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El fútbol y la vida: la sonrisa plena de Julio Alberto

Julio Alberto, posa con su libro en El Arcángel. | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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El ex futbolista presentó este lunes en Córdoba su libro, 'Nunca recordaré haber muerto', y recorrió su vida | Ofreció un mensaje muy vitalista: “Quiero ser feliz, no quiero nada más”

Voluntad y fortaleza. Deseo de hallar la luz, y darle cada día mayor intensidad, entre la oscuridad. No existe bache imposible de superar. Al fin y al cabo, cada cual tiene la opción de marcar su propio destino. Y sobre todo de encontrar la felicidad. Más si cabe al entender que en los pequeños detalles, aquellos que en ocasiones parecen ser insignificantes, está la dicha. Julio Alberto Moreno (Candás, Asturias, 1958), ex futbolista de Atlético o Barcelona, lo tiene claro desde no pocos años atrás. “¿Tú quieres un Porsche? No, te trae más problemas para aparcarlo que otras cosas. Estás más preocupado por el coche que por ti. El dinero te da muchas cosas, no nos engañemos, pero en las pequeñas cosas encuentras mucha más satisfacción”, expresó cuando la sala comenzaba a quedar vacía, después de la primera de las 150 conferencias -todas ya cerradas- que ofrecerá en toda España. La ofreció en Córdoba, con la asistencia de entre otros José Luis Oltra, Emilio Vega o Mariano Mansilla, quien fuera compañero suyo en el Recreativo de Huelva.

Su vida es una historia de dificultades, de éxito, de una gran caída y sobre todo de superación. Es lo que narra Julio Alberto en un libro que tiene por título Nunca recordaré haber muerto, que también es el de su charla. ¿Por qué? “Yo me he caído con un avión al mar, me han apuntado con un rifle trabajando en Pristina al final de la guerra de Kosovo con la Fundación del Barça, tengo dos infartos, he estado en coma. Después de todo eso cómo me voy a acordar. El día que me muera ya me acordaré”, explicó. También están las drogas en lo que “ha sido un camino corto, intenso y muy duro”, indicó aquel veloz lateral izquierdo del Barcelona de la década de los ochenta (1982-1991) en un instante de la conferencia que pronunció este lunes en el salón de actos de El Arcángel. Fueron tiempos difíciles que el ex futbolista prefiere dejar atrás. “No quiero acordarme más”, señalaba después de dirigirse a un auditorio al que supo alcanzar en la sonrisa y la emoción.

Hoy sabe lo importante es vivir. Hacerlo cada segundo. Y disfrutar de los detalles más pequeños. “Quiero ser feliz con los demás y quiero ser feliz conmigo mismo, no quiero nada más”, dijo. El asturiano realizó una gran exposición de su vida, la cual refleja, en su totalidad, en su libro. Partió de una infancia complicada, separado de su familia, como su familia estuvo separada. Años de orfanato, búsqueda y reencuentro con su madre y sus hermanos, humildad y lucha. Sus primeras botas costaron unas semanas a base de azúcar y galletas en casa. El fútbol. Fue el fútbol lo que abrió otro camino entonces y después. Tras su retirada y los años difíciles por el alambre, entre 1993 y 1995 y en 1998, cuando tomó “la decisión más importante”: pedir ayuda. Del Proyecto Hombre salió un Julio Alberto diferente, con un cartel fruto de la cerrazón de una sociedad que a veces olvida que es humana y como tal errática pero con fuerza para seguir adelante con un paso mucho más firme.

En ese momento comenzó otra vida, que no era más que la continuación del relato de valor, sacrificio y superación de un hombre que subió y bajó para después volar. “No entendí por qué me quería, por qué me quería sin nada”, confesó sobre Carmen, la mujer con la que compartió ocho años tras el trago amargo de la copa. Entonces, apareció también Joan Laporta, que presidía el Barcelona. El fútbol. Es más que un balón, que el gol, que el triunfo, que la celebración. Es un vehículo de emociones, un instrumento de formación, una vía de solidaridad. “Creo que lo más importante de todo es cómo uno le da la vuelta a las cosas, cómo quieres vivir. Para mí la vida es el fútbol, el Barça, mis pequeños proyectos, como éste, que no tiene aspiración de nada, sólo llegar a la gente, haciendo que reflexione sobre temas como la familia, los amigos, esos pequeños detalles. No te olvides de ir a comer a casa, ni de aquel amigo que lo pasa mal”, expuso con la sala ya casi vacía.

A través de la Fundación del Barça trabajó en el territorio de la solidaridad. Como en Senegal, donde 400 niños descubrieron lo que es una ducha. “Miraron aquel agujero para ver qué salía de allí. No entendían que el agua cayera de un grifo. Cuando tú ves eso con 50 años, te preguntas: ¿En qué mundo estoy viviendo?”, rememoró. Realizó trabajos de cooperación “en sitios donde no tenían ni para comer, ni agua potable, y eso te cambia la vida. Julio Alberto compartió vestuario con jugadores como Urruti, Maradona, Schuster, Lineker o Laudrup. Y ahora comparte su vida, sus experiencias, con quien desee escuchar un mensaje claro: ”Lo importante es que nos demos cuenta de lo que tenemos, que tenemos mucho“.

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