El desafio de López Garai y las paradojas del destino
El medio de Barakaldo se fue al Sporting de Gijón buscando un ascenso y lo puede encontrar en su equipo de origen
Cumplió cien partidos oficiales con la blanquiverde este pasado jueves, en la ida del play off final ante la UD Las Palmas. Lo hizo supliendo a Luso Delgado, lesionado en la primera parte, y despachó un partido sobrio y eficiente. Muy en su línea. Este domingo se perfila como titular, ante la ausencia segura del pivote aragonés, en el once que “Chapi” Ferrer presente en un estadio Gran Canaria que será una auténtica caldera. Como corresponde a un escenario en el que se juega un ascenso a Primera División. Exactamente lo que Aritz López Garai (Barakaldo, 1980) viene buscando durante toda su carrera en el fútbol. Subir a la élite. Paladear la esencia de un acontecimiento que deja una huella en la historia de una ciudad. Los títulos suponen una explosión de sensaciones inenarrable, pero la alegría de un ascenso es distinta, perdurable, eterna. Ése es el reto de Garai, un jugador visceral cuya relación con el Córdoba es, como poco, peculiar.
Hay que ver las vueltas que da el fútbol. López Garai fue uno de los jugadores que, tras el desastroso epílogo de la Liga 12-13, decidió cambiar de aires aún teniendo contrato en vigor. Y lo hizo, fiel a su costumbre de exhibir sus opiniones abiertamente, dejando claras las razones. “Siendo claros, el Sporting tiene más posibilidades, No sé si el Sporting el año que viene va a quedar el catorce y el Córdoba el segundo. Ojalá el Córdoba ascienda, pero el Sporting es un club más preparado hoy en día. Una de las decisiones que he tomado es intentar ascender allí”, dijo en la sala de prensa de El Arcángel. En Gijón le fueron bien las cosas, pero todo se comenzó a torcer a los tres meses. El equipo no describía la trayectoria brillante que se esperaba, Sandoval le sacó del once y después del banquillo. Acabó en la grada y con el cartel de prescindible en el mercado de invierno. Y el Córdoba, que andaba por aquel entonces encallado, le abrió la puerta de nuevo.
López Garai vino cedido en las vísperas del partido ante el Murcia, una cita bisagra con un enfrentamiento abierto entre el presidente González y un sector de la afición. Un ambiente volcánico. “Vengo para ayudar”, dijo al retornar a El Arcángel. En esos momentos, el descenso estaba ahí como una amenaza cierta. En la jornada siguiente tocaba visitar El Molinón, donde no pudo actuar por pacto entre los clubes. El Córdoba ganó... y el resto es historia. Todavía se está escribiendo y López Garai está metido hasta el cuello en un maravilloso cuento de hadas. El próximo 30 de junio, el mediocentro de Barakaldo volverá a ser jugador del Sporting de Gijón. Habrá que ver la cara que ponen algunos si le ven aparecer después de haber ascendido a Primera División siendo titular en el Córdoba.
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