La difícil adaptación del deporte a la ‘nueva normalidad’
Aunque la sociedad trata de mantener lo más próximo a la cotidianidad conocida no es sencillo. Es un error pensar, si hay quien lo hace, que toda actividad pueda transcurrir igual que antes. Nada más lejos de la realidad, al menos hasta que exista una solución al problema. Y encontrarla también es complejo. Por abreviar, y en resumidas cuentas, no queda otra que procurar la mejor adaptación posible a una realidad denominada de tiempo atrás como nueva normalidad. Se trata de la etapa actual, tras el primer brote global de la pandemia de Covid-19 y que está condicionada, como bien se sabe, por la segunda ola -así se le llama- de propagación del coronavirus con origen en la ciudad china de Wuhan. Un período el presente en el que la rutina difiere mucho de la tenida como habitual en todos los sentidos, así como en todos los ámbitos. Como es lógico, el sector deportivo no es una excepción y se ve afectado también por las especiales circunstancias por las que atraviesa el mundo.
España es uno de los países más castigados por la enfermedad y en este punto no se da una sola salvedad. Dicho de otro modo, Córdoba padece tanto como otras -incluso más en la actualidad- los efectos de la epidemia planetaria. En cuanto al deporte, no faltan ejemplos de la complicación que supone adaptarse a la nueva normalidad. Sin ir más lejos, desde marzo no se celebra carrera popular alguna. Todo hace indicar que tal hecho se va a prolongar durante lo que resta de año -apenas quedan eventos en el calendario-. Pero son muchos otros los episodios, en muy diferente forma, los que se suceden desde el escalonado inicio de las competiciones. Quizá el ejemplo más claro y reciente es la medida adoptada por dos entidades de la capital, si bien deciden tras nuevas restricciones normativas. En concreto, el Adesal y el Deportivo Córdoba optan por jugar a puerta cerrada en sus encuentros como locales a partir del sábado.
Lo cierto es que el conjunto de La Fuensanta, que milita esta temporada en la máxima categoría femenina de balonmano -esto es la Liga Guerreras Iberdrola-, ya tenía sobre la mesa la opción de echar el candado a su pabellón. Tanto es así que durante el fin de semana, en que el primer equipo tuvo descanso, aprobó actuar sin público en su feudo en la visita el sábado (18:00) del Porriño. Fue el martes cuando el Deportivo Córdoba siguió su línea de acción, esta vez después de que el Ayuntamiento hablara de un nivel 4 de alerta que realmente no es oficial: la Junta de Andalucía mantiene a la ciudad en el grado 3. Sea como fuere, con las nuevas medidas y las que se prevén lleguen próximamente la entidad de Segunda femenina de fútbol sala prefirió cerrar las puertas del Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre para su choque con el Cádiz, también en la tarde sabatina (19:15).
Cabe recordar que el nivel 4 de alerta sanitaria dentro del período de cierre perimetral de la comunidad y de distintas zonas dentro de ella significa en lo que respecta a la práctica competitiva de deporte la inexistencia de público en los recintos. Por cierto, que ya el Córdoba quiso extremar precauciones en el estreno de su equipo femenino en Reto Iberdrola: el primer partido de las blanquiverdes en la Ciudad Deportiva no hubo posibilidad de asistencia. Pero la falta de afluencia de aficionados no es la única preocupación que tienen los distintos clubes de la provincia. De entrada está el deseo de evitar contagios en las plantillas. Sobre todo después de que algunas entidades ya sufrieran la detección de casos en sus vestuarios. Ejemplos se tuvo con el Ángel Ximénez, que hubo de aplazar dos choques de Sacyr Asobal (balonmano), o el citado Deportivo Córdoba, que también se vio obligado a atrasar dos encuentros.
Sin embargo, los focos se sitúan hoy por hoy sobre los conjuntos que militan en el Grupo X-B de Tercera de fútbol. Porque el Ciudad de Lucena, el Salerm Puente Genil, el Pozoblanco y el Córdoba B están pendientes de una posible suspensión del curso. Los cuatro representantes de la provincia se desmarcaron de la petición de entidades de la categoría, de su propia competición incluso, de detener la campaña durante dos jornadas con el fin de aliviar sus circunstancias. Más que nada porque también resulta complejo el mantenimiento del protocolo sanitario a nivel económico, y más dentro de un segundo brote en el que cada día crecen los números en relación a contagios. La Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) determinó en primera instancia disputar la jornada correspondiente del fin de semana y después adoptar una medida. El lunes, día 9 de noviembre, se espera comunicación con los clubes para decidir.
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