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Antonio Romero, la superación de un campeón sin barreras

Antonio Romero, campeón de españa de Kick Boxing adaptado

Cristian López

12 de junio de 2024 21:25 h

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Una mentalidad de acero. Una fe inquebrantable. Una ilusión inusitada. “Antonio me ha enseñado que se puede alcanzar cualquier sueño”. Esa frase de Jesús Bellido, fundador del Team Bellido y entrenador del cordobés Antonio Romero, ya deja bien claro el aura que despierta este joven deportista que se ha erigido como una auténtica referencia nacional. Hace cosa de 10 años que Romero, un chico de Alcolea con síndrome de Down, se presentó en el gimnasio de Bellido, situado entonces en esta barriada cordobesa, con la firme intención de empezar a prácticar kick boxing. Y desde entonces, su empeño, talento y disciplina le han llevado hasta lo más alto del panorama nacional. Un crecimiento progresivo, pero que ha tenido su pico de explosión competitiva en los tres últimos años.

“Yo vi en él, un chico con mucha ilusión y con muchas ganas de desarrollarse como deportista”, cuenta Jesús sobre los inicios de su pupilo, añadiendo que “en los primeros meses ya me di cuenta que tenías unas habilidades muy buenas”. En este sentido, Antonio comenzó su andadura deportiva en la habitual escala de grados, adquiriendo nuevos conocimienos y superando niveles año tras año. Comenzó sacándose el cinturón amarillo, y posteriormente llegarían el naranja, el verde, el azul y el marrón, hasta alcanzar el hito de conseguir el cinturón negro de primer DAN. Eso sí, el dato significativo es que lo hizo superando un examen sin adaptación ninguna, siendo por tanto la primera persona en España con síndrome de Down que lograba dicho mérito, y seguramente siendo también pionero en Europa.

Fue hace tres años cuando se regularizó la normativa del kick boxing inclusivo, lo que permitió que se celebrase el primer Campeonato de España de la modalidad, que tuvo lugar en el Palacio Municipal de Deportes de Vista Alegre, donde comenzó el reinado de Romero. En ese entonces, al calor de su ciudad, ganó los oros en sombras y manoplas. Un dominio que se repitiría en 2023, en Guadalajara, donde volvió a ser doble medallista en sombras y manoplas. Finalmente, hace apenas un par de semanas repitió la gesta, pero ahora únicamente en manoplas, después de que se suprimera la otra modalidad por parte de la Federación.

Hay que decir que Antonio Romero no solo ha sido un pionero a nivel nacional, sino que su implicación y su talento ha tenido un efecto inmediato, dado que cada vez son más los participantes en la categoría inclusiva, lo que ha hecho que aumente el nivel de exigencia en cada competición. “Los entrenadores estamos mucho más formados, porque la Federación está haciendo un gran trabajo, y hay mucha más competencia”, resalta Jesús Belido, quien destaca a un competidor de Castilla y León, que se lo puso muy difícil a Antonio Romero, aunque “con la experiencia que tiene Antonio, lo hizo un poquito mejor y tuvimos suerte de ser campeones de España nuevamente”.

La principal diferencia entre el inclusivo y el no inclusivo, es que en el primer caso se realiza únicamente en tatami y con un trabajo técnico-táctico por parte del deportista, que lleva a cabo una coreografía junto a su entrenador. Y es que la vinculación entre Jesús y Antonio es total, y de ahí su buen hacer y sus éxitos. El propio deportista considera que es “un entrenador y un padre” deportivo para él, subrayando el trabajo en el gimnasio como una de sus grandes pasiones que le han hecho amar este deporte a lo largo de estos años. Por su parte, Bellido incide en su “lealtad, su ilusión y su motivación” como principales cualidades, además de ser “un trabajador nato”. “Lo que le pido es que se quede conmigo muchos años, porque me aporta muchísimo como profesional y como persona”, puntualiza.

Sin duda alguna, el técnico se emociona al hablar de la relación que tiene con el joven deportista. Más allá de los logros deportivos, que son “sueños cumplidos” que “él me ha demostrado que se pueden conseguir”, Bellido se lleva “un amigo incondicional y una persona que en los momentos más duros de la competición, con los nervios a flor de piel, te mira a los ojos y te dice: Jesús, te quiero un montón. Hay que apretar los dientes para que no se te salten las lágrimas”.

Romero es toda una institución en Córdoba y así se lo reconocen cada día todos sus compañeros del recientemente inaugurado centro Agoge Boxing, en plena Avenida Arroyo del Moro, donde práctica Antonio. Allí es uno más, pero su cariño se contagia en cada esquina del gimnasio. Orgullo de su entrenador, de sus compañeros y, cómo no, también de su familia, otro factor determinante en su crecimiento. Su propio padre asegura que va a ser el próximo campeón del mundo, pues “es el número uno en esto”. Y es que su próximo reto es, nada menos, que el Campeonato del Mundo WAKO, que tendrá lugar en Italia, y donde irá el cordobés con la firme intención de alzarse hasta lo más alto del planeta. Un campeón sin barreras.

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