Una odisea en Bruselas
El cordobés Francisco Molina se impone a las dificultades y consigue el puesto 11 en el Campeonato de Europa de karting | Las averías lastraron a los dos cordobeses en el torneo belga
A veces la gloria no solo depende de uno mismo. Hay momentos en los que ciertos factores externos se alinean y se suman a la mochila de obstáculos que se ponen enfrente de un objetivo. Ese podría ser el relato de los dos pilotos del Pinturom Racing, Francisco Molina Rodríguez y Enrique Romero González, que han defendido el nombre de Córdoba, y por ende el de España (uno de ellos haciendo historia), con unos resultados más que meritorios, a pesar de la peculiar odisea que han vivido tras su participación en el Campeonato de Europa y el de Bélgica de karting.
“El objetivo no es otro que ganar”, afirmaba el piloto días antes de marchar hacia la capital europea. El jueves llegaron a Bruselas con el objetivo de adaptarse a la ciudad y preparar con cierto margen el torneo del fin de semana. Aún así, pronto llegarían los problemas para ambos. “El viernes nos desplazamos al circuito para entrenar y preparar la carrera del sábado, cuando me dicen que ha habido un error informático o de gestión, y que no tenemos ningún entreno reservado”, cuenta el piloto. No obstante, consiguieron que les dejaran llevar a cabo al menos un par de entrenamientos. Un cifra nimia en comparación con las 10 o 15 prácticas, además de años de experiencia en dicho circuito, que acumulaban el resto de corredores internacionales.
Prácticamente con una mano atada y un ojo vendado se presentaban en la cita oficial del sábado. De nuevo, y en un espacio casi desconocido, para afrontar el mayor reto de sus respectivas carreras. A pesar de todo, Francisco Molina consiguió alcanzar el puesto número 11 en el torneo europeo, llegando incluso a rodar a 3 décimas del campeón al final de la prueba. Una posición que le sitúa como el español que queda en un puesto más alto de una prueba de carácter continental.
La cita del domingo, en la que correrían ambos cordobeses, consistía en una competición de cuatro carreras. Y de nuevo aparecieron los contratiempos. Varias averías técnicas en dos de las cuatro pruebas les impidieron clasificarse ni siquiera a semifinales. Aún así, los dos pilotos consiguieron terminar por encima del puesto 40 de entre los 90 participantes. “A pesar de los problemas, nos vamos muy contentos porque conseguimos ser competitivos contra los pilotos más rápidos del mundo, que son los belgas y los nórdicos”, matiza el piloto cordobés. Unos escasos entrenamientos que, sin duda, lastraron sus resultados finales, puesto que al término de las carreras ya rodaban tan rápidos cómo los que iban a la cabeza. El próximo año la cita europea les espera de nuevo. El talento no les falta, pero seguro que en la maleta echaran un poco más de suerte.
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