El Córdoba sobrevive en Algeciras
Tocaba otra vez vestirse de corto. El Nuevo Mirador, un campo de sobra conocido por el Córdoba en las temporadas más recientes, aguardaba para la disputa del cuarto encuentro amistoso de la pretemporada blanquiverde. Momento de seguir calibrando mecanismos y corrigiendo defectos, que no son pocos tras lo visto hasta ahora por parte de los pupilos de Germán Crespo. Y es que el balance era de dos derrotas en tres enfrentamientos, dejando una clara irregularidad en la zona de ataque (solo se había anotado en un choque) y una profunda debilidad atrás. Lo cierto es que la retaguardia tiene un problema claro y es que no cuenta con los que deberán ser sus hombres principales bajo palos. Tanto Felipe Ramos como Carlos Marín siguen recuperándose de sus molestias físicas, por lo que una vez más le tocó al joven Jaylan Hankins defender la meta cordobesista. Además, el segundo aspecto llamativo fue el debut de Visus en el centro de la zaga, apenas unas horas después de confirmarse su incorporación oficial al equipo. No obstante, cabe puntualizar que ya estuvo presenciando el encuentro de sus compañeros ante el Recreativo de Huelva.
Y en esas, el primer acercamiento del partido lo firmó el Algeciras, mediante un saque de esquina neutralizado bien por la zaga blanquiverde. Pero ahí estaba el aviso, que iba a deparar en un choque muy igualado durante sus primeros compases, con escasa verticalidad y mucho control en la medular del terreno de juego algecireño. El Córdoba lo intentaba con insistencia y movilidad por bandas, aunque sin claridad de cara a la meta defendida por Pol Tristán. Tampoco gozó de esa efervescencia en ataque el conjunto rojiblanco. Por contra, la intensidad sí que brotaba en los balones divididos. Iba mejorando el conjunto cordobesista con el paso de los minutos, aunque sin mostrarse totalmente solvente en el terreno ofensivo. Eso sí, el centro del campo ya asumía responsabilidades y se imponía a los jugadores algecireños, obligados en no pocas ocasiones a hacer faltas para frenar la circulación cordobesa.
Superado el cuarto de hora de partido llegó la primera ocasión peligrosa de los califas, que se produjo tras un cambio de dirección en largo que desembocó en un control orientado perfecto de Luismi, que se fue al suelo tras encontrarse con un defensa rival dentro del área. No obstante, el árbitro decretó que no había nada punible. Aún así, ese mínimo acercamiento ya despertó el ímpetu de los de Germán Crespo, que en la jugada siguiente, y de nuevo por banda derecha, mediante un pase filtrado al centro del área de Willy se logra hilvanar una excelente jugada que finalizó en un remate perfecto de De las Cuevas que convertía el primer gol de la tarde. Un peso menos en la mochila. Ahora tocaba, como mínimo, mantener el nivel.
Pero no se achicó el equipo local pese a la desventaja, pues el encuentro siguió por el mismo sendero. Mayor control cordobesista, pero ataques poco fluidos en ambos bandos. Eso sí, los acercamientos seguían produciéndose. Además, la característica que no cesaba era la alta intensidad en los encontronazos, con constantes jugadas al borde de lo legal. Por momentos, daba la sensación de no ser un encuentro veraniego. Pero esa osadía no daba lugar a oportunidades francas de gol. Tendría una ocasión más antes del descanso el Córdoba. Otra vez aprovechando la velocidad de Luismi por banda derecha, el cual puso un pase filtrado por alto a la espalda de la defensa del Algeciras y que recogió De las Cuevas en la frontal. Sin embargo, el alicantino no estuvo lo suficientemente rápido para armar un buen disparo a puerta.
Empezó mejor el Algeciras tras el paso por vestuarios, evidenciando durante los primeros minutos de nuevo una bajada de brazos del Córdoba tras el tiempo de asueto. Primero con un saque de esquina a los pocos segundos, en un calco del primer tiempo, y minutos después con un disparo cruzado de Roni que se marchó por muy poco. La desconcentración era evidente y ese juego de faltas constantes acabó ahora perjudicando notablemente al Córdoba, que se quedó con uno menos tras la expulsión de Bernal por doble amarilla. No estaba en partido el Córdoba en aquellos momentos. Apenas por intermitentes chispazos atacaba el plantel de Crespo, pues era el Algeciras el que llevaba la voz dominante. Así, hasta en tres ocasiones tuvo que aparecer Jaylan Hankins durante el primer cuarto de hora del segundo tiempo para evitar el empate de los locales, ya completamente encerrados en su campo.
El técnico blanquiverde trató de dar oxígeno al equipo con una notoria ruleta de cambios y, aunque lo cierto es que neutralizó un poco el asedio algecireño, no varió el dominio de la situación. Es más, los de Aina llegaron incluso a igualar la contienda, aunque su tanto fue anulado por posición ilegal. Los últimos diez minutos de partido fueron un monólogo casi absoluto en clave local. Lo intentaron por todos los medios y de todas las formas posibles los gaditanos, que por segunda vez consiguieron acertar entre los tres palos de la meta cordobesista. Sin embargo, otra vez el tanto acabó sin subir al electrónico, en esta ocasión por una infracción del futbolista local en el remate. Turrillo puso a prueba a Jaylan a escasos minutos del desenlace y el arquero volvió a responder con una gran estirada. Sobrevivía como podía el Córdoba que cada vez acusaba más la inferioridad, pues apenas conseguía ya rondar el campo algecireño con el esférico en su posesión. El desenlace estuvo, como era de esperar, cargado de polémica, pues las discusiones se cobraron una nueva expulsado en el Algeciras y varias amarillas más. Al final, triunfo apurado de los cordobeses que también deberán aprender. De hecho, algo positivo ha quedado presente y es que se ha podido dejar la meta a cero por primera vez esta temporada.
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