victorias, tres empates y una derrota. Por tanto, a ese cómputo hay añadir un gol más encajado y una caída más acumulada, la cual ha ocasionado incluso que el Córdoba vuelva a salir de los puestos de promoción a Segunda A. Un paso atrás que, sin embargo, no preocupa en demasía al técnico, quien declaró que “lo importante es estar al final y con estos chicos estoy seguro de que se podrá lograr”.
Con todo, la vulnerabilidad quedó patente en forma de insuficiencia ofensiva. Y no fue, precisamente, por falta de efectivos. Bien es cierto que Willy sigue en la fase final de su recuperación, aunque Agné dispuso de armas suficientes para voltear el resultado. De hecho, el equipo finalizó el encuentro con Piovaccari -que aún no se ha estrenado como goleador-, Carlos Valverde, Vera, De las Cuevas e Iván Navarro formando la línea más próxima al área del Algeciras, a los que habría que añadir a Javi Flores e Imanol García como facilitadores en la medular. Es más, el propio preparador aragonés admitió que “yo no puedo meter más creatividad en el centro del campo”. Sin embargo, la pelota no quiso entrar en esta ocasión.
Un punto y aparte que llega en un tramo decisivo, pues los blanquiverdes recibirán el próximo domingo (18:00 horas) al Cartagena, segundo clasificado del Grupo IV y que aterrizará en El Arcángel tras empatar a cero frente al Marbella, actual líder. Es por ello que volver a sumar se antoja como una asignatura obligatoria y frente a un rival directo por el ascenso, de cara a no perder más fuelle con los puestos de arriba. Y recuperar el olfato goleador debe ser una premisa ineludible. Ahí, la figura del ariete italiano se postula como la gran referencia, y debe comenzar a sumar en sus registros individuales. Un punto de inflexión tras ver cómo la pólvora se humedecía por primera vez ante su público. Ahora no queda otra que volver a recargar y disparar de nuevo, aunque en esta ocasión con el mayor acierto posible.
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