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¿Qué le queda por perder a este Córdoba?

Krhin y Florin, desolados en El Arcángel | ÁLVARO CARMONA

Paco Merino

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La deplorable actuación en Los Cármenes y las declaraciones de los protagonistas revelan una podredumbre absoluta en el grupo

Ha perdido partidos. Muchos. Más que nadie. Ha perdido la categoría antes que ningún otro. Ya es, de hecho, de Segunda. También ha perdido la compostura, la dignidad y la vergüenza. Y acabará perdiendo, si es que no lo ha hecho ya, el respeto de los suyos, hartos de soportar una temporada que está sacando a la luz los efectos de una gestión deportiva disparatada. Perder, perder, perder y volver a perder, perder... El Córdoba ha vuelto del revés la célebre frase de Luis Aragonés, el recordado sabio del fútbol, para quedar retratado como el tonto de la película. Sus registros negativos quedarán grabados en la historia de la Liga, donde está dejando su sello como uno de los peores equipos de todos los tiempos. Iba a ser duro, sí. “Que termine la Liga ya porque estamos dando pena”, declaró Florin Andone en la zona mixta, donde el rumano se abrió el pecho ante los periodistas para mostrar su corazón rabioso. Se lo llevaron de allí. Que un futbolista tenga la misma opinión que la prensa y la afición y la exprese públicamente, en estos tiempos que corren, se considera perjudicial para la imagen del club. Igual hasta lo sancionan, quién sabe.

El dantesco espectáculo en Los Cármenes volvió a convertir al Córdoba en el hazmerreír del fútbol español. Toda una vuelta completa sin ganarle a nadie. Tremendo. Pésimos resultados y formas horrorosas. El Granada consiguió reavivar sus opciones de permanencia en Primera y vivió una fiesta en su estadio. Faltan dos jornadas y sigue peleando. No tiene mucho más material que el Córdoba -de hecho, es el único equipo al que los blanquiverdes han ganado esta temporada en casa- y es bastante probable que termine sucumbiendo, pero no ha perdido algo fundamental: su comunión con la gente. Ni siquiera tendrá el Córdoba el consuelo de poder llorar todos juntos, consolándose y perdonándose.

El grupo de asalariados que hay en la caseta del Córdoba cada vez tiene menos empatía con el cordobesismo. Algunos se han ido borrando de esta aventura poco a poco, saliendo de la escena con sigilo sin que nadie les eche de menos. Otros lo han hecho con estrépito y muy poca vergüenza. Lo de Fede Cartabia fue definitivo. El argentino, que llegó como un ídolo, se marcha con un expediente penoso: en Los Cármenes salió desde el banquillo y forzó descaradamente su expulsión, protestando una falta ya señalada por Teixeira hasta que el cántabro le tuvo que echar. El 10 tomó el camino del vestuario aplaudiendo con ironía a los seguidores del Granada, que se mofaban de su desgracia. La sanción le evitará el trago de tener que despedirse en El Arcángel en la próxima jornada ante el Rayo. No volverá a vestir la blanquiverde. Algunos compañeros le reprendieron y en las duchas hubo algo más que un cruce de impresiones. “Eso queda para el regimen interno”, explicó Romero sobre el asunto. También salió expulsado el ex granadinista Íñigo López, que acumuló dos amarillas antes de cumplirse la media hora. Igualmente, escuchó aplausos en Los Cármenes. Como Abel, otro ex de Los Cármenes, ovacionado cuando fue sustituido por Cartabia.

¿Y el entrenador qué dice de todo esto? “Estábamos muertos desde el mes de marzo. El que te está hablando decía que era un muerto en vida. Ahora estamos muertos de verdad, ya estamos en la gloria. ¿Qué quieres? ¿Que estemos vivos estando muertos?”. Quien se entere, que lo explique. “El equipo no ha bajado en ningún momento los brazos”, añadió. Pues vaya. Unos minutos después del partido en Granada, el club anunció que hoy, domingo, la plantilla tendrá día de descanso.

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